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El próximo 20 de enero de 2025 Donald Trump volverá a ser presidente de EEUU.

Los inversores han recibido la noticia con (mucha) alegría.

Los nanómetros ya no son lo que eran. Cuando las micras les dieron paso a mediados de la década de los 2000 los usuarios teníamos algo tangible a lo que aferrarnos. Ya no lo tenemos.

Un conflicto inesperado está sacudiendo la industria de los semiconductores estadounidense. Y es que tres de sus mayores compañías sostienen una rencilla que con toda probabilidad va a dar mucho que hablar.

La industria de los chips ha continuado su camino durante los últimos tres años espoleada por una demanda creciente a la que ha sido incapaz de responder, pero hay síntomas muy claros de que este periodo de bonanza va a acabar.

Las cifras no dejan lugar a dudas: la demanda de algunos tipos de chips ya está cayendo en picado. Entre los más afectados están los microprocesadores para ordenadores personales y los circuitos integrados para teléfonos móviles.

El 50% del tiempo que es necesario invertir en la fabricación de un circuito integrado avanzado lo acapara el proceso fotolitográfico, y el 30% de su coste procede, precisamente, de esta etapa del ciclo de fabricación.

ASML, el mayor fabricante de máquinas de fotolitografía del planeta y una de las tecnológicas más importantes de Europa, no da abasto. Y es que la lista de espera para conseguir los equipos que fabrican chips es más larga que nunca.

AMD no tendría que verse (demasiado) afectada por esa potencial operación.