Algo hace clic para un conductor tradicional cuando gira la llave del coche y ni siquiera está seguro de si ha arrancado realmente o no. En los eléctricos pasa eso, pero también otras muchas cosas que dejan entrever que este es el futuro de la industria automovilística. Un futuro que queremos que llegue cuanto antes.
Ayer tuvimos la ocasión de probar los nuevos Smart electric drive Fortwo, la cuarta generación de unos coches eléctricos que han ido evolucionando en los últimos años y que se han convertido en el paradigma del perfecto vehículo de ciudad. Sin emisiones, sin ruidos y con una autonomía y potencia que los convierte en candidatos a convertirse en un gran segundo coche para cualquier persona. Y quizás el primero y único.
Un señor coche (eléctrico)
Pones la llave en el contacto, la giras, y aquello no suena. Nada de broom, broom. Tienes que mirar la pantalla para confirmar que efectivamente el Forwto de la familia smart electric drive está preparado para iniciar la marcha. Metes marcha atrás y aceleras con escepticismo. Como pensando "no creo que haga nada, esto no puede haber arrancado. No suena nada".
Pero se mueve. Vaya si lo hace. Esa breve maniobra —la cámara trasera muestra esa asistencia al aparcamiento al meter la marcha atrás— ya ofrece muy buenas sensaciones tanto en respuesta como en el propio radio de giro, inferior a los 7 metros en un coche que es ágil y simpático en todo.
Eso se nota nada más meter la directa para olvidarse ya de cambiar marchas. Como cualquier eléctrico, el Fortwo lo da todo desde el primer pisotón. Si es que quieres darle un pisotón, claro, porque en realidad no deberías.
Es pequeñito pero matón, y es posible ganar velocidad de forma sorprendente, con ese reprise característico de este tipo de motores que recuerda a esos vídeos locos del Tesla y que con las lógicas distancias también uno experimenta en estos vehículos.
A partir de ahí, a disfrutar de un coche que a pesar de su aspecto y su marca ya tiene muy poco que ver con los Smart Fortwo originales que aparecieron en su primera versión preliminar en 2007 en la ciudad de Londres y que parecían casi de juguete. Estos coches son ya unos señores coches, tanto en prestaciones como en equipamiento.
Así es la nueva familia smart ed
El modelo que probamos fue el Fortwo coupé de dos puertas y dos plazas (precio recomendado de 23.302 euros),** que se une al Forfour de cuatro puertas** y cuatro plazas (23.966 euros). Ambos se lanzarán en junio de este año, mientras que un mes más tarde les acompañará el Fortwo cabrio (26.730 euros), que será el único cabrio eléctrico del mercado según los responsables de comunicación de Mercedes-Benz.
En esos precios no se contemplan las potenciales ayudas con las que suelen contar los vehículos eléctricos, y que en este caso para particulares pueden ascender a 5.500 euros de descuento en la adquisición más otros 1.000 euros en la instalación de un punto de carga con esos Wallbox que permiten "enchufar" el coche a la toma cuando está aparcado en la plaza.
Esas tomas de corriente se configuran para ser utilizadas únicamente con nuestro vehículo —nadie podrá robarnos electricidad en esa toma— gracias a una asociación unívoca entre el cargador y el coche. Evidentemente lo ideal es poder contar con una plaza de garaje fija, ya que en otros casos recargar el coche puede ser un verdadero problema.
Este es precisamente una de las principales barreras para el futuro del coche eléctrico: la infraestructura pública debe comenzar a desplegarse para que estos vehículos nos generen ese estrés que ya vivimos de hecho en los móviles y que de hecho es mucho más preocupante en el terreno de los coches eléctricos.
Los responsables de Daimler/Mercedes-Benz en España nos revelaron las principales especificaciones de unos vehículos "ideales para circular por ciudad", con un par motor de 160 Nm "disponibles desde el primer momento" (lo dicho, cuidado con los pisotones), y que cuentan con 81 CV (60 kW) de potencia. La velocidad máxima es de 130 km/h, y aquí sí que quisimos poner a prueba esa potencia por la A-1 Madrid-Burgos durante las pruebas para certificar que efectivamente puede mantenerse entre 120 y 130 km/h sin ningún problema.
El dato más relevante probablemente para muchos usuarios es el de la autonomía de la batería, uno de los aspectos que ha evolucionado respecto a la anterior generación, y que ahora se sitúa en 160 km según el ciclo normalizado europeo.
No solo eso: la carga es ahora el doble de rápida que en los modelos smart ed de la iteración previa, algo en lo que también se han centrado todos los esfuerzos en los nuevos modelos. Para ello contamos con un cargador de a bordo de 4,6 kW y una batería de alto voltaje de 17,6 kWh de iones de litio que según los responsables de la firma tiene una garantía de 100.000 km u ocho años de uso. La batería, desarrollada por la filial de Daimler Deutsche ACCUMOTIVE, se sitúa bajo el piso del coche, "favoreciendo el centro de gravedad del vehículo".
Esa carga rápida lo puede ser aún más con un paquete opcional que con una potencia de 22 kW permite recargar en menos de 45 minutos el 80% de la capacidad de la batería. El tiempo de recarga del 0 al 80% en un enchufe doméstico es de 6 horas —como el móvil, lo ideal es cargarlo por la noche—, mientras que si usamos un Wallbox, una "carga mural" preinstalada en el garaje, ese tiempo se reduce a 3,5 horas.
La degradación de la batería es mínima, aseguran, e incluso después de esa distancia (o tiempo) la capacidad se mantiene muy por encima del 90%. De no hacerlo podemos apoyarnos en esa garantía, por supuesto.
En la parte delantera encontramos un radar que es crucial para el asistente de frenado activo: este sistema emite una advertencia óptica y, en caso necesario, también acústica ante una posible colisión por alcance. Si en esa situación pisamos el freno, el sisteam aporta fuerza de frenado adicional si la situación lo requiere, pero es que si no reaccionamos ante el peligro el propio vehículo activa la frenada de forma autónoma. No realizamos pruebas al respecto, pero son sistemas que han sido probados de forma extensiva y que nos pueden evitar sustos importantes, desde luego.
A esa autonomía se le suman las mejoras en los modos ECO que permiten disfrutar de modos de conducción más eficiente: la recuperación (parcial, eso sí) de energía se realiza durante el propio trayecto, y cuando frenamos o no pisamos el acelerador la propia inercia hace que las baterías se carguen ligeramente para extender esa autonomía.
¿Su otro coche, y cada vez el de más gente?
En nuestro recorrido tuvimos la oportunidad de conducir el smart ed Fortwo coupé durante cerca de una hora, y en todo momento el coche se comportó de forma fantástica, con fantástica respuesta en aceleración y frenado y con esa sensación de estar en un coche en toda regla.
A ello se le unen esas mejoras tecnológicas que van integrándose de serie u opcionalmente en estos vehículos. La aplicación "Smart control" para nuestros móviles permite controlar a distancia funciones como la preclimatización o la recarga inteligente, además de obtener información del vehículo en todo momento en nuestro móvil, tableta o PC.
También hay opciones llamativas para plantear soluciones a esa ausencia de ruido que generan los eléctricos exteriormente: los peatones deberán irse acostumbrando a ellos, pero si queremos curarnos en salud es posible instalar un "sistema de advertencia acústica para el entorno" que se activa a velocidades inferiores a 30 km/h (a mayores velocidades son mayores los sonidos aerodinámicos y de rodadura).
En estos coches también contamos con detectores para cambio de carril (opcionales) o asistentes para viento lateral (de serie), y contamos además con extras como un conector USB y una ranura para tarjetas SD en la que encontramos la cartografía para el navegador integrado de serie en el vehículo con esa pantalla multi-touch para la interacción.
En realidad ya habíamos tenido la oportunidad de probar uno de estos vehículos de la anterior generación gracias a las pruebas del servicio car2go que precisamente se basa en estos vehículos smart ed Fortwo y que sigue captando usuarios en Madrid y otras muchas ciudades europeas. Esa modalidad de un servicio con coche compartido precisamente demuestra la validez de un vehículo eléctrico que evita cualquier tipo de emisión de gases contaminantes y que se beneficia de ventajas en temas como las zonas de aparcamiento regulado.
La evolución del mercado es más lenta de lo que muchos querrían, pero la pregunta no es ya si el coche eléctrico acabará imponiéndose, sino cuándo lo hará. El smart ed Fortwo coupé demuestra que los coches están ya preparados para ofrecer una alternativa viable —por el momento, en ciudades— a los vehículos con motores de combustión, y de hecho cualquiera que se plantee la compra de un segundo coche (y pronto, de un primero) debería tener muy encuenta alternativas como la que presenta el grupo Daimler con esta familia.
En Motorpasión | Cómo el coche eléctrico se está convirtiendo en el primer vehículo del hogar
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