Probablemente pocos os acordéis de aquel Sony Ericsson LiveView, el primer intento de esta compañía por trasladar la inteligencia del smartphone a un reloj inteligente. Aquel dispositivo era preludio de lo que la firma nipona preparaba en futuras revisiones de esta gama de productos, y de hecho su sucesor, el Sony Smartwatch original, tardaría un año y medio más en aparecer y nosotros lo acabamos probando en junio de 2012.
En Sony no se quedaron quietos esperando a ver qué hacían otros fabricantes, e insistieron con un Sony Smartwatch 2 que mantendría la apuesta por una plataforma propia. Eso cambiaría con nuestro protagonista de hoy: el Sony Smartwatch 3 (SWR50) aprende de sus antecesores, pero lo hace además con un salto importante, el que supone migrar a Android Wear como sistema operativo. Hemos tenido oportunidad de analizarlo en detalle, y este es el resultado.
Características técnicas
El reloj inteligente de Sony se sitúa en la línea de otros modelos de esta temporada en muchas de sus especificaciones, pero hay variaciones y mejoras muy interesantes, además de algún punto en contra igualmente destacable.
Sony Smartwatch 3 | |
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Dimensiones y peso | 36 x 5,1 x 10 mm; 74 gramos |
Procesador | Qualcomm Snapdragon 400 a 1,2 GHz |
Memoria | 512 MB |
Almacenamiento | 4 GB |
Pantalla | LCD de 1,6 pulgadas. |
Resolución | 320 x 320 píxeles |
Conectividad | Bluetooth 4.0, NFC, WiFi |
Sensores | GPS, luz ambiental, acelerómetro, brújula, giroscopio |
Conexión | Micro USB |
Batería | 420 mAh |
Durabilidad | Resistente al agua y polvo (IP68) |
Compatibilidad | Con cualquier Android 4.3 o superior |
Precio | 229,99 euros |
La pantalla tiene una diagonal de 1,6 pulgadas y la resolución de pantalla de 320x320 píxeles es adecuada para ofrecer una buena definición -ojo, sin tirar cohetes- para los elementos en pantalla. La tecnología utilizada es transflectiva, lo que permite que el Smartwatch 3 sea perfectamente visible a la luz del día, pero eso también implica que en modo ambiente no se ve bien en un entorno de baja luminosidad.
La integración de conectividad Bluetooth 4.0 es fundamental para la asociación casi obligatoria con un teléfono móvil, pero además contamos con conectividad WiFi y NFC, dos opciones que de momento están, pero como si no: no es posible sacarles partido ya que Android Wear no las aprovecha de momento. Tendremos que ver si futuras revisiones del dispositivo ofrecen cambios en esa situación.
Análisis en vídeo del Sony Smartwatch 3
Nada como un completo paseo en vídeo por el diseño, funcionamiento e interfaz que nos ofrece este Smartwatch 3 de Sony:
Un diseño deportivo, pero solvente en otras soluciones
Mucho se está hablando del papel de los relojes inteligentes como sucesores de los relojes tradicionales. Me temo que falta mucho hasta que podamos hablar de dispositivos que en el apartado diseño puedan compararse a los actuales dispositivos "no inteligentes" -chirría un poco seguir usando esa palabra, para mi gusto demasiado ambiciosa-. El futuro Apple Watch pretende colarse de lleno en esa comparación, pero para muchos -y me incluyo- sigue sin ser un producto equiparable a pesar de las aspiraciones de la firma de Cupertino. Más encaminado iría el G Watch R por ejemplo.
Eso, desde luego, también ocurre con el Sony Smartwatch 3, un reloj que tiene un acabado claramente deportivo. Su forma cuadrada mantiene la tendencia de sus antecesores, y esa correa con materiales gomosos es el testamento más claro de esa vocación por tentar a todos los que buscan un accesorio con ese aire deportivo.
En mi opinión Sony parece querer ser más conservadora y no atacar directamente al segmento de los relojes tradicionales; para ellos, creo yo, el Smartwatch 3 se sitúa a caballo entre las pulseras cuantificadoras actuales -de las que Sony también ha presentado recientemente su apuesta más preparada, la Smartband Talk- y los relojes tradicionales.
El grosor del reloj es totalmente asumible, pero su tamaño global vuelve a plantear un problema para personas con muñecas delgadas y, sobre todo, para mujeres. Esa diagonal de 1,6 pulgadas de su pantalla lo condenan un poco, y eso a pesar de que los marcos son discretos y la cubierta de goma tampoco añade demasiado volumen en general.
Esa correa gomosa es para bien o para mal definitoria del carácter deportivo del Sony Smartwatch 3. Al contrario que otros fabricantes, en Sony mantienen su obsesión por correas propietarias, algo que perjudica las opciones de personalización y que veremos si cambia en el futuro.
Por supuesto, esa apuesta por la pantalla cuadrada también tiene sus pros y contras. La ventaja fundamental es que hoy por hoy hay una traslación directa de la interfaz del smartphone al smartwatch, y eso significa que las pantallas cuadradas facilitan ese proceso: la información en pantalla se adapta de forma adecuada, y facilita probablemente a los desarrolladores el despreocuparse de cómo se mostrará su interfaz. El problema vuelve a ser que esa tendencia parece ahora perder enteros frente a relojes con formas redondas como el Motorola Moto 360 o el LG G Watch R, más llamativos por esas líneas tradicionales pero que precisamente pierden a la hora de mostrar información.
Sea como fuere, insisto en que tras el análisis mi impresión es que Sony no quiere de momento conquistar al usuario de relojes tradicionales, sino a aquel que precisamente ve estos dispositivos como puros accesorios, más preparados que una mera pulsera cuantificadora, pero sin ambicionar poder ser llevados en sitios en los que uno quiere ir elegante. ¿Podría cumplir en esas situaciones? Sí. ¿Lo llevaría yo a un evento de chaqueta y corbata (o casi)? No.
Batería en la media y por fin carga directa
Otra de las diferencias fundamentales frente a otros dispositivos es la presencia en la parte posterior de un conector Micro USB protegido por una cubierta de goma que evita la entrada de agua y polvo. Ese conector permite que carguemos el reloj directamente como si cargásemos un smartphone, y hace innecesaria la presencia de las cunas o "jorobas" que utilizan otros dispositivos para poder recargarlos. Aquí, desde luego, minipunto y punto para Sony, aunque la carga por inducción parece una opción interesante para el futuro de este y otros dispositivos.
La capacidad de la batería del Sony Smartwatch 3 también es destacable: esos 420 mAh superan sensiblemente a otros dispositivos del mercado. Aún así la batería no es especialmente más duradera que otros modelos que hemos probado, y con un uso más o menos normal en el que tenemos activadas las notificaciones, utilizamos algunas funciones de Google Now para tomar notas y registramos nuestra actividad física, llegaremos al final del día sin demasiados problemas. A veces incluso podremos aguantar hasta el mediodía o la hora de comer del día siguiente, pero con un uso más modesto y conservador.
A esa capacidad de la batería se le suma una interesante certificación IP68 que garantiza que podremos sumergir el reloj en algún que otro baño y que éste no correrá peligro en la mayoría de situaciones y condiciones atmosféricas en las que lo utilicemos.
Pero si hay una característica que brilla sobre el resto y además marca diferencias con las propuestas de sus dos rivales más fuertes en el mercado esa es la inclusión de un receptor GPS, que permite que en escenarios en los que solo necesitemos esa opción podamos prescindir del teléfono.
Eso lo hace especialmente adecuado para deportistas que quieran registrar sus recorridos, pero a ese punto a favor le acompañas dos claramente en contra. El primero, lógico: la autonomía de batería se reduce de forma notable si usamos la función de GPS. De hecho, una carrerita de 40 minutos sin el móvil pero con el GPS del reloj activado puede hacer que se consuma un 20% de la misma en ese ratito, algo con lo que tendremos que convivir. El segundo punto en contra, es más extraño. ¿Por qué no incorporar también el sensor de ritmo cardiaco, tan habitual en este tipo de soluciones? Ahí Samsung sí que se ha mostrado mucho más ambicioso con su Gear S.
Android Wear como condicionante de la experiencia
Todos estos relojes inteligentes a los que nos hemos enfrentado en estos últimos meses siguen teniendo una gran asignatura pendiente: demostrar su validez como accesorios útiles, y superar esa sensación de que la inversión que hemos hecho va más allá del mero capricho tecnológico.
Aquí el principal obstáculo no es el reloj en sí, sino la plataforma que lo gobierna. Android Wear debuta en los dispositivos de este tipo de Sony, y lo hace con las mismas virtudes y defectos que en otros dispositivos. La experiencia de usuario es adecuada en muchos apartados, con esa relevancia absoluta de los gestos táctiles para controlar la gestión de las notificaciones y una cada vez más relevante interacción por voz que funciona de forma decente y que probablemente es la gran promesa de futuro de estos productos.
Hablar de esa experiencia es hablar, como digo, de las luces y sombras de Android Wear. La habilitación de notificaciones permite que recibamos las habituales alertas de nuestros clientes de mensajería instantánea, de llamadas o de correos electrónicos -por poner algunos ejemplos-, y sin duda es la virtud por antonomasia de los relojes inteligentes. Gracias a esas notificaciones evitaremos tener que sacar el móvil del bolsillo tan frecuentemente, y al menos en este apartado el resultado es para mi -que nunca había usado un smartwatch más de cinco minutos seguidos- cómodo.
Lo mismo ocurre con otras prestaciones de Android Wear como el control de la reproducción musical. En este apartado hay que señalar una limitación de la plataforma en general, y no solo en el teléfono de Sony. En este dispositivo podremos aprovechar esos 4 GB de capacidad para meter canciones que luego escuchar con unos auriculares Bluetooth, así que lo de salir a dar un paseo (andando, corriendo, en bici, esquiando), registrar nuestros pasos y mientras escuchar música es perfectamente factible y no será necesario sacar el móvil de casa. Sin embargo la sincronización de la música por Bluetooth es lenta, y además no podremos seleccionar canciones sueltas, pudiendo solo pasar toda la música de nuestro teléfono o ninguna de esas pistas. Es un todo o nada, algo ridículo a estas alturas de la película.
El otro gran protagonista de esa experiencia de uso es el reconocimiento de voz, que en el Sony Smartwatch 3 es más que correcto. Lo de hablar al reloj en plan Michael Knight -referencia viejuna imprescindible- resulta extraño, y como en otras situaciones, lo de hablar solos -al menos, en apariencia- sigue siendo extraño. Dictarle comandos al reloj para apuntar citas, tomar notas (con Google Keep o Evernote, entre otros), consultar el tiempo, consultar la navegación hacia un destino (más pensado para ir andando que otra cosa), enviar correos o contestar a un mensaje de Whatsapp directamente con la voz es sin duda conveniente, pero hay un lógico proceso de educación en el que debemos aplicarnos para lograr sacarle al reloj el partido que realmente tiene.
En el caso específico del reloj de Sony, hay una opción que como decíamos es claramente destacada, y esa es la de la navegación GPS. Aquí hay que destacar que efectivamente salir a la calle sin el teléfono para registrar nuestros recorridos es un punto muy a favor en diversos escenarios (aquí los deportes son protagonistas). El punto en contra es que de momento el soporte de esta característica es limitado, y My Tracks de Google, Runkeeper o Ghostracer son dos de las aplicaciones que ya lo integran. Runtastic y Endomondo, por citar algunas muy populares, de momento no soportan esa opción, pero es de esperar que lo hagan en próximas ediciones.
Esa opción GPS es interesante para otros apartados como la navegación, y aquí ya ha habido experimentos interesantes como el de utilizar HERE Maps en lugar de Google Maps, pudiendo almacenar los mapas en el propio reloj, una opción curiosa que, cuidado, puede ser una distracción peligrosa en carretera.
En opciones de cuantificación tenemos Google Fit como referencia, pero dentro del reloj tendremos un código de evaluación de iFit Outside -aparte de otro para Golfshot Pro, que calcula distancia al hoyo si practicáis ese deporte- y, por supuesto, Sony Lifelog, la aplicación que monitoriza diversas actividades -no solo físicas- a través del reloj, y que es también centro de la experiencia en el caso de las pulseras cuantificadoras Smartband de este fabricante.
La opinión y nota de Xataka
La sensación general es que el Sony Smartwatch 3 es un nuevo paso en la dirección adecuada. Relaja la dependencia de ese gesto de sacar el móvil del bolsillo o de tenerlo encima de la mesa en todo momento, aunque las dudas son una vez más -en mi opinión- mucho más importantes que las certezas.
Soy muy fan de los relojes tradicionales y nunca he sentido ese alivio de poder quitármelos de encima gracias al smartphone, así que mi visión es clara: un reloj inteligente tiene que aportarme algo más que la simple conveniencia o comodidad de no sacar el móvil del bolsillo. Eso, por sí solo, no basta, y aquí el Sony Smartwatch 3 peca de lo mismo que el resto de sus compañeros.
A esa sensación se le une el hecho de que el dispositivo pierde en diseño. Lo veo solvente en básicamente cualquier situación, pero yo no lo elegiría en muchas de ellas frente a un reloj tradicional -salvo a la hora de aprovechar sus opciones de cuantificación- porque pesa más ese apartado de diseño que el de las prestaciones, y quizás porque no soy un usuario que viva demasiado "pegado" a las notificaciones del móvil.
Todo ello hace que mis conclusiones respecto al Sony Smartwatch 3 sean agridulces. La experiencia de Sony no queda del todo patente -la apuesta por un reloj inteligente deportivo parece poco ambiciosa hoy en día-,pero es cierto que la inclusión de características como el GPS, la batería de mayor tamaño o ese conector Micro USB son aciertos indudables. De los relojes "cuadradotes" es la opción probablemente más interesante hoy en día por esas mejoras, pero Android Wear sigue estando algo verde en muchas opciones y a priori dejar que el mercado madure -y los desarrolladores apuesten más por estos productos- parece una sabia decisión hoy en día.
7,3
A favor
- Inclusión de GPS
- Conector Micro USB para carga cómoda
- Certificación IP68
En contra
- Diseño poco ambicioso, demasiado deportivo
- Correas propietarias
- Limitaciones implícitas de Android Wear
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