Cuando se alcanzan ciertos mínimos es difícil dar un salto evolutivo, sobre todo si dichos mínimos ya parten de una altura considerable. Samsung suele armar sus buques insignia hasta los dientes y a veces sobre el papel no parece haber mucho salto de uno a otro, de ahí que en el análisis del Samsung Galaxy S21 Ultra hayamos querido ver si cambia mucho o no la experiencia con respecto a su predecesor, el Samsung Galaxy S20 Ultra.
Comparándolos de tú a tú vemos que hay aspectos que se han mantenido casi sin variación, como la pantalla o las dimensiones. Pero el S21 Ultra estrena procesador, (algo de) diseño e incorpora dos teleobjetivos, entre otras novedades con respecto a lo anterior, así que hay tela que cortar.
Ficha técnica del Samsung Galaxy S21 Ultra
Samsung Galaxy S21 Ultra |
|
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Pantalla |
6,8” Dynamic AMOLED 2x |
Procesador |
Exynos 2100 |
RAM |
12 / 16 GB |
Almacenamiento |
128 / 256 / 512 GB |
Cámara trasera |
108 MP f/1.8 |
Cámara frontal |
40 MP f/2.2 |
Batería |
5.000 mAh |
Sistema operativo |
Android 11 + One UI 3.0 |
Conectividad |
5G |
Dimensiones y peso |
165,1 x 75,6 x 8,9 mm 228 |
Otros |
Altavoces estéreo AKG, IP68, compatibilidad con S Pen |
Precio |
Desde 1.059,96 euros |
Samsung Smartphone Galaxy S21 Ultra 5G de 128 GB con Sistema Operativo Android Color Negro
Diseño: si Darth Vader llevase móvil, tendría que ser éste
Intuíamos que iba a haber un cambio en el diseño del módulo trasero de los S21 por las múltiples filtraciones en torno a ello, y efectivamente la enorme protuberancia que engloba las cámaras ahora tiene su raíz en el propio borde metálico del móvil. Una solución de continuidad para el acabado en brillo del mismo que se corta con la parte superior del módulo, que conserva el mate de la parte trasera.
Es una manera de diferenciarse de lo previo y de gran parte de la competencia, dado que este módulo suele ser una isleta independiente de forma rectangular, cuadrada o de tira. En este caso guarda parecido con el rectángulo que vimos en el S20 Ultra o el Samsung Galaxy Note 20 Ultra, con lentes de gran diámetro y apiladas en tiras, aunque como veremos en el apartado de cámaras hay una más (un teleobjetivo).
Por lo demás, la trasera es bastante sencilla y minimalista, dando al móvil un acabado elegante, sobrio y discreto (al menos en la tonalidad en negro). Aunque más allá del aspecto lo que hay que destacar es que no se ensucia, ni siquiera intentándolo. Chapeau aquí, Samsung, porque tampoco resbala en exceso, sobre todo por el buen agarre que proporcionan los bordes.
Esto es importante porque es un móvil grande y pesado. Sin apenas variación con respecto al S20 Ultra en cuanto a volumen (es, de hecho, un poco menos alto), se trata de un móvil grueso que forma parte de los más pesados de la gama alta actual, empatando con el iPhone 12 Pro Max con sus 228 gramos.
Altura (milímetros) | Anchura (milímetros) | Grosor (milímetros) | Peso (gramos) | Pantalla (pulgadas) | Batería | Superficie (cm2) | Volumen (cc) | |
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Samsung Galaxy S21 Ultra | 165,1 | 75,6 | 8,9 | 228 | 6,8 | 5.000 | 124,82 | 111,09 |
Samsung Galaxy S20 Ultra | 166,9 | 76 | 8,8 | 220 | 6,9 | 5.000 | 126,84 | 111,62 |
Xiaomi Mi 10T Pro | 165,1 | 76,4 | 9,33 | 218 | 6,67 | 5.000 | 126,13 | 117,69 |
Sony Xperia 1 II | 165,1 | 71,1 | 7,6 | 181,4 | 6,5 | 4.000 | 117,39 | 89,21 |
Huawei P40 Pro | 158,2 | 72,6 | 8,95 | 209 | 6,58 | 4.200 | 114,85 | 102,79 |
LG Velvet 5G | 167,08 | 74 | 7,85 | 180 | 6,8 | 4.300 | 123,58 | 97,0103 |
Motorola Edge | 161,4 | 71,1 | 9,29 | 188 | 6,7 | 4.500 | 114,75 | 106,60 |
Black Shark 3 Pro | 177,79 | 83,29 | 10,1 | 253 | 7,1 | 5.000 | 148,11 | 149,59 |
Nubia Red Magic 5G | 168,6 | 78 | 9,8 | 218 | 6,65 | 4.500 | 131,51 | 128,88 |
OnePlus 8 Pro | 165,3 | 74,35 | 8,5 | 199 | 6,78 | 4.510 | 122,9 | 104,47 |
iPhone 12 Pro Max | 160,8 | 78,1 | 7,39 | 228 | 6,7 | 3.687 | 125,59 | 92,81 |
No es, por tanto, el más voluminoso (aunque le ganan los de gaming y pocos más de esta selección). De ahí que la sensación en mano no sea tanto de un móvil grande (teniendo en cuenta la tendencia actual), pero que sí notemos ese peso. Esto dependerá de a qué estemos acostumbrados, de manera que tendremos más sensibilidad a su peso si normalmente usamos móviles más ligeros, pero aún así tampoco llega a cansar.
Siguiendo con las líneas de diseño, el borde de metal integra en según qué lado los botones físicos (los habituales, sin tecla de Bixby), el altavoz principal, el puerto USB tipo C y la bandeja para las SIM. Una bandeja que este año no puede alojar ninguna SD, sin ver a su lado un minijack pero estando todo los elementos del lado inferior alineados horizontalmente al centro del mismo.
El borde metálico es más estrecho a los lados, de manera que encaja la mayor curvatura que dibuja la parte trasera. Mucho mayor a la pantalla, con lo cual se mantiene la comodidad en el agarre sin comprometer la interacción con la pantalla o facilitar que haya toques accidentales de la misma (aunque luego hablaremos más de esto).
El frontal es otro carraspeo de Samsung a la competencia y otra muesca en su historial de aprovechamiento por parte de la pantalla: más allá de lo atractivo que resulta el conjunto el móvil, las 6,8 pulgadas del panel campan a sus anchas en un frontal con marcos casi simétricos en su totalidad (el inferior es más ancho) y una cámara subjetiva de diámetro contenido sin escatimar resolución (siendo del mismo tamaño que el del Huawei P40 Pro e incluso más grande que el del iPhone Pro 12 Max). Ah, y el auricular/altavoz secundario es inapreciable: lo oyes, pero no lo ves.
Lo dicho: en su totalidad (y en el tono negro) resulta un móvil elegante y bonito, especialmente atendiendo a la parte trasera, más diferencial. El módulo no es discreto y provoca algo de balanceo si lo usamos sobre una superficie (y hacemos tap en el lado opuesto a las cámaras), pero el acabado mate, que además le confiere el superpoder de no resbalarse ni ensuciarse, es el toque clave para que nos guste mucho mirar esa parte trasera.
Pantalla: no tener la dicotomía de la resolución y la tasa de refresco es una nueva esperanza
Decíamos que eran pocas las diferencias en cuanto a pantalla, tanto a nivel físico como en las especificaciones, pero haberlas, haylas. El Samsung Galaxy S21 Ultra integra una pantalla Dynamic AMOLED de 6,8 pulgadas con resolución WQHD+ y una tasa de refresco máxima de 120 hercios, así que sobre el papel nada mal.
Vamos con los matices (nunca mejor dicho). Que la pantalla sea una décima de pulgada menor a la de su predecesor es algo inapreciable y no afecta para nada a la visualización: son 6,8 pulgadas que aprovechan bien el frontal (un 89,8% según GSM Arena), y ya se consiguen buenas experiencias con menores diagonales.
Bien por la resolución. Veremos que Samsung sigue ofreciendo la posibilidad de cambiar este aspecto, si bien ya que se tiene (y se paga lo que se paga), compensa mantener el ajuste al máximo en esto y disfrutar de la máxima nitidez en los contenidos. Es una densidad de 515 píxeles por pulgada, algo poco habitual y que se traduce en una correcta visualización y un grado de detalle elevado, lo que se espera de un buque insignia de (años antes que) 2021 y de un móvil que entre en la liga de los mejores.
Algo a favor de esto es que la tasa de refresco llegue a los 120 Hz y que por fin la marca no condicione la resolución con respecto a esto, al menos no de manera absoluta. Podremos elegir la frecuencia mínima (60 Hz) o la adaptable (entre 10 y 120 Hz según el uso), pero al menos cambia con respecto a lo anterior: era elegir el máximo de un aspecto u otro.
Teniendo en cuenta esto, merece la pena aprovechar lo máximo que da el móvil y mantener el ajuste de tasa de refresco adaptable con la máxima resolución. Cabe destacar que el ajuste automático de la tasa de refresco funciona muy bien y el valor suele corresponderse bien al uso, por lo que si nos quedamos en 60 Hz podremos notar que scrolls y transiciones van algo descompensadas.
Hablando de las sensaciones, a nivel de nitidez y contraste el panel va sobrado, así como de brillo máximo (1.500 nits) y ángulos de visión. Cualquier tipo de contenido se visualiza de manera adecuada, por mucho que inclinemos o ladeemos el terminal, y el ajuste de brillo automático trabaja correctamente.
Eso sí, aunque hay algún añadido más (como el que hemos visto en resolución y frecuencia) en los ajustes de pantalla de One UI, en cuanto a color y temperatura seguimos teniendo que hacer concesiones. Samsung lleva años con la sobresaturación por bandera en sus AMOLED y, aunque la calidad de sus paneles ha aumentado, el S21 Ultra sigue viniendo sobresaturado de serie.
Cierto es que viene con el modo de pantalla "Intenso" activado de fábrica y éste deja unos colores exagerados y menos realistas, pero sigue siendo el único modo que permite ajustar el balance de blancos (aunque sigue sin ser gradual, ni la temperatura ni el balance RGB). El modo natural de color se queda con un balance de blancos demasiado cálido, de modo que hemos de elegir entre saturación o un matiz demasiado amarillo. Samsung y las dicotomías en pantalla, el musical.
La sensibilidad táctil es correcta y no detectamos ningún punto en el que falle. A eso ayuda que la curvatura de pantalla sea discreta (parece muy similar a la del S20 Ultra), con lo que hay que ladear el móvil para ver las sombras que provoca esta forma en el cristal.
One UI se mantiene estoica con algunas funciones propias, pero ha desaparecido la Iluminación Edge (quizás al mantener una curvatura discreta). Sí vemos que viene por defecto activada la Pantalla Edge, que se mantiene como una pestaña de accesos rápidos que puede ser de utilidad si nos acostumbramos (y si no quizás nos moleste para hacer el gesto “Atrás”).
Hablando de gestos, en los ajustes de pantalla también vemos los de navegación. Podemos elegir entre botones tradicionales o los gestos (que despejan más la pantalla), aunque en cualquier caso tendremos algún elemento en pantalla (funcionando ambas opciones bien).
Always On, que así es como llama Samsung a la pantalla ambiente, viene con algunas novedades y la dosis habitual de personalización. Así como la pantalla de bloqueo, todo bastante centrado en sacar más partido a los widgets, aunque con tanta opción con el móvil bloqueado será mejor que vayamos probando qué nos gusta e ir eligiendo o descartando posibilidades.
En cuanto al aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla, como antes ya comentábamos el agujero para la cámara subjetiva es de los más reducidos que encontramos actualmente, unos 3,55 milímetros de diámetro. Con esto consiguen una barra de tareas de unos 4,7 milímetros, sin que se aprecie su borde según contenidos pero coincidiendo éste justo con el de la cámara frontal; literalmente, la barra de tareas casi no podría ocupar menos.
Con esto se consigue con bastante acierto la sensación de “todo pantalla”, sobre todo en el caso de los juegos (que aprovechan toda la superficie, sin marcos negros a los lados). Muy en la línea a lo que nos tiene acostumbradas la marca en sus sucesivos buques insignia, aunque aún no logra la simetría de marcos y se mantiene la barbilla). Pero esto no influye en el disfrute de la extensión de cualquier interfaz, especialmente si hemos activado los gestos de navegación.
Rendimiento: el retorno de Exynos cumple de sobra con lo esperado
Los Galaxy S21 son los encargados de presentar al mundo al Exynos 2100, el último procesador de Samsung que abanderará la gama alta de la marca en conjunto con el Snapdragon 888 (para China y Estados Unidos). Eso sí, la marca matizó que este año el objetivo era que no hubiese diferencias de rendimiento entre un procesador y otro (normalmente a favor del de Qualcomm), algo que habrá que ver gradualmente a medida que tengamos experiencia con ambos.
De momento podemos hablar de qué tal nos parece el Exynos 2100, construido en 5 nanómetros y acompañado en este caso por 12 GB de RAM. El combinado de hardware se muestra suficiente para ejecutar tareas pesadas sin mostrar problemas, como juegos de exigencia gráfica como ‘PUBG’ o ‘Real Racing 3’.
Si tenemos el ajuste a 120 Hz activado veremos que puntualmente notamos las transiciones más fluidas, pero al margen de esto en general no se aprecian problemas. Hay algún tirón puntual que tiene más relación por el peso de la capa de software (y quizás la falta de optimización de la misma), como por ejemplo cuando tarda a reconocer los taps tras una captura o lo lenta que va la app de cámara al navegar por sus secciones.
Las temperaturas que vemos a nivel interno no llaman la atención y tampoco se nota un calentamiento exagerado, aunque no es muy extraño notar tibia la trasera en general, sobre todo si hemos estado tirando de multimedia (sobre todo cámara). Pero apenas notamos calor tras estar jugando un rato (media hora o más).
En cuanto a las pruebas de rendimiento, os dejamos los resultados de los benchmarks del Samsung Galaxy S21 Ultra. Aunque no sean pruebas determinantes de cara a calificar la experiencia completa con un smartphone, pueden ser orientativas y en este caso los números del Exynos 2100 son interesantes.
Samsung Galaxy S21 Ultra | Xiaomi Mi 10T | Samsung Galaxy Note 20 Ultra | Sony Xperia 1 II | OnePlus 8 Pro |
Huawei P40 Pro |
ASUS ROG Phone 3 |
iPhone 12 Pro |
|
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PROCESADOR |
Exynos 2100 |
Snapdragon 865 |
Exynos 990 |
Snapdragon 865 |
Snapdragon 865 |
Kirin 990 |
Snapdragon 856+ |
Apple A14 Bionic |
RAM |
12 GB |
6 GB |
12 GB |
8 GB |
12 GB |
8 GB |
8 GB |
6 GB |
GEEKBENCH 5 (SINGLE/MULTI) |
991 / 3.272 |
909 / 3.335 |
872 / 2.463 |
905 / 3.330 |
885 / 3.136 |
943 / 2.527 |
900 / 3.296 |
1.614 / 4.148 |
3D MARK (SLING SHOT) |
9.226 |
8.362 |
6.311 |
8.885 |
9.448 |
8.726 |
8.747 |
- |
PCMARK WORK |
14.043 |
10.779 |
10.012 |
9.994 |
13.414 |
9.476 |
12.656 |
- |
Software: el despertar de Bixby
Samsung mantiene su apuesta por el software propio de personalización, alejándose cada vez más de dejar la interfaz y las funciones como Android las traería de fábrica. One UI se presenta en su versión 3.2 sobre Android 11 en este S21 Ultra, viendo que se mantiene en gran parte a nivel de estética y que se añaden funciones con respecto a su versión anterior.
Esta vez no nos ha aparecido en la pre-carga del sistema la opción de si instalar o no ciertas apps de Samsung y de terceros, de modo que nos han aparecido en el inicio. De hecho, se incorpora al surtido de las de Samsung la app Free, que viene a ser un Bixby Home o la versión de la app de Google de la casa.
Esta app no se puede desinstalar, como ocurre con la Galaxy Store, Samsung Members y alguna app propia más (no todas). Además, se sigue incorporando la suite de apps de Microsoft y LinkedIn, pero no podremos desinstalar OneDrive (si desactivarla) mientras el resto sí. Y algo que de momento no ha ocurrido es que se reinstalen por sí solas apps preinstaladas que habíamos desinstalado (solía ocurrirnos con Facebook), al menos en los días que hemos estado usando el móvil.
Hablando de los ajustes generales, se mantienen los apartados habituales a los que Samsung añade algunos propios (como el de funciones avanzadas, que veremos a continuación). Es bastante sencillo encontrar contenidos y si tenemos dudas el buscador interno funciona muy bien.
Ya hemos comentado gran parte de los ajustes de pantalla, a los que se suman los de la pantalla de inicio. En este aspecto el sistema da bastantes opciones al usuario, siendo una de las pantallas de inicio que más puede personalizarse de los software habituales.
Las rutinas de Bixby siguen siendo una manera muy cómoda de automatizar acciones y/o configuraciones y cada vez es más capaz de realizar cadenas de acciones. Su fuerte: lo sencillo que es programarlas, su versatilidad y que aún hay más sugerencias (muy bien clasificadas) para aquellos usuarios menos dados a esto. Más allá de que Bixby nos entienda bien (que suele hacerlo), la gracia de la asistencia está más en estas automatizaciones.
En el apartado funciones avanzadas podremos ajustar aún más el software a nuestras preferencias de interacción, activando o desactivando opciones como el doble toque para encender/apagar pantalla o el levantar para activarla. Vemos también que están los switches para activar DeX, ahora también disponible de manera inalámbrica para televisores, y para el soporte del S Pen.
Se conservan también las herramientas de Control parental, Salud digital y Game Booster. Esto último es más útil a nivel de querer centrarnos personalmente en el juego, sobre todo a la hora de poder bloquear notificaciones durante la partida. Podemos añadir botones flotantes y en principio el sistema aprende de nuestros hábitos de juego para optimizar el consumo de batería y la gestión de recursos, aunque no se nota en la experiencia si lo desactivamos.
One UI cada vez da más opciones y aunque barre mucho para casa, no limita que se elijan apps de terceros por defecto ni cierra Bixby a las mismas. Eso sí, sigue siendo la capa más exigente en tiempo tras un reinicio y con tal cantidad de servicios propios automáticos pasaremos un tiempo hasta ajustar todas las notificaciones y activaciones a nuestro gusto. Es estable, pero sigue habiendo lag puntual y los buques insignia no lucen lo que deberían.
Biometría
Aunque las formas no parecen cambiar, sí lo ha hecho el fondo, al menos el del lector de huellas. Samsung mantiene la apuesta por la tecnología ultrasónica, pero lo hace con un sensor más grande que los previos, es decir, con mayor superficie de lectura.
Con ello conseguimos acertar más veces a la primera a la hora de colocar la huella (si no tenemos configurado que quede encendida la zona en la pantalla Always On), dado que no es necesario despertar la pantalla para que funcione. Además, entre las opciones de personalización está la de quitar las animaciones, algo que en general suele aportar mayor fluidez en el desbloqueo.
Aunque el principal rival lo tiene en casa: si configuramos que la pantalla se encienda al levantar el móvil, el reconocimiento facial será más rápido que la lectura de huellas. De hecho, podremos configurar varios aspectos (por ejemplo, si llevamos gafas ocasionalmente), así como que quede la pantalla de inicio o no tras desbloquear.
El reconocimiento facial no tiene problemas con contraluces ni interiores, aunque no funcionará en oscuridad absoluta. La iluminación de la pantalla no será suficiente para que actúe en esta situación, tendrá que haber un mínimo de luz en la estancia.
Cámaras: el imperio Samsung contraataca con un doble teleobjetivo y lo hace muy bien
El apellido Ultra vuelve a significar más jugo en el apartado fotográfico. Además de estrenar sensor de 108 megapíxeles para su cámara principal, el S21 Ultra hace hueco para un segundo teleobjetivo para tener un zoom óptico de hasta 10 aumentos, conservando el digital de hasta 100x. Así queda todo lo que aloja ese módulo tan llamativo:
- Cámara principal: sensor de 108 megapíxeles (1/1,33 pulgadas), enfoque automático por detección de fase, campo de visión de 83º, estabilización óptica, valor de apertura f/1.8 y fotodiodos de 0,8 µm.
- Ultra gran angular: sensor de 12 megapíxeles, tecnología Dual Pixel, enfoque automático, campo de visión de 120º, valor de apertura f/2.2 y fotodiodos de 1,4 µm.
- Teleobjetivo 1: sensor de 10 megapíxeles, tecnología Dual Pixel, enfoque automático, zoom óptico 3x, campo de visión de 35º, estabilización óptica, valor de apertura f/2.4 y fotodiodos de 1,22 µm.
- Teleobjetivo 2: 10 megapíxeles, tecnología Dual Pixel, enfoque automático, zoom óptico 10x, campo de visión de 10º, estabilización óptica, valor de apertura f/4.9 y fotodiodos de 1,22 µm.
- Enfoque automático por sensor láser.
Hay algunos aspectos que sobre el papel destacan, también más allá del hardware. Vemos una clara apuesta por mejorar el enfoque y que el zoom sea más competitivo: la marca ahora se codea con Huawei, concretamente poniendo un rival a la altura en zoom del Huawei P40 Pro+, atendiendo mucho más el acercamiento sin pérdidas con más aumentos y estabilización óptica en ambos teleobjetivos.
Además, no se bajan del tren del vídeo 8K y no escatiman en opciones de fps ni en trasera ni en frontal, disponiendo la interfaz para su fácil elección. Ahora hablaremos de la misma, porque como suele ser habitual nos da alegrías y alguna pena.
App de cámara
La app de cámara de One UI mantiene los mínimos a los que nos tenían acostumbrados ya desde antes de One UI, pero en cada versión (y según el móvil) vemos pequeñas adaptaciones. En el S21 hemos visto que tenía configuradas de serie sólo pas pestañas de los modos esenciales, con la ventaja de poder personalizar qué modos queremos (como ya era posible).
Esto hace que sea más conveniente darse el paseo por la pestaña “Más” antes que nada. Aquí veremos parte de las novedades, como el modo de perspectiva de director u otros más habituales y probablemente recurridos como las cámaras lentas y rápidas, el modo noche y el modo retrato. Añadirlos o quitarlos de las pestañas de la interfaz es tan fácil como pulsar y arrastrar.
Menos rápida es la activación o inactivación del HDR, que será automático sí o sí. Tendremos que ir a ajustes según queramos que exista la posibilidad o no de que se dé este disparo múltiple, lo cual es engorroso y en este caso bastante lento, dado que la app sigue mostrando algo de lag.
En la interfaz de fotografía veremos que se mantienen los accesos directos, tanto de funciones como de los cambios de lente, y que se añade el optimizador del enfoque, que podremos desactivar si creemos que no nos interesa. Con el nona binning activado de serie, el disparo automático se realiza a 12 megapíxeles, de manera que si queremos hacerlo a 108 megapíxeles tendremos que ir al botón de relación y elegir 4:3 a 108 megapíxeles.
Eso sí: no hay manera de disparar a 108 megapíxeles con el modo Pro, que es uno de los más completos permitiendo elegir incluso grados de ajuste. Quizás será una función que venga más adelante, y en dicho caso habría que ver si se mantiene el guardado en RAW que puede habilitarse para dicho formato. Por cierto, a 108 megapíxeles podrá actuar el HDR (siempre automático), pero no la asistencia al enfoque.
El modo noche conserva la interfaz y su bonita animación del botón al ejecutarlo, añadiendo la posibilidad de que (siendo igualmente automático) podamos elegir el máximo que el sistema considera posible, en teoría pudiendo llegar hasta los 30 segundos de exposición (aunque sólo hemos logrado hasta 9 segundos en un entorno de oscuridad casi completa). Un modo que actúa en las distintas lentes incluyendo la frontal, por cierto, lo cual no es habitual.
El modo retrato también se mantiene en cuanto a opciones salvo por los nuevos modos de iluminación. Muy similar a la aproximación de Apple y otros fabricantes, se trata de poder elegir entre distintas iluminaciones artificiales para obtener retratos con efectos (blanco y negro, estudio, etc.), algo disponible sea cual sea el sujeto (no hay discriminación por especie) y también en la cámara frontal (se pueden añadir en la edición posterior). Veremos los resultados en el siguiente apartado.
La adición del segundo teleobjetivo no cambia la interfaz del zoom, pero en esta ocasión el salto a 10x tiene su propia lente. Sigue siendo bastante intuitivo y resulta cómodo tener preajustes de zoom que elegir, aunque siempre podremos tirar del gradual.
Para el vídeo disponemos de un acceso directo a la resolución y a los frames, así como al modo de superestabilización. Eso sí, como veremos este modo sólo actúa con la lente (ultra) gran angular (aunque activemos el 1x seguirá siendo esta lente) y con resolución FullHD a 30 fps.
Cámaras traseras
A cada fabricante siempre le esperamos con los brazos abiertos, las manos tendidas y una lista de puntos a lograr en su fotografía. A Samsung solemos recibirle con una petición de mayor naturalidad, menos saturación y mayor nitidez, y con el S21 Ultra hemos visto algún avance al respecto.
La colorimetría suele ser acertada y realista, sin ver virajes o matices hacia el magenta como anteriormente y con un balance de blancos que se corresponde bastante bien con la realidad. El rango dinámico también es muy correcto, especialmente si tiramos de HDR, así que compensará dejarlo en automático.
Habiendo probado las cinco cámaras (con la frontal) en todas las situaciones posibles, donde vemos que peor parada sale es en días nublados. Es una situación más exigente de lo que parece y es donde cojean la mayoría de cámaras de smartphone, viendo en este caso que puede haber más ruido y menor nitidez que incluso de noche. A tener en cuenta en esta situación: mejor tirar de 108 megapíxeles y evitar el gran angular y los zoom.
Hablando de los zoom, vemos que el tele de hasta 3x ópticos sigue siendo solvente y su escudero de hasta 10x ópticos no queda atrás ni mucho menos. Nos hemos encontrado fotografías que conservan alto grado de detalle en ambos casos, especialmente si la iluminación era propicia.
El segundo teleobjetivo (sensor de 10 megapíxeles, 10x de zoom óptico) se porta muy bien en general. En condiciones favorables llega a impresionar el detalle, aunque veremos que como decíamos también en días nublados y fondos complicados el ruido es un problema al ampliar (así como la exageración de los contornos), pero es algo más anecdótico.
El que sigue siendo algo menos recurrido es el zoom digital de 100x. El encuadre que queda suele ser muy reducido y requiere mucha estabilización, así que aunque pueda acercarnos items en la distancia nos valdrá más para "cotillear" que para sacar instantáneas válidas.
Hablando del gran angular, sigue estando por detrás de la estándar (a resolución de 12 megapíxeles incluso) en cuanto a nitidez. Ya a pleno día se aprecia la diferencia y aunque la deformación por curvatura de la lente se corrige muy bien, será un tipo de disparo que sufrirá especialmente en días nublados y de noche. En este último caso, por cierto, imprescindible casi tirar de modo noche para que el resultado sea algo mejor.
Hilando con el modo noche, normalmente dicha opción nos dará una mejora a nivel de ruido y nitidez, que será más sutil en teleobjetivos. Más que uno de los "milagrosos" modos que logra iluminar un entorno oscuro sin flash, se trata de una manera de rescatar detalle y lograr unos contornos más definidos.
Samsung habló de una mejora del enfoque en la presentación de este móvil y lo que a priori puede notar el usuario es que en disparos de primer plano y tipo macro se nos activa automáticamente la optimización del enfoque. En realidad lo que hemos visto en la práctica es que no sólo el objeto principal queda mejor enfocado, sino que la corrección afecta a la profundidad de campo y se pierde el bokeh natural que quizás busquemos. Pero tenerlo está bien (cuantas más opciones para el usuario, mejor).
¿Y qué pasa con los 108 megapíxeles? Que como vimos en sus predecesores se llega a notar a nivel de nitidez, más allá de darnos fotografías enormes para imprimírnoslas en poster. Como os comentábamos antes, es un buen recurso si estamos en condiciones complicadas. Además, esta vez ya no es un disparo tan lento como en el S21 Ultra, aunque siempre será mejor que estemos estables.
El modo retrato (¡se llama modo retrato, sí!) apenas experimenta cambios en el rendimiento, viendo que el recorte puede ser agresivo en más ocasiones de las que esperábamos (aunque conservando bien el primer plano). Es un bokeh plano que podemos aligerar regulando el desenfoque (lo que sería cerrar la apertura) y al que se le añaden los nuevos modos de iluminación, pero como solemos ver en otros casos siguen quedando bastante postizos y con un recorte aún peor.
Cámara frontal
Uno de los reproches históricos hacia las frontales de Samsung era la poca naturalidad y los balances de blancos incorrectos, pero en los últimos topes de gama esto ha ido a menos y cada vez nos hemos ido encontrando resultados más convincentes. Y la cámara subjetiva del S21 Ultra es un firme paso en esta dirección: en una resolución u otra, el resultado destaca por el detalle y la naturalidad, aunque hay sorpresa.
Cuando la iluminación es favorable veremos que el balance de blancos es correcto y que la exposición y el contraste también están acertados, destacando la nitidez que se obtiene a 10 megapíxeles. Algo parece ocurrir en el disparo de 40 megapíxeles, porque siempre nos han salido más desenfocados que a 10 megapíxeles, aún intentando un enfoque manual.
Así, vemos una colorimetría correcta y un buen resultado en general, si bien hemos visto algunos problemas en exteriores a pleno día (halos y falta de contraste) si disparamos a contraluz o si hay mucho reflejo de fondo. Pero incluso de noche el resultado es muy bueno, ocasión en la que conviene tirar de modo noche para que la nitidez sea la máxima, sin exageración de contornos.
El modo retrato suele identificar bien el primer plano y no hay pérdida de detalle en el mismo, aunque el desenfoque es agresivo y si el entorno es un poco exigente (interiores, contraluces) veremos que el recorte también lo es, especialmente si aplicamos alguno de los efectos de luz. Como en Apple, aquellos que cambian todo el fondo (fundido a blanco o negro) darán peor resultado y normalmente no compensa su uso.
Cabe comentar que siempre vendrá activado por defecto algún ajuste de los efectos de suavidad de rostro y demás, y que si no queremos dichos ajustes conviene dar un repaso previo y asegurarnos de que se inactivan. Para gustos, colores, pero aunque funcionen bien en cuanto al objetivo de los mismos siempre serán resultados artificiales y puede que no queramos esto.
Vídeo
Pese a que uno de los principales atractivos es el vídeo a 8K, nos ha convencido mucho más la grabación a 4K. A parte de verla más solvente en general, sobre todo de noche, nos permite jugar con todas las lentes y muestra mayor estabilización especialmente de noche.
La estabilización de serie es suficiente para realizar buenas grabaciones, sin tener que recurrir a la superestabilización. Esta opción se ejecuta sólo con el (ultra) gran angular, lo cual implica estabilización plenamente electrónica y menor nitidez, además de FullHD como resolución única.
En general obtenemos tomas bastante aceptables sobre todo en 4K, si tenemos en cuenta todas las consideraciones. De noche veremos que la estabilización de serie (en principio óptica en principal y teles) falla un poco y se notan temblores al andar, pero en toco caso compensará esto a la superestabilización dado que con ésta se obtienen tomas demasiado subexpuestas.
La cámara frontal da muy buen resultado, especialmente en 4K. Compensa grabar con esta resolución si nos da igual el peso de los archivos, aunque de noche incluso el FullHD está a la altura. En todo caso lo que destaca también son los colores, muy realistas y equilibrados, además de que salvo en la superestabilización vemos una exposición y rango dinámicos correctos.
Sonido: que el estéreo te acompañe
Uno de los aspectos que Samsung viene cuidado de manera tradicional en sus topes de gama es el sonido, aunque esta vez habrá usuarios que se encuentren con un jarro de agua fría si no adquieren el terminal durante su oferta de lanzamiento con los Samsung Galaxy Buds Pro, dado que el S21 Ultra ya no incorpora auriculares AKG en el pack. Tampoco hay minijack de audio ni adaptador para el USB tipo C.
Lo que sí mantienen es el estéreo, disponiendo de un altavoz en cada extremo del terminal. Más allá de la mejor sensación que se tiene con una salida dual del sonido en general, en este caso la distribución es acertada y el estéreo obtenido es de calidad y equilibrado.
El sonido es nítido, con un rango dinámico aceptable y aguanta bien volúmenes altos, con pérdida de calidad sobre todo a partir del 90% debido al alto volumen, pero sin distorsiones llamativas. De hecho, de volumen va sobrado con hasta 117 decibelios a la salida del altavoz principal, lo cual se traduce a unos 90 decibelios ambientales (que son ya hasta demasiados para ambientar una sala), pero es mucho mejor quedarnos en torno al 66-70%, que ya queda en torno a 55-65 decibelios y queda con mayor calidad.
En cuanto a auriculares, si conectamos algunos (del tipo que sean) tendremos algunas opciones más que para sólo altavoces. Podemos activar el Dolby Atmos, que apenas se nota, y/o bien tirar de optimizador UHQ así como de Adapt Sound. Tanto el Dolby Atmos para juegos como el ecualizador estarán disponibles también para los altavoces.
El audio que per sé se percibe a través de los auriculares es bueno, pero puede mejorar bastante con una de estas opciones de cara a la nitidez y la potenciación de las frecuencias que podamos oír menos. De ahí que puede que encontremos una mayor satisfacción si personalizamos un perfil con Adapt Sound, sobre todo en cuanto a que el rango dinámico que percibamos pueda ser algo mayor.
Autonomía: hemos echado de menos una venganza de los 5.000 mAh
Un gran peso normalmente conlleva una gran batería y en el caso del Galaxy S21 Ultra mantiene los 5.000 mAh que ya vimos en el S20 Ultra. Hoy en día no es una cifra de récord, pero tampoco es despreciable sobre el papel ni mucho menos.
Hay varias consideraciones a tener en cuenta aquí para ver qué tal ha rendido ésta; por un lado, la experiencia específica con el móvil (si en el día a día nos ha parecido poco, si se nota el ajuste automático de la tasa de refresco, etc.), y por otro si mejora de una manera sustancial lo previo. En este sentido, sobre todo veremos si ha habido cambio con respecto al S20 Ultra y el Note 20 Ultra.
Hemos alternado ciclos de batería a 60 Hz y con la frecuencia variable y la media de autonomía se nos queda en unas 18 horas y media, con unas 7 horas y media de pantalla. Es una ligera mejora con respecto a las medias del S20 Ultra en cuanto a horas de pantalla (dos más), si bien la media de autonomía queda más o menos igual .
No hemos percibido diferencias sustanciales haciendo un uso similar con los distintos ajustes de tasa de refresco, lo que habla muy bien de la tasa adaptable. Es por ello que, como decíamos en el apartado de pantalla, compense dejarlo configurado así.
Como os comentamos en la presentación, al igual que los auriculares el S21 Ultra no dispone de cargador en la caja. Para las cargas hemos recurrido al que se entregó con el Note 20 Ultra de 25 vatios, con lo que hemos podido probar el valor máximo de carga rápida del móvil, siendo de aproximadamente una hora para completar el 100% de la carga, lo cual está bastante bien.
No es un tiempo excepcional viendo los que están consiguiendo otros fabricantes con cargas rápidas más potentes, pero no está nada mal teniendo en cuenta que son 5.000 mAh. De hecho, es lo mismo que tardaba el Note 20 Ultra pero con una batería algo mayor, y sobre todo da para que en media hora tengamos más del 60% de la carga (y así tener autonomía de sobra para al menos media jornada).
Samsung Galaxy S21 Ultra, la opinión de Xataka
El cambio de diseño con respecto al módulo es lo de menos: lo que nos ha encantado del nuevo Samsung Galaxy S21 Ultra a nivel estético es ese acabado negro mate y el hecho de que ni resbale ni se ensucie. Da la impresión de que podamos cogerlo tras comernos una hamburguesa sin lavarnos las manos y que no quede huella en la trasera.
Más allá de lo atractivo que resulte estéticamente, la configuración de cámaras y su nuevo procesador pueden ser los reclamos que llamen más la atención a los usuarios exigentes. Aún no tenemos un tú a tú del Exynos 2100 frente al Snapdragon 888, pero per se el nuevo SoC de Samsung da lo que promete y no se queda corto en ningún caso.
Eso sí, aunque es un móvil grande pesado y las horas de pantalla han mejorado con respecto al S20 Ultra, la batería no es algo que destaque en general. Pero sí creemos que el ajuste de tasa de refresco adaptable contribuye a que no haya una diferencia acusada entre usarlo a 60 Hz o con la frecuencia hasta 120 Hz, lo cual es un punto a favor para quien quiere sacar el máximo partido a una pantalla que dispone del mínimo de resolución que cabe esperar en un móvil de este rango de precios y que es un buque insignia de una marca.
Con el buen resultado del nuevo teleobjetivo, el procesado más natural de las fotografías, una cámara frontal que sobresale y una pantalla que pese a tener curvas da muy buena experiencia, en general el Samsung Galaxy S21 Ultra es un móvil competente, completo y bien construido. Así que aún con el margen de mejora que tiene, promete ser un digno rival en la contienda de la gama superalta de 2021.
9.3
A favor
- Es tan bonito y se ensucia tan poco que compensa lo que pesa. Tampoco se hace excesivamente grande en comparación con la media actual, además de estar muy bien construido.
- La pantalla cumple de sobra con lo que se le exige a un buque insignia, aún con margen de mejora es una parte a destacar.
- La calidad fotográfica ha mejorado y, aunque el gran angular no está a la altura de lo esperado, en general y con el nuevo teleobjetivo los resultados son muy buenos.
En contra
- One UI sigue sin brillar: no muestra la fluidez que debería ni con el mejor móvil de la marca (hasta la fecha).
- Por ahora cuesta ver que no añadir el cargador y los auriculares tenga una ventaja para el usuario, como hemos visto en otras marcas.
- La app de cámara (su fluidez) y el rendimiento del gran angular pueden mejorar bastante.
El terminal ha sido cedido para el análisis por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
Fondos de pantalla | Wallpaper Cave
Samsung Smartphone Galaxy S21 Ultra 5G de 128 GB con Sistema Operativo Android Color Negro
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