Si los televisores OLED ya dijimos que estaba previsto que se retrasaran debido a la crisis, Sony, quizás el mayor impulsor de esta tecnología, ha confirmado que detiene la comercialización de sus previstos modelos para este mismo año.
Con un modelo de 11 pulgadas que cuesta 2.500 euros, la esperanza de encontrar viabilidad en el mercado actual a pantallas más grandes y por supuesto mucho más caras es casi nula. La próxima pantalla OLED de 30 pulgadas se retrasará como mínimo hasta el año que viene.
Así, Sony se centrará en mejorar la tecnología LCD con el uso de la tecnología LED, abaratando costes y tratando de ser más competitivo en el mercado.
Vía | Engadget.
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