A finales de agosto del año pasado llegaba el LG G Watch R, un reloj inteligente que analizaríamos poco tiempo después y que mostraba unas claras virtudes como referente de diseño en este segmento. Solo el Moto 360 logró convencernos más en la comparativa que realizamos a principios de año.
Uno de los apartados que condicionaban el atractivo del dispositivo de LG era su acabado deportivo, pero este fabricante ha estado muy atento y acaba de lanzar una versión en la que precisamente se solventa ese apartado. El LG Watch Urbane es un reloj inteligente con un diseño más elegante y tradicional que además esconde otra característica adicional muy prometedora. Esta ha sido nuestra toma de contacto.
Mismo atractivo visual pero ahora más cómodo
En LG no solo han prestado atención a los materiales de la nueva caja, que ahora es de acero, sino que han reducido ligeramente el volumen, grosor y peso de este dispositivo. El LG Watch Urbane no da ya esa sensación que transmitían otros productos en los que el tamaño destacaba de forma peligrosa, y como afirmaban los responsables de la firma, el objetivo era también acercar estos dispositivos a un público femenino que de momento parece estar algo alejado de la ambición de la mayoría de los fabricantes.
Lo cierto es que todo en el LG Watch Urban ofrece buenas sensaciones: ese acabado en acero y la nueva correa de piel -genuina, otro punto más sobre las correas presentes en los LG G Watch R (en ambos casos podremos intercambiarla por cualquiera de 22 mm)- lo convierten en un producto mucho más acorde con lo que podría esperar el usuario de relojes tradicionales. El acero no tiene ornamento alguno -ni tampoco las marcas numéricas de su hermano pequeño- y eso tiene una única pega: el metal es un atrapahuellas constante. No es un problema serio, desde luego, y las ventajas compensan con mucho a ese pequeño inconveniente.
Wifi como novedad en la conectividad
A esta mejora en el diseño se le suma un hardware que coincide con todo con el de su predecesor salvo en un apartado: la inclusión de conectividad WiFi, una característica que de momento no se aprovecha de forma amplia en Android Wear. Es de esperar que toda la sincronización de datos -o las limitaciones de Bluetooth a la hora de, por ejemplo, transferir música a la memoria interna del dispositivo- se beneficie de forma clara de esta opción, que eso sí, también tendrá su impacto en la batería.
Todo en la propuesta de LG es realmente destacable -por pedir pediríamos GPS-, y solo queda que Android Wear ofrezca más y más mejoras gradualmente para convertirse en una plataforma que haga que el reloj inteligente sea aún más "redondo" que nunca. El Moto 360 ya tiene un competidor a su altura (puede que por encima) en todos los sentidos. Un gran trabajo de los responsables de LG, que esperamos pronto nos confirmen el precio de este dispositivo tan atractivo.
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