Espero que en un futuro próximo no haya ningún disturbio que intentar controlar, pero como sé que esto es algo imposible, y las autoridades tienen que tener mecanismos a mano, os enseño un avance llamativo por parte de la empresa Bozena Security Systems.
Bozena Riot es un vehículo ideado para trabajar en zonas de disturbios, que puede ser remotamente operado, además de bien armado y protegido. Su misión es la de moverse por las urbes haciendo las veces de escudo de la policía o miembros de seguridad correspondientes.
Su aspecto es bastante sencillo en su parte de vehículo, prácticamente estamos ante una pequeña excavadora de cuatro ruedas, eso sí, es bastante ágil siendo capaz de girar 360 grados sobre su eje. La gracia del asunto está en las protecciones extensibles que lleva a cuestas:
Los paneles se extienden para hacer las veces de pared móvil, con ventanitas y protecciones para dejar que los policías - hasta 36 - que se esconden tras ellos, sigan la acción. Este escudo pesa 3.000 kilos y tiene dos niveles posibles de altura.
El “arma” principal de Bozena Riot es el agua, el vehículo lleva dos cañones para disuadir a los que están montando el disturbio. Aunque los disparadores estén en el vehículo principal, el agua va en un ‘water trailer’ auxiliar, que puede funcionar de forma independiente. Está protegido contra balas y porta 3.000 litros de líquido o espuma.
Para el que conduce el vehículo hay una serie de ayudas para la visión, como monitores que transmiten la información de cámaras situadas en la parte delantera y trasera de Bozena Riot. Todos los controles interiores están retroiluminados para poder funcionar en la oscuridad.
Su velocidad máxima es de 40 kilómetros por hora, todas las ruedas giran para conseguir un mejor ángulo para moverse en menos espacio, y su capacidad de carga es de 4.000 kilos: la mayoría se lo lleva el escudo y los mecanismos que lo permiten extenderse.
Está claro que este vehículo es para situaciones especiales pero este tipo de movimientos representan un paso adelante hacia la militarización de los cuerpos de seguridad de las ciudades, en un momento en el que muchos gobiernos debaten la utilidad de las armas en el día a día.
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