De Yiwu a Madrid hay unos diez mil kilómetros de distancia, que prácticamente son los que recorre una línea de tren de mercancías, considerada como la más larga del planeta. Una "moderna ruta de la seda" de veintiún días de duración.
La ruta es considerablemente más larga que la Transiberiana, que se extiende por unos 9.300 kilómetros para unir Rusia y China, pasando por Mongolia. El gobierno chino ha gastado inicialmente 40.000 millones de dólares en la nueva línea, con intención de seguir mejorando y ampliando en la medida de lo posible.
No hace falta que expliquemos la razón del proyecto, se trata de una vía de transporte de mercancías entre Asia y Europa, que puede llevar hasta 82 contenedores desde la ciudad industrial de Yiwu hasta nuestra capital.
82 contenedores para mercancía de lujo
Aunque se nos pueda venir a la cabeza la idea de rellenar las tiendas que florecen en países europeos, la carga principalmente está compuesta por productos caros, de lujo, como puedan ser coches o mercancía tecnológica.
No os voy a descubrir nada, pero lo interesante de una línea de tren, es el hecho de atravesar ciudades importantes para el comercio, pudiendo realizar muchas paradas y transportes, saliendo beneficiados más territorios.
El transporte en avión es mucho más caro, pero también más directo, en cuanto a los barcos, es mucho más lento - de Asia a Europa se echan unos 60 días - aunque sí que es un negocio más asequible por contenedor.
Lo dicho, el transporte marítimo sigue siendo más barato y capaz, unos 4.000 dólares por cada contenedor, mientras que en el tren la cifra sube a 9.000 dólares, de ahí que se busque mercancía con grandes márgenes de beneficio.
Algunas empresas tecnológicas importantes - como Hewlett Packard - hablan positivamente sobre el uso de la ruta.
Uno de los países que parecen más favorecidos con la ruta es Kazajistán, que no forma parte de la Transiberiana, y aquí es parte fundamental. Se puede convertir en una nueva puerta a Europa para Asia, sin tanta influencia de Rusia (aunque sigue teniéndola).
Sin entrar demasiado en temas políticos, a Kazajistán le viene muy bien ser menos dependientes de Rusia, y mejores amigo de China. De hecho se está montando toda una infraestructura en la frontera para acomodar el paso de los trenes y de paso recibir a turistas chinos.
Más información | Economist | Washington Post
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