A día de hoy los dos grandes referentes en el mercado de los tablets pequeños son iPad Mini Retina y Samsung Galaxy Tab S, a falta de una renovación del Nexus 7 y el lanzamiento del Sony Xperia Z3 Compact.
En Xataka hemos estado probado los dos modelos ya disponibles y los hemos puesto frente a frente para comparar algunas de sus claves. ¿Cuál es mejor? ¿Se ha estrechado la diferencia entre ambos? Descubrámoslo en nuestra comparación en vídeo y también analizando punto por punto las claves para entender mejor ambos tablets.
iPad Mini vs Samsung Galaxy Tab S en vídeo
Diseño: los materiales y el peso son claves
Este año ha sido cuando se ha terminado la paciencia con el diseño de los dispositivos de la familia Galaxy. Algo que ha quedado en evidencia con el Samsung Galaxy S5, la despedida de su jefe de diseño y un nuevo itinerario con dispositivos como el Samsung Galaxy Alpha y el Note 4 dejan ver que se van a hacer las cosas de otra manera.
Esto no ha llegado todavía al Tab S que mantiene los materiales y acabados del Galaxy S5 pero que lo deja con unas proporciones de tamaño y peso más ligeras que las del iPad Mini Retina. Aquí Apple siempre ha cuidado más el diseño y el cuerpo metálico le da mucha más robustez y un acabado de calidad.
El plástico en sí no supone una penalización pero cuando lo comparamos con un modelo de metal se nota más la diferencia, especialmente en detalles como los marcos cromados. En peso, Samsung ha sabido dejarlo en una proporción más ligera y ambos son realmente cómodos. Un difícil vencedor en esta categoría: los dos han hecho muy bien el trabajo yendo en direcciones ligeramente diferentes.
Pantalla: un apartado muy competido
Hasta principios de 2012, Apple no tuvo rival con las pantallas retina de sus iPhone y más tarde con el iPad de tercera generación. Sin embargo, con el Sony Xperia Z la cosa empezó a cambiar: los paneles Full HD se popularizaron en Android y no hablamos solo de resolución sino también de calidad de pantalla.
A día de hoy, las pantallas AMOLED de Samsung no tienen nada que ver con esos paneles que tendían a verse azulado. Tanto ésta como el panel de la segunda generación de los iPad Mini son excepcionales. Buena nitidez, mucha luminosidad y resoluciones realmente altas para lo pequeños que son.
Las sensaciones que dejan ambos son realmente buenas y quizá los colores vibrantes del AMOLED lucen mejor a simple vista pero en cualquier caso son dos pantallas de sobresaliente. Una lucha muy reñida en este apartado donde resulta difícil definir a un ganador. Las diferencias son, como en las carreras apretadas, de milisegundos y pequeños detalles como la resolución (aquí el Tab S gana) son claves.
Rendimiento: dos dispositivos muy competentes
Cuando Samsung decidió lanzar la segunda generación de Galaxy Tab decidió desligarse de querer luchar por ser el más potente y entró a una lucha más por posicionarse con el precio con especificaciones modestas y alguna que otra promoción bastante agresiva.
Con la tercera y cuarta generación pasó algo igual y todo apuntaba a que iban a seguir por ese camino. Sin embargo con Tab S vuelven a la gama alta, un territorio que ha sido de clara dominancia para el iPad Mini y donde solo el Nexus 7 parece que le ha plantado cara.
En Tab S han decidido apostar por tecnología de la casa (Exynos) para ofrecer un buen rendimiento en todas las tareas que hace. Bien sobre el papel aunque en algún momento determinado si que he notado tirones, propiciados mayormente con lo pesada que es la capa de software que ponen los coreanos en sus dispositivos.
Apple en su iPad Mini Retina apostó en su momento por uno de sus chips más potentes (A7 64 bits) y aunque sobre el papel sus especificaciones parecen más modestas un es capaz de mover aplicaciones y juegos sin despeinarse. Punto aquí para Apple, que además se lleva el apartado de batería.
Aquí es donde se nota más que el grosor extra del iPad Mini Retina no es en vano. La batería del Tab S es mayor en capacidad pero al tabla de Apple podemos sacarle unas cuantas horas más de rendimiento frente al modelo de Samsung. Una sutil diferencia donde nos damos cuenta que a veces tener más píxeles o menos grosor no lo es todo.
Software y ecosistema marcan la diferencia
La clave, y para mí el punto donde de verdad se equilibra la balanza, es el software y el ecosistema operativo. Aquí Apple siempre lo ha hecho muy bien y ha dado frutos atrayendo a desarrolladores de todo tipo. Aplicaciones optimizadas de todo tipo que a muchos les gustaría ver en Android.
No es casual que Samsung haya decidido hacer la guerra por su cuenta en este apartado y ofrecer un montón de contenido gratuito para atraer a los usuarios. Google parece más centrada en sus smartphones y no tanto en el software para tableta. De hecho, aunque Android L llegará a ambas categorías no parece que habrá algo rompedor o que le permita competir con más igualdad.
Faltan aplicaciones en Android y Samsung lo solventa bastante bien con contenido propio o a través de diferentes acuerdos: juegos gratuitos, suscripciones de meses a diferentes servicios. Añadidos interesantes que seguro que más de uno agradece. No obstante, aquí se sigue notando una diferencia importante.
A favor de Samsung decir que guarda algunos ases en la manga como el modo lectura, la posibilidad de abrir dos aplicaciones al mismo tiempo y la posibilidad de ampliar la memoria con tarjetas microSD que, combinado con la facilidad para pasar contenido multimedia, lo convierte en una opción más atractiva (por la facilidad de su uso) para ver películas y series.
¿Galaxy Tab S o iPad Mini Retina? Las diferencias son pequeñas entre ambos modelos si vamos al hardware pero si nos centramos en el software veremos que sigue habiendo una diferencia notable entre un sistema u otro. Samsung hace lo que puede contra un Apple que ha sabido atraer al talento y quedarse con unas cuantas aplicaciones exclusivas, aunque otras tantas han acabado dando el salto a Android (Over, Flipboard…)
En cualquier caso, estas son las dos mejores opciones a la hora de hacerse con un tablet con iOS o Android en formato pequeño. Veremos a finales de año cuando la competencia se apriete con el modelo de Sony y si, finalmente, Google renueva su gama de tabletas antes de que acabe el año.
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