Ayer, por aquello de ser un poco original, me dio por juntar unas cuantas palabras sobre el Note 4. Horas antes de la presentación de Apple donde se vio lo que ya todos conocemos y que, en gran medida, era el movimiento esperado: dar el salto al móvil grande.
Mi impresión es que, en los últimos años, Apple ha adoptado un rol diferente al inicial en telefonía móvil. De ser el gran innovador ha pasado a una posición más conservadora (esto lo dejan cuando crean nueva categoría, tablets y ahora el reloj), lo que los americanos llaman un "smart follower". Su posición le permite en muchos casos - algunos clave - dedicarse a esperar que otros propongan, observar qué funciona y qué demanda el mercado y luego llegar con su propuesta que además parte con la ventaja de anotar aprendizajes y pensar mejoras respecto a lo que otros han sacado.
"Apple ya no innova"
Esto se ejemplifica en el tamaño de pantalla, renunciando a cuatro pulgadas y yéndose al terreno que colonizó Samsung: tanto en el crecimiento de los Galaxy (esto junto a los Sony, HTC, LG, Huawei, Nokia...) pero sobre todo con la gama Note en la que ha conectado con un público muy abierto a pantallas grandes (entre ellos, yo). Otro punto es como ha ido incorporando elementos que Android ha puesto sobre la mesa y conseguido popularizar como son el papel protagonista de las notificaciones y el poder intercambiar información entre aplicaciones de una forma fácil.
¿Algo que encaje también en este marco? Hasta cierto punto, Apple Pay, que une elementos ya presentes en multitud de propuestas (NFC, pago sin contacto) pero al que suman tres valores fundamentales: el sensor de huellas integrado, la confianza del usuario y las expectativas del ecosistema de que va a funcionar... lo que tiene mucho de profecía autocumplida, como pensamos que es el que va a funcionar lo integramos en nuestras tiendas y eso precisamente hace que funcione. Cierto que ninguna de las propuestas actuales ha tenido mucho recorrido (si acaso las soluciones de las propias tarjetas), por lo que aquí el riesgo es mayor que cuando adopta notificaciones o más de cinco pulgadas.
Este tipo de estrategias pueden funcionar, y funcionan, en el escenario en que está Apple: una excelente posición en el mercado, un cliente muy satisfecho y una marca mucho más reconocida que el resto. Por otro lado hay un tipo de público que percibe por un lado que algunos de esos aspectos era en los que sentía que Apple se había quedado atrás y que eran los que más le alejaban de iPhone (en mi caso compartir y tamaño de pantalla)... y a la vez identifica que Apple pone sobre la mesa una propuesta de valor que ya disfrutan desde hace años. Y ahí viene el alud de comentarios de "esto no es innovar" o "bienvenidos a 2012".
Salvando las distancias, me recuerda un tanto al papel que acababa adoptando Microsoft hace una década. Esperar a que otros abrieran mercados o lanzaran cosas nuevas y luego llegar con su capacidad de integración. Claro que Microsoft se apalancaba mucho más en el efecto red y en el "lock in" del usuario (como estar atrapado en los formatos de Office cuando no eran abiertos o aprovechar la hegemonía de integrar con Windows como con Explorer) mientras que Apple - que también tiene algo de ambos - lo hace sobre todo con el diseño y la experiencia de usuario. Y de ahí viene el discurso que responder al anterior, "no has entendido nada, no se trata de funcionalidades o especificaciones, se trata de la experiencia y de la exclusividad de iOs".
No tengo interés en hacer un juicio de valor. De hecho lo que hace Apple sí creo que hay que considerarlo innovación, aunque de facto esté más alejado de la "invención". Hace unos años las posiciones eran inversas y no hay nadie libre de "culpa" (de hecho la carrera por el reloj se empieza presumiblemente ante el conocimiento de que Apple estaba trabajando en ello), pero creo que es un error esperar de ellos una posición que no sea la de "seguidor inteligente" en la mayoría de elementos en los que se concentra la competencia en telefonía móvil. Si les queremos en un rol diferente y valorar si mantienen esa capacidad de crear una categoría en electrónica de consumo, hay que mirar a su viaje hasta el Apple Watch.
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