De vez en cuando nos llegan al laboratorio dispositivos que es todo un placer tener que probar. El Blackfire PS3 Controller de Ardistel es uno de esos casos. La compañía acaba de lanzar esta versión propia del mando oficial de Playstation 3 y este fin de semana hemos dado buena cuenta de sus pros y contras.
Para empezar, decir que el BlackFire es uno de los mejores mandos no oficiales para Playstation 3 que hemos probado. El controller es inalámbrico e incorpora toda la botonera y funciones del mando oficial, incluidas la vibración de dos motores al estilo Dualshock y los controles de posición Sixaxis.
¿En qué se diferencia entonces del Dualshock 3? En primer lugar en el diseño. El Blackfire es más voluminoso que el mando original de PS3 y un poco más pesado. El diseño también se aleja mucho del Dualshock y se acerca, de hecho, a las formas redondeadas del mando para Xbox 360. De hecho, los que prefieran la forma de este último encontrarán en el Blackfire su oásis ergonómico particular.
La superficie del Blackfire está recubierta de goma suave con zonas antideslizantes rugosas. El agarre es una delicia y se comporta mejor que el original tras largas horas de juego.
Botones y respuesta
La configuración de botones del mando es la misma que en el DualShock con variación en las proporciones. Las setas de control, por ejemplo, están a la misma distancia, pero los botones de acción están algo más juntos y la cruceta es más pequeña.
El primer caso no supone problema ya que los botones están más elevados y son fácilmente reconocibles al tacto. No ocurre lo mismo con la cruceta y ya os adelantamos que es, probablemente, el elemento que más chirríe a los aficionados más exigentes.
No es que funcione mal, al contrario, responde con fluidez, como el resto de botones del Blackfire, pero está realizada en una sóla pieza, no en cuatro botones separados como el en DualShock. Esto se puede traducir en algo más de incomodidad a la hora de pulsar diagonales en juegos que las requieran, como algunos títulos de lucha.
Una de nuestras principales preocupaciones era la sensibilidad de las setas. Muchos mandos no oficiales de PlayStation tienen el problema de no responder con la misma rápidez al movimiento del dedo, dejando una zona de sombra.
En otras palabras, hay que inclinar más la seta para que la consola comience a registrar movimiento. Afortunadamente, no es el caso del Blackfire, cuya sensibilidad es prácticamente idéntica a la del mando original. Quizá los jugadores más sensibles encuentren diferencia, pero es mínima.
Mención especial merecen los excelentes gatillos progresivos, curvados hacia afuera, muy sensibles y muy cómodos de manejar con los índices y los dedos de hacer gestos feos.
Por lo demás, la configuración es idéntica al Dualshock oficial, con cuatro Leds para determinar el canal de comunicación con la consola y las mismas funciones en los botones Home, Select o Start.
Configuración y rendimiento
La configuración del Blackfire es prácticamente inexistente. La primera vez que usemos el mando simplemente lo conectamos mediante cable para que la consola lo reconozca y ya. A partir de ahí podemos desenchufarlo y tratarlo como un mando más de la PS3.
El cable MiniUSB, de tres metros de longitud, sirve también para cargar el mando cuando nos quedemos sin baterías. El Blackfire lleva una batería extraíble de 800mAh. En un fin de semana no hemos sido capaces de agotarla, con lo que tendemos a pensar que su autonomía irá pareja a las 30 horas del DualShock. En cualquier caso, si nos quedamos sin energía podemos seguir jugando mientras carga como en un mando normal. Ardistel ha comentado, por cierto, que el mando recibirá las mismas actualizaciones que el oficial de PS3 en caso de producirse.
Por último llegamos a otro punto que podía resultar espinoso, el de los motores de vibración y el sistema Sixaxis. La vibración en el Blackfire es, quizá, algo menos ‘nitida’ que en el DualShock, producto quizá de su mayor tamaño o de los materiales. Con todo, funciona bien y mantiene el ritmo del mando oficial.
En cuanto al sistema SixAxis, el Blackfire lo emula a la perfección, con exactitud y fluidez. Los amantes de los juegos de coches pueden respirar tranquilos.
El Blackfire también incorpora un botón ‘Turbo’ que en principio sirve para acelerar la frecuencia de respuesta de los gatillos. El sistema no ofrece un resultado especialmente espectacular, por no decir que no hemos notado mucha diferencia. Con todo, también hay que decir que no todos los juegos lo soportan.
BlackFire Controller para PS3. La opinión de Xataka
A menos que seamos unos apasionados de la forma y tamaño del DualShock, el Blackfire nos ofrece la misma calidad, con un diseño realmente bonito en negro y rojo, y con un precio, de media, más barato que el oficial (39.95 euros).
Sú única pega, que es más bien una diferencia que un defecto, es el diseño de la cruceta de movimiento, que puede no gustar a los fans de este sistema aunque, por lo demás, es parecida a la de Xbox 360. Quitando eso, el Blackfire es perfectamente recomendable como alternativa al DualShock 3 oficial.
La compañía ha lanzado también otras dos versiones: el Blackfire Compact, de dimensiones más reducidas, y el Blackfire Hardcore, en el que la seta izquierda y la cruceta intercambian su posición como en el mando de Xbox 360. Estas dos variantes son reconocibles por los detalles de color en naranja y azul en vez del rojo del Blackfire original. Su precio es el mismo.
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