El océano Índico tiene una importancia vital para los países colindantes, pero para India y China, el control de estas aguas se ha convertido en un asunto de máxima importancia. Y no es para menos, ya que es clave para afianzar la estrategia de control geopolítico por parte de China y, para India, supone la vía de entrada de petróleo, así como la manera de exportar sus bienes a otros países.
Los dos países mantienen desde hace años posturas tirantes debido a intereses cruzados por el control del Himalaya (tanto China para mantener su hegemonía en las tierras raras como India con su nuevo túnel siguen realizando operaciones), algo que dejó varios muertos hace unos años y que se mantiene actualmente como una calma tensa. En mitad de ese escenario, India acaba de marcar músculo con dos portaaviones y una operación que es publicidad para su fuerza naval, pero también un aviso a China.
Antes, hay que hacer algo de historia. Los dos países comparten una frontera de algo menos de 3.400 kilómetros y ambos mantienen que ciertos territorios a un lado y a otro les pertenecen. Uno de los orígenes del conflicto es que China se niega a reconocer las fronteras que los británicos diseñaron durante la época colonial.
Esa disputa derivó en una guerra abierta entre ambos países en 1962. Esta nueva guerra indochina fue breve: de octubre del 62 hasta noviembre del mismo año. China conquistó varios territorios a lo largo de la frontera y, tras una serie de violentas escaramuzas, consiguieron llegar hasta los límites del territorio reclamado y declararon una paz unilateral. Fue una humillación para India.
Una demostración de fuerza contra China
Desde entonces, se han producido otra serie de altercados, pero en diferentes escaramuzas a partir de 2017, con tropas heridas en ambos bandos y las muertes de 2022, el conflicto se recrudeció. Actualmente, se mantiene, como decíamos, una calma tensa, pero India no está sola y cuenta con Estados Unidos, que desde hace unos años está acercando posturas con India, incluso con la visita del presidente norteamericano en el G-20 para estrechar más los lazos.
Y, en ese escenario, India ha realizado una maniobra para demostrar su poder ante China y para dar moral a sus tropas. Los protagonistas han sido el INS Vikramaditya, un portaaviones ruso modificado que es el buque insignia de la Armada India, y el INS Vikrant, el primero que fue construido por el país.
Se trata de dos buques similares en dimensiones y ambos con capacidad para 36 aviones, así como armamento y equipos avanzados para la guerra electrónica. En la maniobra ceremonial se pudo ver cómo despegaban una pareja de cazas MiG-29K de manera simultánea en una coreografía bastante interesante.
Esto se produjo a comienzos de marzo durante la Conferencia Bianual de Comandantes Navales de la Armada de India y es tanto una celebración por el propio evento como una muestra del poder marítimo de la armada, apoyado por hechos recientes como el rescate de un buque ante el fuego de misiles balísticos hutíes.
Durante el evento, el ministro de defensa indio elogió esas acciones y manifestó que es una muestra del papel de liderazgo de su país en una región como la del océano Índico. Sin embargo, desde China piensan algo diferente.
Directamente, piensan que esas maniobras en el Mar Rojo, simplemente, han sido marketing. En un artículo de opinión publicado por el ejército chino se afirma que "india es el único país del mundo que despliega dos portaaviones simultáneamente para el mismo ejercicio. Aparte de Estados Unidos".
Continúa diciendo que "la Armada de India ha elaborado varios trucos publicitarios recientemente […], como el envío de cinco destructores con sistema Aegis para escoltar barcos en el Mar Rojo. Hay que destacar que la Armada de India tiene sólo seis de estos destructores, por lo que se puede afirmar que casi toda su fuerza de destructores avanzados fue enviada a ese punto. India se ha vuelto bastante vanidosa".
Y, en definitiva, ha ocurrido lo que suele pasar en este tipo de demostraciones: el país que la realiza hace ver que tiene un gran despliegue, mientras que el país al que intentan intimidar afirma que no les ha impresionado.
Mientras tanto, las dos potencias se encuentran en un periodo de inversión en armamento, particularmente en portaaviones. Se espera que India invierta 4.800 millones de dólares en su segundo portaaviones propio y China, por su parte, está presumiendo con el Fujian, un superportaaviones con tecnología puntera.
Portada | INS Vikrant (YouTube)
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