En 2015 ya hablábamos del Bloodhound LSR, el equipo que tenía como objetivo lograr un hito histórico y conseguir superar la velocidad de 1.000 millas por hora (1.609,34 km/h) en su coche supersónico. Que de coche, por cierto, tiene poco.
Tras varios retrasos y problemas serios, el proyecto ha podido continuar en marcha y acaba de dar un paso firme hacia ese objetivo. En una primera prueba en el desierto del Kalahari se han alcanzado las 501 millas por hora (806,28 km/h) y parecen tener margen de maniobra. Nada extraño, teniendo en cuenta que el motor de este coche no es un motor de coche normal: es el mismo motor del Eurofighter Typhoon.
Más rápido, más rápido y más rápido
La iniciativa estuvo a punto de decir adiós el año pasado cuando sus responsables se quedaron sin financiación, pero a última hora un emprendedor inglés invirtió la cantidad necesaria para mantener el sueño vivo.
El objetivo primordial es superar el récord que Andy Green -piloto cazas en la RAF- logró en 1997 cuando alcanzó las 763,035 mph (1.227,99 km/h), y ha sido el propio Green el que se ha puesto a los mandos de este nuevo vehículo supersónico.
Para ello cuenta con una ayuda importante: la presencia de un motor EJ200 de Rolls-Royce, el mismo que se utiliza en los cazas Eurofighter Typhoon que comenzaron a surcar los cielos en 2003. Ese motor será clave para lograr entrar en velocidades supersónicas (mayores que 1.235,52 km/h) y superar el récord de 1997.
Después irá la fase 2: si todo va bien, este coche -parezca o no un coche- tratará de superar la barrera de las 1.000 mph en un vehículo terrestre, una velocidad que estaba hasta ahora reservada a cazas de combate.
Vía | Ars Technica
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