Investigación y desarrollo

Cinco veces más ligero y cuatro veces más fuerte: así es la propuesta de estos investigadores.

Las carreteras podrían convertirse en enormes acumuladores de energía.

En apariencia es un pequeño diente con miles de años de antigüedad, pero lo que estos investigadores acaban de descubrir en Laos podría arrojar luz sobre los misteriosos denisovanos.

"Es una primicia en un campo que ha estado dominado por semiconductores prohibitivamente caros", destacan sus creadores.

"Fue absolutamente impresionante verlo de primera mano", explican sus responsables.

"El suelo se deforma como resultado de las variaciones de temperatura, y ninguna estructura civil existente está diseñada para soportar estas variaciones", advierte.

"Es una plataforma para afrontar tanto la crisis energética como la del agua", destacan sus creadores.

Su clave: la temperaturas de transición.

¿Y si la clave de la revolución energética estuviese en el aire?

¿Y si la clave para un sector eólico sostenible estuviese bajo tierra?

El reto: reducir la cantidad de iridio y platino en los dispositivos que usamos para la electrólisis.

Cuestión de talento para perforar... y puntería para saber dónde.