La actividad física que habitualmente registran los dispositivos 'vestibles' o 'ponibles' (mucho más conocidos como 'wearables' a secas) podría ser tan solo una pequeña muestra de lo que estas soluciones permiten. De hecho, su llegada al entorno empresarial y profesional comienza a producirse, algo que plantea un debate singular.
Varias empresas ya están realizando pruebas en las que los empleados llevan puestas pulseras que monitorizan su actividad física, pero también se están comenzando a implantar pruebas piloto con dispositivos que monitorizan con quién hablan los empleados, qué tono de voz utilizan o los movimientos de su cuerpo a lo largo del día. El resultado preliminar: hay beneficios, desde luego, pero también preocupación por una cada vez mayor monitorización de la actividad de estas personas.
En empresas como BP, eBay o Coca-Cola están impulsando el uso de pulseras como las que ofrece FitBit, y eso permite conocer entre otras cosas la actividad física de la plantilla además de generar una "competencia sana" para que esos empleados se mantengan saludables. Otros van un poco más allá, y empresas como la cadena de supermercados Tesco hace que parte de los empleados se pongan brazaletes que monitorizan dónde van de forma que se les puedan asignar tareas específicas en base a su localización. Otro buen ejemplo es el de las flotas de camiones, cuyos empleados a menudo disponen de dispositivos que monitorizan su posición vía receptores GPS para que la empresa pueda hacer un seguimiento correcto de esos transportes y, por supuesto, de la productividad de esos conductores.
Otro experimento singular fue el que realizaron en un call centre de Bank of America en el que los empleados se pusieron sensores de Sociometric Solutions -una empresa surgida a partir de un proyecto en MIT Media Lab- que monitorizaban la interacción social de los empleados. Según las conclusiones de aquellas pruebas, los empleados que eran más sociables eran también más productivos, lo que hizo que Bank of America cambiase la estructura de sus oficinas para facilitar ese contacto entre los empleados. Diversos bancos europeos también hacen un seguimiento de los empleados a través de sus placas identificativas.
¿Trabajas más si te sientes observado?
El dilema en la introducción de estos dispositivos en el entorno de trabajo es evidente. Una agencia de prensa londinense llamada Mindshare hizo que sus empleados eligieran uno de los tres dispositivos siguientes: una pulsera con acelerómetro, un monitor portátil de ondas cerebrales, o una guía postural. Tras un mes con ese programa, la productividad había crecido un 8,5% y el índice de satisfacción en el puesto de trabajo había aumentado también un 3,5%. El responsable del estudio, Chris Brauer, afirmaba que "la gente tiene presente que están en hora de trabajo, que están siendo monitorizados, y como resultado aumentan su productividad".
Ese aumento de productividad se debe -según Ethan Bernstein de la Harvard Business School- a esa sensación de estar vigiliados constantemente. En lugar de trabajar de la mejor forma posible, los empleados podrían acabar trabajar para lograr los mejores objetivos que dictan estos dispositivos, "haciendo trampas" y evitando tomar riesgos potencialmente útiles en sus jornadas de trabajo.
La invasión de la privacidad es el gran problema de estos dispositivos, que se pueden implantar entre los empleados si éstos son informados debidamente del alcance de la monitorización y consienten en ello. Jospeh Lazzarotti, un abogado de la firma Jackson Lewis, advierte de que esto puede no ser suficiente debido a que la información recolectada puede "crear consecuencias no previstas".
Brauer, el responsable del estudio de la agencia Mindshare, trataba de aclarar la cuestión sobre el futuro de estas soluciones: "la gente va a tener que decidir cuánto de sus vidas está accesible y disponible para las empresas que los contratan. Lo que siempre pensábamos que era una dicotomía entre la vida profesional y la personal se convierte ahora en un estilo de vida". De hecho, apuntaba este analista, la gente podría acabar incluyendo datos de este tipo de dispositivos en "CVs biométricos" que permitan demostrar que esas personas son especialmente aptas para ciertos tipos de trabajo demostrándolo con los datos recolectados por este tipo de wearables.
Vía | NewScientist
Más información | Sociometric badges : wearable technology for measuring human behavior
En Xataka | Los wearables por fin han despegado, según Canalys
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