Los coches de Volvo se han ganado a pulso ser considerados unos de los más seguros gracias a las innovaciones en materia de seguridad que ha introducido la marca sueca durante años. Aun así, el hecho de que este fabricante haya anunciado que en 2020 pretende erradicar de todos sus coches las lesiones graves y los muertos, parece una exageración. Pero lo cierto es que tiene un argumento coherente: la tecnología de seguridad que ha introducido en el SUV XC90 2015.
Este coche, que ha sido probado recientemente por nuestros compañeros de Motorpasión, incorpora buena parte de los sistemas de seguridad más sofisticados que conocemos, como el reconocimiento de automóviles, ciclistas, peatones y señales de tráfico; el control de crucero adaptativo, la frenada automática de emergencia, la detección de vehículos en el ángulo muerto, el reconocimiento de las líneas de carril y el centrado automático en el carril, etc. Pero estas tecnologías las tienen también otros fabricantes. Lo que hace diferente al XC90 es su capacidad de aprender cómo conducimos y tomar decisiones al respecto en tiempo real.
Coqueteando con la IA
Puede parecer excesivo decir que un coche está equipado con un sistema de inteligencia artificial, pero es la forma correcta de identificar lo que es capaz de hacer el software que Volvo ha integrado en el XC90. Y, por lo que ha dicho la marca, el que incorporará poco a poco en sus otros modelos de aquí al año 2020 (no olvidemos que actualmente este SUV es el «buque insignia» de la empresa sueca).
Lo sorprendente de este software es que es capaz de aprender cómo conduce la persona que va al volante, identificando todo aquello que caracteriza sus hábitos de conducción. Para hacerlo posible monitoriza nuestros patrones de aceleración, frenado y manejo de la dirección, y los compara con un histórico conformado por otras sesiones de conducción. El objetivo que tiene la recopilación de toda esta información es, precisamente, permitir a este software aprender con precisión cómo conducimos para anticiparse en tiempo real a nuestros errores y evitar que se produzcan.
Al parecer, este programa de inteligencia artificial es capaz de comunicarse con los demás sistemas de seguridad del coche para ejecutar correcciones en la conducción que pueden evitar un accidente, o, al menos, reducir sensiblemente su gravedad. Si, por ejemplo, vamos conduciendo de noche y delante de nosotros tenemos un obstáculo que no hemos visto, el software interpretará que debe tomar el control de la situación y frenará para evitar el impacto, incluso aunque nosotros estemos pisando el acelerador a fondo.
Este es solo un ejemplo, pero, al parecer, esta tecnología es válida en muchos escenarios diferentes. Ahora solo nos queda esperar que realmente esta innovación de Volvo demuestre ser tan eficaz como promete, y que las demás marcas recojan el testigo y pongan a punto soluciones similares a esta que puedan ser integradas en la mayor cantidad de coches posible.
Vía | Popular Science
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