No solemos darnos cuenta, pero las consolas de última generación de Sony y Microsoft son sencillamente prodigiosas. Y lo son, entre otras cosas, porque obtenemos un rendimiento asombroso por el precio que pagamos por ellas.
Cualquiera que intente construir un PC que se quipare e la PS5 o la Xbox Series X lo podrá comprobar de primera mano. Hicimos ese ejercicio en 2017 con la anterior generación, configurando un PC equiparable a una Xbox One X, y ya entonces quedaba claro que el resultado, aunque aceptable, no era especialmente superior.
Luego lo volvimos a intentar en 2021, pocas semanas después del lanzamiento de la nueva generación de consolas, y ya entonces el coste de ese PC equivalente era muy superior al de estas consolas: de los 500 euros que costaban la PS5 y la XBSX pasábamos a los 1.369 euros del PC, y eso sin añadir sistema operativo, teclado ni ratón.
Tres años después han intentado hacer exactamente lo mismo en el conocido canal de YouTube de Linus Tech Tips. Han pasado unos años y eso ha permitido que muchos componentes se abaraten de forma notable, pero lo curioso es que ni siquiera ahora logran crear un PC equivalente a la PS5 que sea especialmente recomendable.
De hecho el propio Linus lo comenta al final del episodio, cuando indica que todos los componentes del PC le han costado un total de 475 dólares, por debajo de los 500 dólares de una PS5 nueva, pero reconoce que esta generación de consolas "ha retenido ese estatus de tener mejor valor que el PC durante mucho más tiempo del que pude prever".
En el vídeo se puede ver cómo en ciertos escenarios el PC que logran crear supera a la PS5, pero lo hace con mucha letra pequeña. En concreto, con estos puntos:
- Componentes usados y sin garantía. La PS5 con la que comparan su proyecto es un modelo nuevo de 500 dólares y con garantía, pero todos los componentes que compran para el PC son usados. No hay por tanto garantía para esas piezas y hay potenciales gastos adicionales, como los de envío.
- Hay que montar ese PC. Mientras que la consola está preparada para ser enchufada y disfrutar de ella, es necesario montar todos los componentes en la caja de PC —que por cierto, les salió gratis porque reutilizaron una antigua que tenía—. No solo eso: durante el proceso no tuvieron problemas, pero al usar esos componentes usados pueden aparecer todo tipo de conflictos e incompatibilidades, y salvo que el usuario tenga experiencia en este ámbito, esos problemas pueden acabar siendo verdaderamente molestos.
- Del sistema operativo y los accesorios, nada. Es posible usar Linux en ese PC, pero muchos usuarios probablemente preferirán Windows y hay que añadir ese coste extra. También habría que comprar periféricos como el ratón y el teclado, lo que haría la inversión incrementarse en unos 50 euros.
- Unas veces mejor, otras ni funcionan. Auque en algunos juegos se logra una tasa de FPS mayor que la de la PS5, hay juegos que no funcionan en absoluto —en el vídeo, 'Ratchet & Clank: Rift Apart'.
- Y hay que tocar BIOS o preferencias de juego. En otros títulos Linus tuvo que modificar parámetros de la BIOS, algo que se escapa del alcance de usuarios finales sin experiencia que solo quieren jugar a sus juegos sin tener que configurar nada extra. En 'The Last of Us' se notaba por ejemplo que había más detalle en la PS5, lo que hizo que Linus tuviera que modificar también parámetros del apartado visual del juego para tratar de que la experiencia fuera de la misma calidad.
- Demasiadas molestias. En general la PS5 gana de largo la partida, y lo hace por ejemplo en temas como HDR, que está activado por defecto en la consola y en el PC debe activarse. No hay que montar el PC, instalar controladores e irlos actualizando cada cierto tiempo uno por uno, etc.
Como se puede comprobar, es posible crear un PC que más o menos cuesta lo mismo que una PS5 o que una Xbox Series X y que ofrece un rendimiento similar en muchos casos, pero para lograrlo hay que hacer algunos sacrificios importantes.
Es cierto que el PC permite además ser usado para trabajar —un punto a su favor— y es fácil y asequible ampliar algunas de sus prestaciones —memoria, almacenamiento, incluso CPU y GPU a medio plazo— para adaptarlo a los nuevos tiempos, pero para la mayoría de jugadores lo cierto es que la PS5 y la Xbox Series X siguen teniendo una relación precio/prestaciones excepcional.
Con todo y con eso, esto son buenas noticias para los jugadores. Los que prefieren el PC y saben manejarse en ese ámbito pueden desde luego contar con esa opción, pero los que no pueden irse a máquinas desde luego más caras pero que ofrecen experiencias de juego superiores. Y los que prefieren las consolas saben que tienen a su alcance plataformas realmente excepcionales por coste y que siguen dando mucha guerra —muchísima, de hecho— más de tres años después de su lanzamiento.
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