Aunque algunos esperábamos que la familia LG V30S fuera la única elegida este año por LG en su hoja de ruta de teléfono franquicia y gama alta representativo de la marca, aquí tenemos un nuevo LG G7 que vuelve a colocar en los escaparates de todo el mundo una dupla potente, interesante y convincente para luchar por ser el mejor smartphone de 2018. Le llega el turno al LG G7 ThinQ en los análisis de Xataka.
LG G7: más pantalla, más cómodo en mano
A esta altura de la historia de la familia G del fabricante coreano, no vamos a descubrir su excelente labor en pro de reducir los marcos a la mínima expresión. Con todo el mercado persiguiendo la misma idea que LG ya lleva trabajando desde hace generaciones, no es tarea sencilla mantener el tipo. Pero el LG G7 lo consigue con un paso más que esta vez trae consigo alguna peculiaridad.
A nivel de diseño global, no hay sorpresas. El cristal es el protagonista total del cuerpo de este LG G7, rematado con una ligera curvatura pero que le da una apariencia bastante atractiva y que enfatiza la redondez y suavidad general que transmite tanto a los ojos como al tacto el diseño del LG G7. A destacar también el marco metálico perfectamente integrado.
Si visualmente el LG G7 me parece muy interesante (la única pega es que en algunos mercados como España no tengamos tonos muy atractivos como el morado), manejarlo nos ofrece una experiencia todavía superior. Pese al uso del cristal y su buena diagonal, el LG G7 no desliza peligrosamente de la mano a poco que lo trastees, lo que demuestra de nuevo que LG tiene cogido el punto a la compactación de manera efectiva.
Que no sea fácil que se escape de las manos suma algo en la siempre preocupante sensación de fragilidad de los terminales de cristal, algo a lo que se apunta este LG G7. En el tiempo que hemos estado usándolo de forma intensa, ningún susto ni tampoco rastro alguno de que con poco uso o situaciones como bolsos con llaves y demás le pasen especialmente factura. LG presume de certificación militar de resistencia (MIL-STD 810G), protección Gorilla Glass 5 tanto en trasera como pantalla, así como perfil de protección IP68 para agua y polvo.
Esa resistencia al agua es una aliada para quien quiere tener el terminal siempre impoluto. La trasera de cristal, como todas en el mercado, es un imán para huellas y grasa de las manos. LG incluye un trapo para limpiarlo, pero en este tiempo con el terminal usándolo a diario, las huellas solo se aprecian con algunos ángulos de incidencia de la luz. No lo considero realmente un problema.
Respecto a las conexiones, tenemos el ya estándar puerto de carga USB-C y una muy agradable sorpresa: el puerto de auriculares de 3,5 mm se mantiene. De lo que ello supone hablaremos en el indispensable apartado de sonido de este LG G7 ThinQ.
Lector de huellas y nuestro rostro para identificarnos de forma segura
Una novedad importante a nivel de diseño es que, pese a ser el aladid del lector de huellas con botón de encendido en la parte trasera, LG cambia de idea en este G7 ThinQ y separa los botones. El lector de huellas permanece en la parte posterior, un clásico en LG, pero el de encendido/apagado pasa a estar situado en el lateral, lo que facilita no tener que coger el terminal de la mesa para activar la pantalla (o el doble toque sobre la pantalla que podemos habilitar). Habiendo manejado bastantes modelos de la serie G desde sus inicios, se hace al principio algo raro no tener en el lector de huellas ese botón, pero es cuestión de muy poco tiempo el acostumbrarse.
Del lector de huellas hay que comentar que está situado en una zona donde posaremos el dedo con naturalidad y sin forzar en absoluto, aunque por primera vez he de decir que los primeros días de uso en más de una ocasión he acabado tocando la cámara inferior. Con este nivel de compactación es quizás hora de que los fabricantes que optan por mantener el lector de huellas en la parte trasera, se decidan a modificar la configuración del interior de sus teléfonos para desplazar ligeramente la doble cámara a un lateral y evitar que quede en la línea y tan cerca del sensor de huellas.
Tanto el registro de la huella como la identificación es veloz, no hay apenas diferencias con rivales directos y para usarlo basta con colocar el dedo sobre la huella y una pequeña vibración nos indica que la huella ha sido reconocida. El desbloqueo del terminal ocurre sin necesidad de que la pantalla esté activada, lo que siempre es de agradecer porque nos ahorra algo de tiempo en un gesto que repetimos muchísimas veces a lo largo del día.
Junto con la identificación por huella dactilar, el LG G7 admite incorporar nuestro rostro para acceder de forma segura al teléfono.
El funcionamiento del reconocimiento de rostros nos ha dejado bastante contentos. Combinado con el lector de huellas resulta en un sistema bastante fiable aunque no tan veloz como quisiéramos. Si nos centramos exclusivamente en la detección facial, tras registrar nuestra casa de forma rápida, el LG G7 está listo para que, incluso sin activar la pantalla, nuestra cara sea el PIN de entrada al sistema.
Este sistema admite varios modos de funcionamiento, entre ellos el reconocimiento facial avanzado que, como pasa en otros terminales, ralentiza la identificación para mejorar la seguridad. En nuestras pruebas, usando una foto de nuestra cara desde la pantalla de otro smartphone, no hemos podido engañar al sistema.
Un punto interesante del reconcimiento facial del LG G7 es que, si queremos, podemos optar por no tener que deslizar la pantalla de bloqueo una vez identificados y que la entrada al sistema Android sea automática si el teléfono nos reconoce. Ese modo de funcionamiento no está todo el tiempo activado sino que lo hace cuando detecta gracias al acelerómetro que levantamos el terminal para colocarlo frente a la cara. Así, al coger el LG G7 de la mesa y levantarlo frente a nosotros, cuando lo tenemos delante el sistema ya nos ha identificado. En todo caso el escaneo de la cara y la identificación siempre empieza cuando activamos la pantalla, algo que ocurre por ejemplo cuando sobre la mesa, damos doble toque y asomamos la cara al terminal.
En general el sistema de reconocimiento de rostros funciona de manera correcta incluso en entornos oscuros, pero todavía necesitamos mantenerlo activo junto con la identificación de huella para que en el día a día, el desbloqueo del terminal sea algo natural y no forzado o desesperante.
No contentos con este doble sistema de identificación biométrico, el LG G7 también incluye el reconocimiento de voz para que, usando una palabra o frase, el sistema nos reconozca. Tras probarlo y ver que su funcionamiento correcto se daba en entornos bastante silenciosos y, hay que admitirlo, siendo todavía poco dado a ir hablándole al teléfono en voz alta cuando hay sistemas de identificación infinitamente más cómodos (y seguros), lo dejamos de lado. Pero ahí está para quien sienta curiosidad.
Un botón para Google Assistant
Aunque en el LG V30S ya vimos la intención de LG de darle relevancia al apellido ThinQ y la AI que lleva aparejada, no ha sido hasta este LG G7 que este plan ha quedado consolidado por medio de un acceso directo que por ahora sirve para lanzar Google Assistant. Aquí tenemos dudas de que sea una buena idea darle tanta relevancia cuando, como veremos, no acaba de ser una opción de uso habitual en el teléfono todavía, y abogamos en realidad porque se de la opción de asignar a ese botón físico otra función por medio de software. No olvidemos que también podemos llamar a Google Assistant desde los controles principales de Android.
El botón de acceso directo que ha colocado LG está situado bajo los botones de control de volumen, justo en el lado contrario del botón de encendido. Creo que ese lugar, junto a los controles de volumen, el consumidor lo asigna intuitivamente más a un botón de inicio que a un lanzador del asistente de Google, por lo que quizás hubiera cambiado la localización con el control de encedido/apagado, el cual queda en el lateral derecho algo elevado para una manera natural de tocarlo.
Si asumimos que le vamos a dar mucho uso, el cierto que el botón para Google Assistant está en un lugar privilegiado. Allí descansa de manera natural el pulgar izquierdo para quienes manejamos el smartphone principalmente con esa mano. En el tiempo que hemos estado probando el LG G7 ThinQ, esa situación y saber que hay botón físico nos ha animado a usar más el asistente de lo que pensábamos al principio de la prueba.
Para quienes no deseen usar el asistente y no quieran lanzarlo por accidente, existe la opción de dejar sin uso ese botón. Lo encontramos en las opciones de personalización donde la cámara, con diferentes modos para acceder a ella de manera directa, es la reina.
La voz la entiende a la perfección, y pese a que tiene bastante margen de mejora como vimos, me ha sorprendido que poco a poco va entendiendo conversaciones que no son independientes sino relacionadas aunque para un asistente no lo parezca de manera natural.
En busca del móvil-altavoz
Pese a que el sonido en un smarpthone no ha sido nunca algo que de forma global se haya cuidado, algunos fabricantes llevan unos años poniéndo énfasis especial en que eso cambie. LG es uno de los alumnos aventajados (el LG V30 fue el ganador total de nuestra comparativa de audio) y vuelve a demostrarlo con este LG G7 ThinQ.
Lo hace primero de todo con la calidad de sonido vía puerto de auriculares. Aquí manda el Quad DAC Hi-Fi 32bits así como la certificación DTS-X. El apartado de sonido de la configuración es bastante completo si tenemos auriculares conectados. Si no, usando solo el altavoz, apenas podemos usar un ecualizador con diferentes modos pero que no admiten personalización.
Cuando colocamos los auriculares ya podemos aprovechar el DAC así como el sonido envolvente personalizable DTS:X. Aunque con unos auriculares sencillos el salto de calidad respecto a otros teléfonos del mercado es fácilmente apreciable, cuando le colocamos un modelo de nivel (algo que podemos hacer gracias a que mantiene el puerto de 3,5 mm), la experiencia no hace más que mejorar. Atentos pues amantes del buen sonido (y la radio FM).
Al sonido cuidado y de calidad que obtenemos vía el puerto de auriculares, el LG G7 pretende sumar una idea que con smartphones delgados es casi una utopía: sustituir al altavoz externo y que podamos escuchar música o ver vídeos usando simplemente los altavoces externos del terminal. Por la experiencia de estos días, hay algo de contradicción en la propuesta del LG G7 ThinQ.
Para empezar, el altavoz inferior no es estéreo, lo que rompe para nosotros la idea de darle importancia al sonido externo del LG G7. El fabricante lo compensa bastante con el uso de la tecnología Boombox para ese único altavoz. Según LG, el sistema aprovecha el espacio libre que queda dentro del terminal para usarlo como caja de resonancia. Esa vibración extra de todo el cuerpo del teléfono también se apoya en una superficie para mejorar el recorrido del sonido.
La realidad es que con el LG G7 obtenemos un sonido potente y contundente, con un importante refuerzo de graves y que efectivamente, cuando tenemos sobre una superficie, queda reforzado como ocurre con los altavoces que usan el mismos sistema: la vibración sobre una superficie mayor para mejorar la sonoridad. Lo incomprensible del sonido BoomBox del LG G7 es que no se trate de una solución estéreo, lo que, entre otros hándicaps, hace que tapando la únida salida de los altavoces, todo quede prácticamente apagado.
IPS con extra de brillo para competir con las pantallas OLED
Tener dos teléfonos de primer nivel en la misma casa permite curiosidades como que cada uno de ellos disponga de una pantalla con panel de diferente tecnología. El LG G7, tras los muy buenos resultados de la tecnología OLED en el V30S, regresa a un flagship de la compañía coreana con tecnología LCD. Al contrario de lo que hemos visto en los últimos terminales analizados en la gama alta sin panel OLED, el LG G7 ThinQ sí que cumple con creces lo que le exigimos a este nivel.
La pantalla del LG G7 ThinQ tiene una diagonal de 6,1 pulgadas y nos ofrece una resolución de 3120 x 1440 píxeles en formato 19.5:9. Se trata de un panel IPS de gran calidad, excelente respuesta al tacto y que, sin llegar a los niveles de contraste o espectacularidad de la tecnología OLED, ofrece una experiencia completamente satisfactoria, con una buena reproducción del color, ángulos de visión y nitidez.
La experiencia la podemos personalizar dentro de los controles, incluyendo la resolución (no merece la pena pues no hemos notado cambio de rendimiento o autonomía relevante), diferentes filtros, modo lectura y por supuesto el color de la pantalla. Aquí hay 6 modos predefinidos que no se llevan mucha diferencia entre ellos. Para cada uno de ellos podemos ajustar la temperatura de color así como los niveles de RGB. En el modo experto tenemos además controles de la saturación, matiz, afilado e incluso un filtro de color.
Como pasa en la mayoría de terminales y pantallas dentro de la gama alta, se agradece que haya opción de modificar parámetros de la pantalla, pero al final, el que mejor resultado da y que dejaremos casi seguro es el que viene por defecto como automático.
El punto destacado de la pantalla del LG G7 ThinQ es sin duda el brillo. Donde otros paneles IPS han acabado derrotados este año, el del LG G7 mantiene muy bien el tipo gracias a un subpixel blanco que LG ha incluido tanto para elevar ese nivel de brillo máximo como para ahorrar energía según el fabricante.
Con un nivel de brillo máximo de 1000 nits, una barbaridad, el LG G7 puede presumir de una buena visibilidad en exteriores, aunque sin poder alcanzar los resultados de los mejores paneles OLED que vemos en la gama alta.
De los puntos generales de la pantalla del LG G7 una nota al margen: el sistema Always On. Pese a ser un panel LCD, en el LG G7 lo tenemos disponible, con las mismas opciones que en un panel OLED. Entre ellas hay programación de su funcionamiento según horario y acceso a utilidades/reproducción de música, algo que resulta muy cómodo cuando queremos activar/desactivar o acceder a algunos puntos de la configuración del sistema, como la Wifi, modo vibración o la linterna.
En nuestra semana de uso, tener activado o no este modo Always On no nos ha supuesto diferencia relevante en autonomía. Lo que no recomendamos es usar el modo de más brillo (ya nos lo advierte el sistema) porque en ese caso, con la pantalla bloqueada, el modo Always On es muy visible pero con un aumento del consumo importante. Apenas podría tener sentido usarlo en exteriores, pero no compensa. El brillo por defecto, sin ese extra, es el ideal para la información en pantalla, la cual se ve perfectamente.
Al LG G7 no le falta su "notch"
Sea más o menos necesario, guste o estorbe, la realidad del mercado en 2018 marca que el "notch" es un símbolo de teléfono actual. Así que lógicamente el nuevo LG G7 no pasa de él y lo incluye en su pantalla. En él tienen cabida la cámara secundaria, el altavoz y diferentes sensores como el de proximidad o de luz ambiente.
A estas alturas la visión del notch no debería suponer problema alguno, se vuelve transparente a la vista con facilidad. En este LG G7 se limita a aparecer cuando estamos dentro del sistema y sus aplicaciones por defecto o preinstaladas. Y solo en las que no supone un estorbo, como la reproducción de vídeo en modo apaisado. Las demás no le sacan ni partido ni nada. Se limitan a añadir una banda negra alrededor como si nada ocurriera en realidad.
Eso mismo que hacen las aplicaciones de terceros es lo que LG adopta para quien no quiere notch en su terminal. Incluso desde la configuración inicial del terminal se nos da la opción de elegir si notch o no notch. Lo que decidamos en ese momento no impide que una vez dentro del sistema podamos de nuevo cambiar de opinión.
En el LG G7 ThinQ, el notch puede ocultarse todo el tiempo y hasta personalizar ligeramente esa falsedad. Por ello quizás LG le asigna un algo pretencioso nombre de "segunda pantalla", una especie de herencia recibida de la familia V allá por sus inicios en el catálogo del fabricante. Pero nada tiene que ver con esa idea.
Lo que LG ofrece para el notch en este G7 es una sección dedicada dentro de sus opciones de configuración de la pantalla. La personalización admite hasta cinco combinaciones para ese extra de pantalla que rodea al notch, aunque lo lógico para quien no quiera ese añadido en el panel frontal es escoger el modo negro para ocultarlo todo lo posible. También podemos elegir si las esquinas son más o menos redondeadas.
Snapdragon 845 para un rendimiento superior al que los números indican
Hemos hablado muchas veces en Xataka, especialmente en los análisis de la gama alta, que a este nivel, cuando hablamos de rendimiento, los números son solo un añadido a la experiencia. El LG G7 es un nuevo ejemplo.
Es cierto que el LG G7 llega al mercado con un flamante Snapdragon 845, pero repasando su ficha técnica, sorprenden sus 4 GB de memoria RAM y 64 GB de memoria interna en el modelo de serie. Ahí encontramos una de las diferencias con el modelo LG V30S, que en ambos apartados, como otros gama alta, opta por al menos 6 GB de RAM e incluso 128 GB de memoria interna de partida. Hay un modelo de LG G7 con más RAM y memoria interna, pero no en todos los mercados.
Pantalla | IPS de 6,1 pulgadas FullView Super Bright con resolución 3.120 x 1.440 píxeles (564ppp) y relación de aspecto 19,5:9 |
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Procesador | Snapdragon 845 |
Tarjeta gráfica | Adreno 630 |
RAM | 4 GB LPDDR4 |
Memoria | |
Sistema operativo | Android 8 Oreo |
Conectividad | Wi-Fi 802.11 a, b, g, n, ac, Bluetooth 5.0 BLE / NFC, USB tipo-C 2.0 (compatible con 3.1) |
Batería | 3.000 mAh, con Quick Charge 3.0 y soporte de carga inalámbrica |
Cámara trasera | Dual: 16 megapíxeles super gran angular (f/1.9 / 107 grados) / 16 megapíxeles (f/1.6 / 71 grados) | Cámara frontal | 8 megapíxeles gran angular (f1.9 / 80 grados) |
Otros | Sensor de huellas trasero, sonido Boombox, certificación IP68, Hi-Fi Quad DAC |
Dimensiones y peso | 153,2 x 71,9 x 7,9 milímetros, 162 gramos |
Esos 64 GB de memoria interna (ampliables con microSD de hasta 2 TB) y los 4 GB de memoria RAM nos dejan una experiencia de uso completamente satisfactoria en el día a día. Pero como decíamos, mirando la ficha técnica y pensando en el futuro y también en la competencia, la combinación de memoria interna de serie y cantidad de memoria RAM nos parecen poco competitivos a día de hoy si miramos su precio de lanzamiento: 849 euros.
Si nos centramos en los números, el LG G7 está en lo más alto de casi todas las pruebas. Incluso en la de PCMark Work 2.0 sale claro ganador de nuestras reviews recientes de la gama alta. Esos números se trasladan fielmente a la fluidez del sistema, el buen funcionamiento general del equipo y la ausencia total de problemas con la versión de Android, la 8.0, que apunta a una excelente optimización.
El "lunar" está en la autonomía
Pantalla LCD bastante brillante y de 6,1 pulgadas con solo 3000 mAh de batería. La realidad a la que el LG G7 se enfrentaba en nuestra prueba mirando esos números no era nada sencilla. LG no se ha caracterizado en esta generación por una capacidad grande de batería, priorizando grosor, peso y seguramente espacio interior. ¿Las consecuencias? Uno de los gama alta de referencia que más dudas nos genera a la hora de cubrir con solvencia el día de uso que marca la línea roja para nosotros.
Según nuestra experiencia estos días de uso del LG G7, un usuario intensivo lo tendrá complicado para llegar al final del día de manera regular. Han sido varios los días, especialmente probando la cámara, en que hemos recibido a media tarde el aviso de batería baja para que tomáramos decisiones. En los días más tranquilos, pero aun así intensos en redes sociales, correo, vídeos y mensajería, al final del día hemos estado llegando por debajo del 15%, una cifra peligrosa que hace que no podamos olvidarnos del cargador o una batería externa en nuestra mochila. En cuanto a horas de pantalla, la media se ha situado en unas discretas 4.5-5 horas.
Esa poca capacidad de batería queda algo compensada por la velocidad de carga. Aquí tenemos QuickCharge 3.0 con cargador de serie compatible. Las cifras de carga de nuestras pruebas no son las más veloces que hemos medido en la gama alta pero se acercan mucho. Del 10% al 50% con datos/Wifi activados hemos empleado una media de 38 minutos, y para la carga completa has de contar con 1 hora y 25 minutos. Para los interesados también hay carga inalámbrica Qi.
Android 8.0 que no lo parece
El LG G7 trae de serie Android 8.0 Oreo. Lo hace bajo su propia capa, de las que más se alejan en apariencia de la experiencia Android pura. Hay pues mucha posibilidad de personalización, que incluye dos modos de trabajo para las aplicaciones: con "escritorios infinitos" donde se acumulan las aplicaciones, o una sola pantalla con caja de aplicaciones.
También es particular la gestión de notificaciones, los menús de configuración y cómo no, la cantidad de aplicaciones y servicios que vienen instalados por defecto. Entre ellos no faltan la barra flotante de aplicaciones que arrastramos desde el lateral o la aplicación Smart Doctor para conocer desde el espacio interno que queda libre a la RAM ocupada por aplicaciones. Incluso nos deja "diagnosticar" el terminal.
De los añadidos de LG me quedo con dos. Por un lado la posibilidad de tener "zonas" del terminal como galerías protegidas por huella o PIN, lo que unido a que podamos ocultar aplicaciones instaladas en el sistema da algo de privacidad al usuario si comparte el teléfono en algún momento.
La otra aplicación que me ha gustado mucho es precisamente la Galería, que organiza de forma bastante consistente el contenido multimedia de la cámara, prestando especial atención a las llamadas etiquetas. Ahí, la AI es la encargada de reconocer objetos que salen en las fotos y agruparlas por temática. Funciona muy bien, con una tasa de acierto muy elevada. Y mejorará, como otros aspectos del sistema que LG irá actualizando durante el lanzamiento del terminal, entre ellos, Google Lens en español.
Doble cámara de alto nivel
De los terminales con doble cámara que no apostaban por el zoom óptico de dos aumentos o el modo retrato (básicamente los gama alta de LG y Huawei), el LG G7 es de los que mantienen la idea fija. Ya hemos visto que Huawei con su P20 Pro directamente ha tirado por la triple cámara con un éxito abrumador. También hay que decir que la doble cámara no garantiza en absoluto optar a mejor cámara del mercado. El mejor ejemplo es el Pixel 2.
Con estas condiciones, el LG G7 mantiene el doble sensor que ya hemos llamado anteriormente "el más creativo del mercado": uno principal y otro gran angular (107 grados). Aunque la idea es la misma, hay novedades en esos dos sensores.
El más drástico afecta al gran angular, que, aunque sigue siéndolo, ahora solo alcanza los 107 grados frente a los 125 grados del LG G6. Esto nos lleva a unas fotos con menos distorsiones en los extremos y que como veremos, son bastante mejores que en generaciones anteriores tanto en detalle (ahora 16 MP) como en calidad (de f2.4 pasamos a un f1.9 prometedor en situaciones de poca luz). Si LG le hubiera otorgado el extra de un sistema de estabilización lo habrían bordado.
Ese cambio se nota siempre para bien. El gran angular nos sigue pareciendo que ofrece muchas posibilidades en fotografía con el smartphone, tanto social como en el entorno, especialmente la ciudad. Con ella podemos optar a captar ese punto de vista diferente al que el resto de cámaras tiene acceso sin accesorios. Con la mejor resolución y un f1.9, en el LG G7 he tenido menos "miedo" a usarlo.
En general ya podemos decir que no hay diferencias significativas de calidad respecto a la cámara principal cuando la luz es suficiente, un paso muy importante y algo que no podíamos decir de generaciones anteriores. Si pasamos a escenas de noche ya podemos apreciar alguna diferencia por la necesidad de la cámara de aumentar la ISO para compensar que no hay OIS que valga para ese sensor.
El sensor principal también mejora tanto en resolución, con los mismos 16 MP que el secundario, como en apertura, que pasa de f1.8 a f1.6. Por lo demás no hay novedades relevantes más allá de algún modo curioso como el que nos permite crear GIFs con cuatro disparos de la cámara y el flash. Relleno y ya está.
Los resultados que hemos obtenido en nuestra prueba de la cámara principal son muy satisfactorios en la mayoría de situaciones con buena luz. Quizás haya margen de mejora en el rango dinámico en algunas situaciones muy concretas, pero en lo demás, cumple con creces. Detalle, reproducción del color, exposición y modo HDR.
Cuando la luz empieza a escasear es cuando la cámara del LG G7 da señales de debilidad. Le cuesta más controlar la exposición si no recurrimos a los modos manuales, y el procesamiento para reducir el ruido de LG hace que perdamos algo de detalle.
Si nos fijamos en la misma escena pero tomada con la cámara del gran angular podemos comprobar en el recorte al 100% que hay bastante diferencia en ruido y nitidez de la imagen resultante.
Como nos pasó en la prueba del LG V30S, nuestro aliado cuando la luz empieza a ser un problema es recurrir a los controles manuales, muy completos y que incluyen un histograma. Si estamos ante la cámara más creativa del mercado, no tengamos miedo a experimentar con una cámara divertida y de muchas posibilidades si le dedicamos tiempo y cariño.
A nivel de uso de la AI, algunas notas. De la AI nos encontramos lo mismo que ya revisamos en el LG V30S, donde lo más destacado es el reconocimiento que hace la AI de lo que aparece en la foto para tratar de mejorar la instantánea. Como entonces vimos, buena parte de las veces los retoques son exagerados y poco naturales, por lo que esa poca seguridad en esos ajustes acaban por decantarnos a preferir no tenerla activada por mucho que LG la coloque en zona principal de la interfaz. Nos referimos al modo AI Cam.
De la experiencia con la cámara un pequeño apunte más: transmite sensación de un poco más de lentitud al hacer las cosas que otros gama alta. La diferencia es mínima, pero sí que nos deja con una sensación agridulce que debe mejorar también LG para completar una experiencia de un nivel muy alto con la cámara.
Modo retrato y noche: el software a escena
El LG G7 por fin se atreve con el modo retrato que tan mediático resulta hoy en día. Lo hace sin recurrir a una segunda cámara que haga de objetivo tele. Los resultados no están mal, con buena definición de los bordes en general pero en escenas complicadas como con mi camisa a cuadros, el sistema de desenfoque se volvía un poco loco. El LG G7 "marca" la foto como modo retrato. ¿Para qué? Pues básicamente para que, a posteriori, podamos modificar el efecto bokeh a nuestro gusto.
El modo retrato del LG G7 aparece siempre disponible, se puede activar con un solo toque desde la pantalla principal de la aplicación de cámara, pero si el sistema no detecta que se trata de una persona u objeto suceptible de hacerle un desenfoque de fondo claro, tras tomar la imagen nos indica que la posibilidad de alterar y modificar ese retrato no existe.
El otro modo donde el LG G7 tira de software para ofrecernos algo es el nocturno. Aquí no estamos ante un modo que podamos activar a demanda sino que es la AI la que determina si la escena es merecedora de esta ayuda o no. La elección, vistas nuestras pruebas, me parece en algunos casos aleatoria, y en alguna ocasión he sentido la necesidad de recurrir a ese modo y no tener la opción disponible.
El funcionamiento no tiene secretos. Por medio de la tecnología Pixel Binning, el LG G7 agrupa información de varios píxeles para captar más luz. En algunas situaciones nos puede salvar alguna imagen pero a costa de perder demasiada definición.
Los selfies bien cuidados
LG ha mejorado también la cámara frontal. Tenía que hacerlo por dos motivos principales: para que pudiera ser usada por el sistema de reconocimiento facial y para subir de nivel y no quedarse atrás frente a la competencia. La guerra por tener la mejor cámara selfie es menos mediática (y crítica) que la que se libra con los sensores principales, pero para un sector de los consumidores, importante.
La resolución de la cámara secundaria aumenta hasta los 8 MP (angular de 80 grados) mientras que la apertura queda fijada en f1.9. El resultado es muy satisfactorio en casi cualquier situación, destacando en los tonos de piel fieles, algo imprescindible en este tipo de imágenes. También tenemos un enfoque y exposición correcta así como una buena definición de las imágenes.
Si con la cámara principal aparecía la opción de modo retrato que desenfoca de manera artificial el fondo, lo mismo ocurre con los selfies. Aquí el resultado es de algo menos de calidad tanto en definición como en la gestión de los extremos y bordes.
Vídeo 4K con controles manuales
La creatividad de la que el LG G7 puede presumir con su cámara la repite en la grabación de vídeo. Aquí tenemos a nuestra disposición grabación 4K a 30 fps, FullHD hasta 60 fps y modos de cámara lenta algo discretos (máximo 120 fps a 720p). Pero ahí tenemos el modo Cine Video y los controles manuales.
Las opciones de control manual del vídeo aparecen tanto cuando trabajamos con resolución FullHD como UHD o 4K. En ambos casos estamos ante el abanico de posibilidades de control más amplias de la gama alta para grabación de vídeo (y también sonido), incluido ahora el modo HDR10 (siempre que no sea grabación FullHD a 60 fps). La diferencia es que cuando recurrimos al modo 4K la estabilización por software deja de actuar.
El uso de una cámara u otra (normal o gran angular) para la grabación de vídeo está disponible siempre, salvo que escojamos el modo de grabación HDR10. Lo que no podemos hacer es cambiar de cámara durante la grabación. Tampoco nos ha convencido la calidad de grabación cuando usamos la cámara gran angular, que nos ha dejado problemas de enfoque en cuanto la luz escasea algo.
LG G7, la nota y opinión de Xataka
Sinceramente, con la salida de los LG V30 y V30S (y su buen rendimiento) no me esperaba un LG G7 compitiendo en la misma primera línea de la gama alta sin casi diferencias entre ellos. Me imaginaba más una serie G Lite o la completa pero compitiendo en precio por la parte baja de la gama alta.
Pero aquí tenemos al nuevo LG G7 con un precio oficial de salida de 849 euros, lo que nos parece algo elevado no por lo que ofrece y la competencia, sino para marcar diferencias. Sus argumentos de ventas siguen intactos: para mi uno de los mejores diseños en la gama alta, destacando especialmente por su nivel de compactación, y la cámara que más posibilidades creativas ofrece del mercado. La combinación del gran angular con sus controles manuales, el vídeo y el buen rendimiento global de la cámara principal (ahora secundado por la de selfies), nos aseguran horas de entretenimiento y aprovechamiento si no nos conformamos con un apunta y dispara.
En la parte de la balanza que resta hay que hablar de la autonomía: muy justa. Sus 3000 mAh, por mucha carga rápida e inalámbrica que integre, ha sido escasa para una diagonal de pantalla que crece y que además usa tecnología LCD. Eso sí, por nivel de brillo y calidad general, es seguramente el único IPS que puede ponerse frente a frente a un panel OLED sin quedar en evidencia.
A favor
- De lo mejor del mercado en diseño y manejo
- Las mejoras en la cámara gran angular y añadir el modo retrato elevan el nivel del apartado fotográfico de sobresaliente en controles manuales y modo de vídeo
- El mejor sonido en un teléfono móvil
En contra
- Batería escasa para la diagonal y tecnología de la pantalla
- En condiciones de poca luz la cámara queda por debajo de los mejores
- La AI sigue siendo más marketing que algo útil
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de LG. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
En la realización del vídeo tenemos a Pedro Santamaría.
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