Pues ya estamos en 2016 y el sueño del coche volador sigue siendo eso, un sueño que nos vendió la ciencia ficción. Sin embargo existen una gran cantidad de proyectos que buscan hacer de ese sueño una realidad, con ideas un poco limitadas, pero hasta el momento es lo que tenemos disponible, eso sí, aún sin una posible implementación comercial que haga que todos tengamos nuestro coche volador guardado en la cochera en un futuro cercano.
A pesar de esto, siguen apareciendo desarrollos que buscan ponernos en el aire por medio de transportes personales y dejemos finalmente las calles. Es así como ahora conocemos a Lilium, un avión biplaza que podría ser considerado un proyecto más, sino fuera por que detrás de éste tenemos a la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Universidad Técnica de Munich.
Lilium, el avión personal que despega como helicóptero
La incubadora de proyectos de ESA está dando a conocer unos de los proyectos más interesantes que hemos visto respecto a aviones personales, el cual resuelve uno de los mayores problemas en este tipo de vehículos: la necesidad de una pista de despegue. Por ello han decidido incorporarle pequeñas turbinas giratorias en las alas, que le permitirán hacer despegues en horizontal en un espacio de al menos 15 metros cuadrados.
Si este sistema de despegue les suena familiar, es porque se basa en el funcionamiento que utiliza el avión VTOL X-Plane de DARPA, sólo que en esta ocasión se busca tener un medio de transporte silencioso, por ello se incorporan motores eléctricos que ofrecen una velocidad de hasta 400 km/h con una altitud máxima de 3000 metros, lo que hará que no interfiera con el espacio aéreo comercial.
Cuenta con su propio tren de aterrizaje retráctil y un sistema de recarga por medio de enchufe tradicional; en el interior nos encontramos con un joystick para su operación, así como una pantalla táctil que muestra diversas condiciones de la aeronave, además de que el despegue y el aterrizaje se hará de forma automática gracias a un software de piloto automático, que hará más sencilla su operación.
Sin embargo, aún existen varios detalles pendientes, como la autonomía, así como leyes que regulen el uso de este tipo de vehículos, ya que sólo se sabe que necesitará una licencia especial con al menos 20 horas de formación, además de que su uso estará limitado a zonas no habitadas, siempre y cuando las condiciones del tiempo así lo permitan.
Sus creadores han empezado a realizar pruebas con un prototipo de 25 kilogramos sin ningún contratiempo, pero esperan tener el primer prototipo a escala real durante el verano con vuelos tripulados a inicios de 2017.
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