La llegada de la generación Z al mundo laboral está siendo frenética para los directivos en el sentido más amplio de la palabra. Los jóvenes que se incorporan a las plantillas no tienen el mismo concepto del trabajo que sus compañeros y jefes de la generación X y boomers y esas diferencias se están dejando notar en sus niveles de estrés: algunos gerentes están pensando en dimitir porque no soportan a la generación Z.
Superados por el estrés. Según datos de una nueva encuesta de Intelligent.com a 1.000 directivos estadounidenses que gestionan equipos formados por miembros de la generación Z, el 18% de los directivos ha considerado renunciar debido al estrés que les genera lidiar con la nueva generación de empleados que se acaba de incorporar al mundo laboral.
Los sentimientos de frustración (51%), incremento de los niveles de estrés (44%) y decepción (31%) se han convertido en parte del día a día de los gerentes cuando tratan con sus empleados más jóvenes. El choque generacional se hace más acusado entre los gerentes más mayores, pertenecientes a la generación del Baby Boom y los más jóvenes.
Una ética de trabajo distinta. Uno de los principales detonantes de las tensiones intergeneracionales que destacan los datos de la encuesta es el excesivo uso del smartphone durante la jornada laboral, algo señalado por el 50% de los gerentes. También destacan una notable falta de ética de trabajo (47%) –algo que una encuesta anterior de Intelligent.com también puso sobre la mesa—, y la falta de iniciativa (46%).
El 27% de los directivos evitaban contratar a jóvenes de la generación Z. El 50% de los directivos encuestados en este nuevo estudio asegura haber despedido a un empleado de la generación Z. Cuando se les pregunta un motivo por el que seguir contratándolos, el 54% lo hace para cubrir los puestos que requieren menos experiencia.
Problemas de comunicación. La comunicación es uno de los principales puntos calientes intergeneracionales, según reconocía el 40% de los directivos encuestados. Estos problemas en la comunicación ya se pusieron de manifiesto en un estudio publicado por LinkedIn, en el que se revelaba que los jóvenes de la generación Z no sabía cómo comunicarse con sus compañeros y jefes de generaciones anteriores, y eso estaba poniendo en riesgo su futuro laboral.
Huy Nguyen, asesor principal de educación y desarrollo profesional de Intelligent.com destacaba que, "si bien las habilidades blandas como la comunicación, la gestión del tiempo y el trabajo en equipo son esenciales, vale la pena considerar que los recién graduados, especialmente los de los últimos años, han tenido menos oportunidades de desarrollar estas habilidades a través de métodos tradicionales como pasantías o trabajo presencial, en parte debido a la pandemia. Los empleados de la Generación Z llegan con habilidades técnicas más sólidas que las generaciones anteriores, pero pueden carecer de las experiencias prácticas adquiridas en los entornos laborales tradicionales ".
Nuevos empleados, nuevas estrategias. Según los datos de Intelligent.com, el 65% de los directivos encuestados ha tenido que cambiar sus estilos de gestión con la llegada de los nuevos empleados de la generación Z. Los directivos aseguran haber cambiado a modelos basados en microgestión (38%) para compensar la falta de iniciativa de los recién llegados, el 35% ofrecen más opciones de conciliación entre el trabajo y la vida personal, mientras que el 32% ha optado por darles más tiempo para completar sus tareas.
"Existe la posibilidad de que los nuevos empleados desarrollen una dependencia excesiva de la retroalimentación y la orientación, lo que les impide establecer su propia autonomía, que es crucial para el progreso profesional", recuerda Nguyen en su informe.
Los gerentes no son los únicos estresados. El estudio ha revelado que los jefes no son los únicos que han incrementado sus niveles de estrés con la incorporación de la nueva generación de empleados: sus compañeros también lo han notado.
El 52% de los directivos encuestados asegura que los genzers están generando tensiones entre sus compañeros de generaciones anteriores. El 76% asegura que las tensiones surgen por las actitudes y expectativas en el lugar de trabajo de los recién llegados, mostrándose reacios a asumir responsabilidadesy mostrando diferencias en las prioridades laborales (47%).
"Con cada nueva cohorte que ingresa al lugar de trabajo, hay un período natural de ajuste en el que los empleados existentes, que han estado trabajando durante muchos años, pueden sentirse desafiados por las actitudes, prioridades y estilos de trabajo de la próxima generación. Con la Generación Z, las diferencias se han magnificado por la cantidad de contenido en línea y la rápida difusión de contenido de canales no tradicionales", señala Huy Nguyen.
Imagen | Unsplash (Nik)
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