Si hay un referente en el segmento de los anillos inteligentes, ese es Oura. La empresa finlandesa lleva más de una década trabajando en estos wearables, y tras esa larga andadura está comenzando a recoger los frutos. Lo demuestran su buen estado de salud y sus planes de futuro.
Primero, los famosos. La firma empezó a darse a conocer especialmente de la mano —y nunca mejor dicho— de grandes personalidades de la industria del cine y la tecnología. Famosos como Will Smith o Larry Page, cofundador de Google, lo mostraron y comenzaron a disparar la conversación sobre este tipo de dispositivo.
Los anillos comienzan a ganar terreno. El mercado de los wearables sigue centrado en los auriculares, las pulseras de actividad y sobre todo en los relojes inteligentes, pero los anillos inteligentes plantean una alternativa cada vez más interesante... con el permiso de las gafas conectadas.
Oura va bien. Como indican en Bloomberg, Oura espera doblar sus ventas este año y rondar unos ingresos de 500 millones de dólares, una cifra que ya es realmente notable teniendo en cuenta que el alcance de estos dispositivos es aún muy limitado. Además esperan tener un crecimiento "saludable" en 2025.
2,5 millones de anillos. El CEO de la empresa, Tom Hale, explicaba en ese artículo cómo Oura ya ha vendido más de 2,5 millones de anillos inteligentes. El crecimiento es notable: en 2022, tras una ronda de inversión, explicaban que llevaban un millón de anillos vendidos.
El mercado se anima. Oura vende su anillo por 300 dólares y lo acompaña de una suscripción de 6 dólares al mes para completar sus funciones avanzadas y que al parecer genera bastante fidelidad entre sus clientes, destacaba Hale. En los últimos meses el interés ha crecido gracias en parte al Samsung Galaxy Ring, del que ya pudimos contar nuestras primeras impresiones y que acaba de ponerse a la venta en España por 449 euros.
Oura prepara un nuevo y prometedor modelo (para ya). La firma no ha desvelado detalles, pero fuentes cercanas a la empresa indican que presentarán un nuevo anillo inteligente este mes de octubre. Este modelo, que plantea un salto importante desde el modelo anterior de hace tres años, será más delgado y tendrá mayor autonomía, así como un seguimiento más preciso de la actividad.
De salida a bolsa, nada. Hale explicaba que el 80% de los ingresos provienen del hardware y el resto de las suscripciones software, pero esperan que esta última parte crezca de forma significativa. Ese crecimiento no ha metido prisa para una posible salida a bolsa. "En realidad no tenemos un plan para convertirnos en empresa pública", un movimiento que él cree que es "un gran gasto de energía".
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