‘Futurama’ ha cumplido 20 años y aún hoy sigue sorprendiéndonos. Quizá su bola de cristal para adivinar el futuro no haya sido tan fina como la de ‘Los Simpsons’, pero aún así fue capaz de predecir unos cuantos inventos.
Algunos se materializarán en un plazo relativamente breve, otros han caído en el olvido y otros tantos se han quedado como curiosidades porque, no lo olvides, ‘Futurama’ era una comedia y muchos inventos tenían la intención de hacerte reír. Sea como sea, empecemos por…
El Hipertubo
Nada más empezar Futurama, aparte de la nave espacial, llama la atención esa ciudad llena de tubos que transportan personas de un lado a otro. En un mundo superpoblado como el nuestro (recordad que, en ‘Futurama’, de camino al año 3.000 hay una extinción masiva), un sistema así es imposible para humanos, pero eso no nos impide intentarlo.
No es nada novedoso el Hyperloop, pues la idea original se remonta a 1870 nada menos, pero Elon Musk, el hombre detrás de Paypal y de aquel coche con maniquí en el espacio, se propuso crear un tubo de transporte entre Los Ángeles y San Francisco.
En teoría, el proyecto iba de unas “balas” de hasta 28 pasajeros de capacidad que se disparan en un tubo de vacío y se propulsan por un sistema magnético para evitar la rozadura, como los trenes bala de Japón. En la práctica, es una M-30 de 10 km. no apta para claustrofóbicos que apenas ahorra tiempo; una engañifa o, como vamos a tener que acostumbrarnos a llamar a estas cosas, un "Muskjón".
Y te preguntarás, sagaz lector, ¿no has dicho ahí arriba que un sistema exactamente igual al de ‘Futurama’ es imposible… para humanos? Y en efecto, me reitero. Porque el mismo sistema, tal cual, sí que ha podido implantarse… para ayudar a los salmones a evitar las presas de agua. Ahora sabéis que existe un cañón de salmón y me daréis aún más las gracias cuando descubráis al héroe que ha puesto el sonido de Futurama al vídeo:
We thought the fish tube video would be improved by adding the sound from the scene in Futurama where Fry tries the Tube Transport System.
— The Poke (@ThePoke) August 12, 2019
We were right. pic.twitter.com/jB3kercj45
El Oloroscopio
Un antiguo anuncio se preguntaba a qué olían las nubes, una pregunta tan ingenua o estúpida que ha conseguido quedarse en el inconsciente colectivo por encima de “¿Dónde está Curro?” y al ladito de “Dónde se esconde Carmen Sandiego” porque las propiedades intelectuales se resisten a morir.
El caso es que las nubes sí huelen. Todo tiene un olor pero nosotros tenemos que percibirlo con nuestro pobre (miserable, en comparación con otros animales) aparato olfativo. Para compensar esta carencia está el Nasal Ranger, un dispositivo que ya se usa en la vida real para vigilar el medio ambiente o, simplemente, detectar a gente que planta marihuana. ¡Y una empresa española tiene registrado su uso exclusivo en nuestro país!
Volviendo a la serie, el profesor Farnsworth dice que, si un perro defeca en cualquier parte del universo, no le quiere coger por sorpresa. Nosotros no podemos inventar un Nasal Ranger a escala universal, pero sí podemos imaginar a qué huele una galaxia en base a los compuestos que encontramos flotando. Por ejemplo, las moléculas encontradas en la nebulosa Sagitario B2 sugieren que huele… ¡a ron y frambuesas!
No es un superdedo… pero casi
Uno de los inventos más estúpidos del profesor Farnsworth fue aquel dedo largo para señalar las cosas. Porque a ver, vives en un mundo de naves espaciales, rayos desintegradores y cabezas en frascos, en el que un simple puntero láser está más que superado… y te inventas un prostético que lo mismo sirve para hurgarte la nariz que para celebrar en ‘Fortnite’.
No exactamente igual, pero parecido, tenemos este accesorio no oficial de la Wii (¿os acordáis de la Wii? ¿Sentís el frío espectro de los años acariciando vuestro cogote?). Su uso, no obstante, no estaba destinado a un simulador de oficina con pase de diapositivas, sino como taco de billar.
Strippers robot
‘Futurama’ nunca se avergonzó de sus robots. De todos los tamaños y formas, a veces como suplentes de un humano, otras como víctimas de gags a lo ‘Picapiedra’ (como ese cubo de basura robótico con seis hijos).
La principal consigna es que, dado que les gusta diferenciarse de los humanos, no pretenden parecerse más allá del evidente antropomorfismo y hasta pueden tener libre albedrío. Y telenovelas.
En la vida real, estamos muy lejos aún de conseguir robots que hablen y se sientan autónomos de verdad, así que cualquier robot creado por nosotros tiene una intencionalidad detrás. Y Giles Walker lo tenía muy claro cuando inventó a estas strippers robot que saltaron a la fama en 2018, pero que llevan bastantes años con nosotros.
El invento, lejos de achicar a dueños y clientes, ha funcionado y ha saltado del Consumer Entertainment Expo (el CES) de Las Vegas, a un club de Nantes, convirtiendo a Walker por el camino en el primer robo-proxeneta de la historia.
La cabina de suicidio
El suicidio es un tema delicado. Tanto, que los productores de ‘Futurama’ eran todo canciones y alegría ante la perspectiva de una nueva serie de Matt Groening, el creador de ‘Los Simpsons’. Al menos, hasta que vieron las cabinas de suicidio del piloto.
El caso es que el concepto en sí de una cabina de suicidio va más atrás de ‘Futurama’ y se remonta a finales del siglo XIX nada menos. De hecho, aunque Groening asegura haber concebido esta cabina en base al corto del Pato Donald que tenéis justo arriba, en el que casi muere visitando un museo de invenciones futuristas, la propia escena parodia otra cosa.
En concreto, la novela ‘Immortality Inc.’ de Robert Sheckley, donde el protagonista también se encuentra una cola de personas frente a una cabina de suicidio. A lo mejor la novela no te suena mucho porque no me suena que esté editada en España, pero si te dijera que se adaptó al cine con Emilio Estevez de protagonista y un diseño de coches que más tarde se copiaría en el juego 'Carmageddon'... bueno, 'Freejack' no la recuerda mucha gente.
¿Y en la vida real? Ha habido varios instrumentos de suicidio, pero el más parecido al caso que nos ocupa es el dispositivo Sarco, creado por Philip Nitschke en 2017. Se trata de un sarcófago que proporciona una “muerte dulce” por asfixia mediante nitrógeno. Nitschke no se arrepiente de su invento y planea liberar los planos de la máquina este año para su creación casera mediante impresora 3D. Pero qué os voy a contar: si sois fieles lectores de Xataka, sabéis que ya hablamos del Sarco.
Gaydar
Cuesta creer lo que nos ha cambiado la vida desde el estreno de ‘Futurama’. Por ejemplo, en lo relativo a los teléfonos móviles. Porque a principios de milenio, lo más en los teléfonos era una progresiva miniaturización que llevó a terminales como el 8210 de Nokia (supuestamente, por su tamaño, el favorito de los traficantes).
No se sabía la revolución que supondrían los smartphones (a lo mejor Jack Kirby y sus cajas madre sí), ni que habría aplicaciones para casi cualquier cosa.
De modo que, cuando en el cuarto episodio de la primera temporada de ‘Futurama’ se muestra un invento capaz de detectar a homosexuales, parece sólo una broma de mal gusto.
Pero combina ese concepto con nuestras ganas de ligar y de entregar voluntariamente nuestros datos personales a aplicaciones y tenemos apps como ‘Grindr’, cuya base no difiere mucho de este Gaydar gracias al GPS integrado de nuestros terminales.
El Oculus Rift
Algunos inventos, por mucho que recorran su ciclo, se resisten a morir. Pasó con el cine 3D, que ya ha dejado de ser lo más por (chequeo mis notas) tercera vez. Y lo mismo ocurre con la realidad virtual.
Cuando ‘Futurama’ empieza a emitirse, la Realidad Virtual estaba llamada a ser otra curiosidad del pasado, porque películas como ‘Johnny Mnemonic’ o ‘Virtuosity’ tienen sus fans (aquí presente, uno) pero su futuro volvía a alejarse de cómo serían nuestras vidas a años vista.
De modo que este gag de Amy viviendo en realidad virtual cómo su personaje digital a su vez está en la simulación de un juego parecía hacerse a costa de una tecnología moribunda. Hasta que llegó ‘Avatar’ y nos trajo de nuevo el 3D, que a su vez reaviva tecnologías domésticas de realidad virtual como el Oculus Rift.
Es más, me atrevería a decir que usar un juego para simular una actividad normal (en este caso, jugar a la consola), ya se hace mediante walking simulators y otros juegos de cotidianía delirante.
Visiones del futuro
Una vez más, esto demuestra que la ciencia ficción es un género que va más allá de la épica de naves espaciales o robots que se rebelan. También de la mera crítica a la sociedad actual.
La ciencia ficción, incluso si es en clave de comedia como en 'Futurama', permite que la chispa de una idea germine en el sitio correcto. ¿Quién sabe qué podrá inventar el fan adecuado de 'Futurama'?
Y vosotros, ¿qué invento de la serie os gustaría que se hiciera realidad? Id descartando el Slurm, que ya existe o tecnologías que dudo que cuajen, como esos sucedáneos del Eyephone de 'Futurama' que proyectan el teclado o la pantalla para interactuar.
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