Todos teníamos claro que el mundo de Harry Potter podía dar de sí para servir como germen de un juego impresionante. Pero lo que ha enseñado 'Hogwarts Legacy' en su State of Play posiblemente ha impresionado a más de un escéptico. Absolutamente todo lo esperable en un mundo abierto inspirado en la creación de J.K. Rowling está ahí, y con unos cuantos extras que garantizan horas de diversión adicional.
Lo cierto es que no hay nada excesivamente sorprendente en 'Hogwarts Legacy': todo lo esperable está aquí. Un personaje (mago o bruja) que se puede configurar a fondo, un entorno abierto en el que se pueden cumplir misiones principales, vinculadas a la historia del protagonista y quizás su relación la Magia Oscura, o secundarias. Y cómo no, habilidades, equipación, experiencia que se va ganando y haciendo más poderoso al protagonista.
Es decir, que sorpresas pocas, pero de lo esperable tiene todo y más. Desde detalles obvios que no pueden faltar en un juego de Harry Potter, como algún que otro personaje secundario, un Hogwarts replicado en lo que conocemos y en lo que no, cuatro clases a elegir, lecciones de encantamientos, pociones, herbología y mucho más... a obviamente, ramificaciones que parten de lo que ya conocemos: Hogwarts parece un laberíntico castillo lleno de puzles, pasadizos secretos y estancias por explorar. Y hay exteriores a los que acudir y un pueblo cercano, Hogsmeade, donde abundan tiendas, secundarios y enfrentamientos con magos no tan buenos como tú.
Agita la varita
Una rebelión de goblins y una alianza con magos oscuros es la clave argumental de un juego que no ha descuidado el combate: en el State of Play pudimos ver unas cuantas secuencias de acción a las que no se les podrá exigir la precisión ni exigencia de un 'Elden Ring', pero que están punteadas por, literalmente, decenas de hechizos a nuestra disposición. Según pudimos ver, estos serán altamente configurables y mejorables a nuestro gusto para que vayan confirmando un estilo mágico personal y diferenciado.
En esos combates, algunos con efectos ciertamente espectaculares, tendremos a nuestra disposición el inevitable catálogo de ataques, protecciones, lanzamientos o maniobras potentes para aturdir al enemigos. Todo ello se irá mejorando en un árbol de habilidades que aportará el inevitable toque rolero digerible al juego.
Y como guinda en Hogwarts, quizás el espacio más original y memorable de lo presentado sea la Room of Requirement: una habitación altamente configurable que "percibe lo que necesitas y te lo da". Cuidada por el elfo Deek, en él se puede hacer crecer plantas, crear pociones y criar bestias y criaturas mágicas, entre muchas otras actividades para configurar a nuestro mago o bruja. Un espacio en el que pasar horasm diseñándolo al gusto y que es solo una muestra más del excelente gusto por el detalle que desborda este título de Avalanche.
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