La tele fue durante décadas el vehículo perfecto para mostrar publicidad. Las series y películas que se emitían acababan durando mucho más de lo que duraban por culpa de los anuncios, pero la televisión de pago (primero) y las plataformas de streaming (después) nos salvaron de aquello y plantearon una experiencia fantástica en ese apartado.
Pero en 2024 la tele vuelve a ser la tele de antes. Se ha convertido en un instrumento más para la voracidad de fabricantes, plataformas y anunciantes, que están aprovechando cualquier resquicio para colar publicidad. Y lo peor es que ya ni siquiera sirve de mucho que paguemos por verla. Hoy por hoy escapar de los anuncios es una misión casi imposible.
En las Smart TV la cosa ha cambiado tanto que a los fabricantes ya no les importa tanto vender teles, sino que consumas sus servicios. La publicidad y el software se han convertido en una de las principales fuentes de ingresos de los fabricantes, que han descubierto un jugoso pastel y no lo van a dejar escapar.
Coom señalan en Ars Technica, datos de GroupM revelan que los ingresos en anuncios en Smart TV crecieron un 20% entre 2023 y 2024, y volverán a crecer otro 20% el año que viene para alcanzar los 46.000 millones de dólares.
Hay más datos llamativos. Patrick Horner, analista en Omdia, señaló que "cada nuevo usuario de una plataforma de televisión conectada genera unos 5 dólares al trimestre en ingresos por datos y publicidad".
Las tele como tele-tienda
Los fabricantes saben lo que vemos gracias a la tecnología ACR (Automatic Content Recognition) desde hace años, y esa información es oro para los anunciantes, que pueden así crear perfiles a los que dirigir contenidos publicitarios. Hay aquí hasta historias de terror que dejan claro esa voracidad por aprovechar nuestra TV como un vehículo perfecto para consumir publicidad.
Las Smart TV son además cada vez más atractivas en precio y prestaciones, pero los fabricantes precisamente están entrando en esa guerra de precios porque saben que luego pueden acabar siendo muy rentables gracias a la publicidad. Que se lo digan a Telly, que te regala la tele a cambio de que veas publicidad (y cedas tus datos).
Las cosas están llegando a alcanzar ahora nuevas cotas con la introducción de características de comercio electrónico en estas plataformas de Smart TV. RokuOS, bastante popular en EEUU, cuenta con anuncios interactivos en la tele que permiten que podamos comprar directamente el producto desde ellos.
Esa vertiente se está convirtiendo en una tendencia, al menos en Estados Unidos. Amazon presentó sus tres nuevos formatos de anuncios por TV y ya ha mostrado anuncios televisivos de productos comprables directamente desde la tele.
Walmart se alió con la plataforma de streaming Peacok para hacer lo mismo, y también ha habido acuerdos entre la cadena estadounidense Home Depot y Vizio. Este último fabricante, por cierto, no está ganando dinero con sus teles, sino con su plataforma publicitaria, llamada Platform+.
Si no pagas por el producto, eres el producto. Y acabas siéndolo aunque pagues
La célebre cita —sin un origen del todo claro— vuelve a aplicarse en un sector que en la década pasada vivió su particular época dorada. El auge de las plataformas de streaming nos permitió disfrutar de un catálogo enorme —pero incompleto— de contenidos de forma sencilla y hasta asequible.
No había publicidad, la interfaz de usuario era al fin un acierto y la competencia animaba un sector frenético. La competencia, que en teoría siempre trae efectos positivos para el mercado, acabó perjudicándolo.
Lo hizo con plataformas que nos han acabado traicionando: los planes son más caros que nunca, recortan opciones y en casi todos los casos recuperan la publicidad si quieres ahorrarte unos euros.
La vuelta de la publicidad —que nunca se fue del todo— es evidente tras el éxito de las plataformas FAST (Free Ad-Supported Television) que recuperan el viejo modelo televisivo en el que podías ver contenidos gratis, pero con publicidad intercalada de forma más o menos frecuente.
Pluto TV, Tubi o Tivify son ejemplos perfectos de alternativas que han ido ganando tanto peso que han señalado el camino a los propios fabricantes de TVs: tanto Samsung como LG tienen sus propias ofertas FAST.
Los problemas afectan como decimos tanto a las plataformas de streaming, que no paran de colarnos cada vez más anuncios por sorpresa, sino también a las propias plataformas televisivas de nuestros dispositivos.
Ocurre como el sistema operativo de los Amazon Fire TV Stick: antes la interfaz te mostraba contenidos recomendados con imágenes estáticas, pero ahora nada más encender estos dispositivos la interfaz es un carrusel en el que se van mostrando tráilers de series y películas, pero también anuncios publicitarios.
Google TV y Android TV no se libran, y al estar presentes tanto en los Chromecast —esos que la firma acaba de matar— como en muchas Smart TV que se venden en nuestro país son plataformas perfectas para llenarse de anuncios, como lo están haciendo.
Lo más preocupante de esto es que las Smart TV que prometían facilitarnos la vida y hacérnosla más cómoda están haciendo lo contrario. Comprar una tele tonta es casi misión imposible —yo lo hice hace años— por todo lo comentado, y no parece que esa tendencia vaya a cambiar.
Es cierto que para usuarios más avanzados existen formas de mitigar parte de esa avalancha publicitaria —en Android TV ,los Chromecast y los Fire TV tenemos Projectivy Launcher, un escritorio alternativo y sin anuncios— pero para la mayor parte de los usuarios, el futuro parece claro: será uno lleno de anuncios.
Imagen | Glenn Carstens-Peters
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