Ni son los primeros, ni serán los últimos, todas las empresas que tiene mano en la investigación y desarrollo de baterías están trabajando en que sus unidades gocen de cierta flexibilidad, para poder acomodarla a nuevos diseños, permitiendo que esos productos sean flexibles, o bien con la intención de ocupar mejor el espacio que queda libre dentro de los mismos.
Hemos visto el caso de LG Chem, bastante avanzada en este aspecto, pero también podemos comprobar que su competidor natural, Samsung, tiene cosas que enseñar al respecto. En el InterBattery 2015 que tiene lugar en Seúl podemos ver que los coreanos han metido baterías en una pulsera.
La particularidad del prototipo es su delgadez, con la batería distribuida de forma extendida a lo largo de su superficie, y como podéis imaginar por las imágenes, es completamente flexible. Su destino parece obvio, montones de wearables que van situados en extremidades y necesitan que el cerebro no ocupe tanto espacio por culpa de sus baterías.
En dos formatos: Stripe y Band
Realmente se han presentado dos prototipos bajo la misma idea: Stripe y Band. La primera parece un trozo de tela que bien podría ir alojada en prendas - 0,3 milímetros de grosor -, y a la segunda la colocan directamente en la pulsera de goma de un reloj.
Hay un pero, la capacidad de esas baterías no es muy grande y ven complicado que puedan dar vida a un reloj inteligente tal y como conocemos hoy, mucho menos a un smartphone. Eso sí, su diseño les permite tener una vida un 50% más larga.
En cuanto a resistencia, Samsung considera que la pulsera puede aguantar que la doblemos más de 50.000 veces. Se pueden enrollar hasta conseguir un círculo con un radio de 15 milímetros.
Dejar claro que las baterías no son conceptuales, son prototipos funcionales, y que conforme evolucionen en su desarrollo, y en el resto de componentes que las tienen que acompañar, terminaremos viéndolas en productos reales, posiblemente en algún momento de 2017.
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