La batería es uno de los grandes misterios de un smartphone. Apenas solo conocemos de ella su capacidad medida en miliamperios hora o en Vatios hora, y su tecnología, generalmente de Iones de Litio (Li-Ion) o Polímeros de Litio (Li-Poly). Pero más allá de estos parámetros, poco más podemos decir de una batería.
Datos tales como la autonomía real con el móvil en funcionamiento, o el tiempo de vida de la batería medido en ciclos de carga y descarga, son una ciencia inexacta, por mucho que los fabricantes nos den indicaciones sobre cuánto tiempo puede estar el móvil reproduciendo vídeo o navegando en Internet.
¿Qué conoces realmente sobre una batería? Poco, es uno de los componentes más enigmáticos
En la vida real, no solamente estamos viendo películas o navegando en Internet. También usamos aplicaciones de todo tipo, con un efecto impredecible sobre la autonomía. Y cada smartphone tiene un tipo de procesador diferente, más o menos potente, con un efecto sobre la carga de la batería que tampoco es una ciencia exacta.
La autonomía, una ciencia inexacta
Con todo, al cabo de unos días de uso podremos hacernos una idea aproximada acerca de la autonomía llevando cuenta de las veces que cargamos el smartphone al día. O usando apps como Battery Spy, que permite crear un registro de los ciclos de carga y descarga de la batería, así como de otros parámetros tales como la temperatura.
Con una batería en uso entre los 2.000 mAh y los 3.000 mAh se llegará bastante apurado al final del día
En general, para un terminal con una batería entre los 2.000 mAh y los 3.000 mAh, y un procesador de gama media alta o alta, con el que hagamos fotos con frecuencia, lo habitual será que lleguemos al final del día bastante apurados de carga.
Si la autonomía es una variable especialmente valiosa, algunos fabricantes ofrecen terminales con una capacidad mayor de lo habitual, que en casos como el ASUS ZenFone Max, alcanza nada menos que 5.000 mAh, y con los que se persigue superar con holgura la barrera de un día de autonomía y llegar incluso a dos para un uso sin excesos.
Los ciclos de carga, mitos y realidades
Las cifras “científicas” hablan de entre 300 y 500 ciclos de carga antes de que la batería se degrade significativamente
El segundo parámetro que define una batería y que, al mismo tiempo, supone otra incógnita aun más misteriosa que la de la autonomía, es el número de ciclos de carga y descarga que soporta antes de que pierda un porcentaje significativo de su capacidad nominal.
Este número de ciclos dependerá de aspectos tales como nuestros hábitos a la hora de cargar nuestro smartphone en el día a día, o de los cuidados que prestemos a la batería. Sin ir más lejos, las cifras “científicas” hablan de entre 300 y 500 ciclos de carga antes de que la batería se degrade significativamente.
Con estas cifras, si asumimos que vamos a cargar el móvil una vez al día, estaremos gastando un ciclo por día, lo que arroja un tiempo de entre año y año y medio antes de que empecemos a notar que la batería “no dura”. De todos modos, esta cifra es para ciclos completos de descarga, en lo que pasamos del 100% de capacidad hasta 0% para cargarlo después hasta el 100%.
Si los ciclos son parciales, en los que dejamos que solo se descargue una parte de la batería, el número de ciclos aumentará hasta llegar a unos 2.000 – 2.500 si recargamos la batería cuando solo se ha descargado un 25% (cuando está al 75% de capacidad). Si descargamos al 50%, los ciclos pasan a ser de 1.200 a 1.500.
En la práctica, cargando la batería cuando se ha descargado un 50% nos concede un poco más de margen que si esperamos a tener un 0% de batería. Si asumimos que gastaremos toda la batería del smartphone en un día, tendríamos que hacer dos cargas parciales al día, lo cual supone, para el caso mejor, unos 750 días antes de que la batería se degrade significativamente, frente a los 500 del caso mejor para los ciclos completos.
Nivel de descarga | Ciclos teóricos | Días saludables* |
---|---|---|
100% | 300 - 500 | 300 - 500 |
50% | 1.200 - 1.500 | 600 - 750 |
25% | 2.000 - 2.500 | 500 - 625 |
10% | 3.750 - 4.700 | 375 - 470 |
*Días saludables: tomando que el móvil consume toda la energía en un día.
Con esos 750 días, tenemos un tiempo respetable para amortizar el uso de nuestro smartphone de unos dos años. Empezar a notar que la batería no dura depende de cada usuario, aunque tarde o temprano acaba sucediendo. La batería es un componente químico, no electrónico, y está sujeto a un inevitable proceso de degradación de sus componentes.
No es bueno dejar que la batería se descargue del todo. También es recomendable desconectar el smartphone antes de llegar al 100% de carga
A modo de primer resumen, cabe destacar que no pasa nada por empezar a cargar la batería aunque no se haya descargado completamente. Todo lo contrario, no es bueno para la batería dejar que se descargue del todo.
Tampoco pasa nada si no la cargamos hasta el 100%. Al contrario, es una buena práctica desconectar el smartphone del cargador cuando se ha alcanzado casi el total de su capacidad. Los cargadores se desconectan cuando detectan un 100% de carga para no estropear la batería, pero si lo haces tú físicamente, mejor. Por otro lado, es importante que el cargador sea el oficial o uno que esté preparado para ello, todo sea dicho.
¿Qué puede ir mal?
El cálculo de los ciclos de carga anterior, se ha hecho en condiciones ideales. Pero esas condiciones pueden no darse siempre. Cuanto menos, habrá que tomar precauciones para que todo vaya como es debido.
El primer factor que puede desviarse de sus condiciones normales es la temperatura. El enemigo número uno de una batería es el calor. Si una batería se calienta, se degrada a un ritmo muy superior al teórico. Y eso se traduce en una reducción de su capacidad, que puede ser notable si la temperatura se mantiene alta durante un tiempo prolongado.
Si una batería se calienta, se degrada a un ritmo muy superior al teórico. Y eso se traduce en una reducción de su capacidad
La temperatura puede subir, o bien por causa del sol, o bien por causas relacionadas con los procesos de carga. Si notamos que el móvil está muy caliente mientras se recarga, apágalo y desconecta el cargador hasta que se enfríe. Y luego continua, pero sin encender el terminal.
Es posible cargar el smartphone mientras lo estamos usando, pero si no queremos correr riesgos, y podemos hacerlo sin que suponga un inconveniente, lo ideal es cargar el móvil con él apagado. De este modo, especialmente en los dispositivos con carga rápida, el terminal puede negociar de un modo preciso los tiempos y los voltajes empleados durante el proceso.
Si estamos usando el móvil mientras se recarga, es más complicado para la electrónica calcular los voltajes y las corrientes que necesita la batería en un momento dado, lo cual puede dar lugar a potenciales sobrecalentamientos.
Usar el móvil mientras se recarga, dificulta el cálculo de voltajes y corrientes que necesita la batería y puede sobrecalentarse
Por cierto, las bajas temperaturas también son una potencial fuente de degradación para las baterías afectando a su química negativamente. Así que no pienses que enfriar el terminal en la nevera es una solución para los calentamientos.
Al mismo tiempo, como mencionábamos antes, y también idealmente, aunque el smartphone deje de cargarse cuando llegue al 100%, trata de desconectarlo de la toma de alimentación cuando haya acabado o un poco antes. Así evitamos el riesgo de que, por cualquier motivo no previsto, el smartphone siga recibiendo corriente tras llegar a su tope. Algo que perjudicaría seriamente a nuestro dispositivo.
Si tenemos una carcasa puesta o una funda, recuerda comprobar que dicha carcasa permita disipar el calor generado por el smartphone correctamente. Si no es así, estaremos contribuyendo al sobre calentamiento del dispositivo, lo cual no es en absoluto recomendable. Es más, si puedes sacarlo de la funda cuando lo cargas, mejor.
Como segundo resumen, podríamos centrarnos en evitar que la temperatura del móvil en general y de la batería en particular suba por encima de lo normal. Que un smartphone “queme” no es normal en absoluto, sea por el sol o durante la carga. Si el móvil está caliente en exceso, algo está saliendo mal.
Baterías de muy alta capacidad: ASUS ZenFone Max
Para solventar el problema de la escasez de batería, o bien llevamos un powerbank siempre con nosotros, o elegimos un terminal con una capacidad elevada. Pero ¿qué es elevado?
ZenFone Max tiene 5.000 mAh de batería, el doble que la media aproximadamente
ASUS ha puesto el límite en los 5.000 mAh de su modelo ZenFone Max. El doble que la media aproximadamente, en un formato que, con todo, apenas supera 1 cm de grosos y 200 gramos de peso para sus 5,5’’ de pantalla.
El impacto de esta mayor capacidad no solo se refleja en la autonomía diaria, sino en la usabilidad del terminal incluso cuando la batería empiece a degradarse tras superar el límite de ciclos correspondiente. Una reducción de la capacidad de un 20% a causa del uso, en el ZenFone Max supone quedarnos con 4.000 mAh de capacidad, una cantidad superior a la de muchos terminales nuevos.
El procesador de este terminal está a cargo de un Qualcomm Snapdragon 410, una elección acorde a la filosofía del ZenFone Max que contribuye a mantener el consumo de energía dentro de unos límites óptimos sin que suponga tener que renunciar a un rendimiento fluido.
Así pues, los beneficios de una batería de alta capacidad, trascienden la dimensión de la autonomía para alcanzar también la protección de la inversión realizada en el móvil, al poder usarse durante más tiempo sin que empecemos a notar que la batería no carga todo lo que debiera.
Es especialmente interesante en los modelos Unibody donde la batería no se puede reemplazar por parte del usuario al estar integrada en el terminal.
Otra ventaja de este móvil de ASUS estriba en la posibilidad de usar el ZenFone Max como powerbank para cargar otros dispositivos. Los smartwatches, cámaras y otros periféricos “menores” se podrán cargar rápidamente sin necesidad de usar un powerbank específico para ello que ocuparía espacio y añadiría peso al conjunto.
Las ventajas de una batería de gran capacidad son múltiples y, a pesar de la contrapartida de añadir algo más de grosor y peso, ofrece ventajas importantes de cara a sacar el máximo partido al terminal.
Foto | iFixit
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