En el CES de este año un Audi A7 logró viajar desde San Francisco a Las Vegas de forma autónoma gracias a una serie de sensores -cámaras 3D y escáneres láser incluidos-, sino también a una tecnología creada por TomTom.
Esa tecnología, llamada RoadDNA, se pone ahora a disposición de los desarrolladores, que podrán trabajar sobre ella para implementar sus propios coches autónomos haciendo uso de todos los datos que recolecta y ofrece este sistema durante la conducción autónoma.
Los fabricantes y desarrolladores pueden ir tomando nota
El funcionamiento de** RoadDNA** se basa en la correlación de la visión en tiempo real de las cámaras situadas en el coche con una base de datos de imágenes en 2D a ambos lados de la carretera. Con esa información es posible establecer la posición de un coche con una precisión de 1 centímetro incluso a velocidades elevadas.
Por supuesto el algoritmo tiene ante sí obstáculos como los posibles cambios en el trazado o sus alrededores, pero además es necesario trabajar con un amplio volumen de datos para que el sistema funcione de forma eficiente, lo que también plantea** dudas respecto a la latencia** y las necesidades energéticas del sistema.
Parece que TomTom ha resuelto este segundo problema, porque afirman que la base de datos de RoadDNA ocupa 25 Kb por kilómetro, lo que haría perfectamente factible almacenar esos datos en sistemas dentro del vehículo o bien suministrarlos vía conexiones de datos móviles. Eso, dicen sus responsables, hace que la tecnología sea "robusta y escalable".
Vía | Engadget
Más información | TomTom
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