Ordenadores con ruedas. Es lo que cada vez caracteriza a los coches modernos, que han pasado a integrar un enorme número de sistemas electrónicos que lo controlan todo y que han resultado ser cada vez más una parte importante de sus costes de fabricación.
Un estudio reciente revela que de hecho que hoy en día la electrónica representa el 40% del coste total de un coche nuevo. En 2000 ese porcentaje era del 18%. ¿Qué ha pasado?
La electrónica inunda (en el buen sentido) nuestros coches
Lo que ha pasado es que la electrónica se ha metido de lleno en todo el ciclo de vida del coche, desde los procesos de desarrollo, diseño y fabricación hasta el control de más y más funciones que hacen que nuestros coches sean más eficientes, cómodos y seguros que nunca.
Esa revolución de la electrónica en el coche se inició con el propio origen de la informática y la computación: los ingenieros de la industria automovilística ya plantearon sistemas de inyección electrónica de combustible en la década de 1950. El primero de estos sistemas, el "Electrojector", fue creado por American Motors Corporation en 1957.
Luego llegarían otras mejoras como los sistemas ABS que por cierto, se instalaron por primera vez con su formato electrónico no en un coche, sino en un avión, el legendario Concorde. Las mejoras que planteaba la electrónica fueron integrándose en cada vez más sistemas para automatizarlos, mejorarlos y hacerlos más eficientes.
Ese papel absolutamente protagonista de la electrónica y la tecnología es claro ahora con la integración de sistemas de asistencia a la conducción, con las actualizaciones OTA de los móviles coches de Tesla o con los distintos esfuerzos que varias empresas están realizando para conseguir que el coche autónomo —conducido por un algoritmo, básicamente— sea una realidad más temprano que tarde.
Tecnología sobre ruedas
Un informe de Deloitte (PDF)ha revelado que en la actualidad el 40% del coste total de un coche nuevo está dedicado a la electrónica. Era del 18% en el año 2000 y del 27% en 2010. En 2030, dicen, representará el 45% del coste total.
Allí revelan cómo la industria de la automoción ha avanzado de forma asombrosa, sobre todo en los últimos 15 años. En 2004, destacan, "solo una cuarta parte de los coches tenían airbags, y menos de la mitad tenían ajuste electrónico de los asientos".
La electrónica está hoy en día presente en decenas de sistemas, como se puede ver en la imagen, y lo que en 2004 era casi la excepción hoy es la regla. Cosas como los controles de estabilidad, los airbags laterales, los sensores de presión de los neumáticos, los detectores de puntos ciegos o los sensores traseros —benditos "¡piiii!" para aparcar que han hecho que podamos dejar atrás lo de "aparcar de oído"— son ahora mejoras que encontramos en prácticamente cualquier coche.
Esa presencia de la electrónica va a más, y aunque según Deloitte ese avance será a partir de ahora algo menos pronunciado en cuanto al coste total que representa, parece claro que cuando hablamos de los coches como "ordenadores con ruedas" no exageramos.
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