Tras la llegada a HBO de los dos primeros episodios de la serie de 'Batwoman' de The CW, que se suma este año a su inmenso catálogo de series basadas en héroes DC, parecen más o menos claras las intenciones del canal. Cuando 'Arrow' finalice su octava temporada, que acaba de comenzar y que se presenta inusualmente breve, y después del evento 'Crisis on Infinite Earths' donde participarán todas las series de la casa, 'Batwoman' parece querer recoger el testigo de ser la serie de superhéroes urbana y oscura de la plataforma.
Lo cierto es que, en sus primeras temporadas, muchos espectadores nos tomamos 'Arrow' como una especie de serie de Batman sin Batman (en ocho años han pasado muchas cosas en el panorama audiovisual superheroico, y de hecho, que 'Arrow' estuviera ambientada en Gotham ya parecía el colmo del atrevimiento). Después de que 'Supergirl' demostrara que The CW puede hasta traerse a Superman de invitado en más de un episodio y no pasa nada, Batwoman se adentra sin miedo, al más puro estilo ligero y sin complejos de The CW, en el Batverso.
Aún es pronto para saber si Batman hará su aparición en 'Batwoman' en un futuro (habrá que esperar algunas temporadas, si es que llega), pero lo cierto es que las peripecias de Kate Kane hacen un uso sin límites del lore del Hombre Murciélago, como es lógico al ser un personaje tan estrechamente vinculado al mítico héroe de DC. Gotham es su escenario, se menciona Arkham, el personaje de Luke Fox es hijo de Lucius Fox -uno de los secundarios esenciales de Batman., la base de operaciones de Batwoman es la mismísima Batcueva... y luego está la historia personale de Kate Kane, claro.
Kate (Ruby Rose) es prima de Bruce Wayne, a quien conoce desde que eran niños. Después de haber sido expulsada de una academia militar por mantener una relación abiertamente lésbica con Sophie (Meagan Tandy), vuelve a Gotham, de donde Batman lleva varios años desaparecido. De mantener el orden se encarga el propio padre de Kate, Jacb (Dougray Scott) que ha creado una organización paramilitar, The Crows, cuya labor se ve amenazada por Alice (Rachel Skarsten), una sociópata que quiere desestabilizar el statu quo de la forma más ruidosa posible.
'Batwoman': El regreso de la Señora de la Noche
Si algo hay que celebrar de 'Batwoman' es que no se anda con demasiadas contemplaciones a la hora de plantear su historia de base: Kate llega a Gotham y a mitad del primer episodio descubre lo que villanos experimentados del héroe tardan décadas en deducir: Bruce Wayne es Batman. No solo eso, sino que se apropia de la Batcueva, usa al hijo de Lucius Fox como su Alfred particular y liquida de un plumazo un misterio que otras series aguantarían una temporada entera: la identidad de Alice y la muerte accidental de su hermana, de la que lleva toda la vida culpando a Batman (spoiler: se le pasa rápido)
Series como 'The Flash' mantienen secretos irracionales entre personajes durante episodios, generando conflictos que acaban perdiendo el sentido lógico. En 'Batwoman' las cosas funcionan de otra manera, y es un alivio: pese a que acaba de llegar a Gotham, comparte sus sospechas con sus padres y hermanastra y se enfunda el traje de Batwoman en tiempo récord. Son convenciones por las que hay que pasar y es un alivio que la serie las liquide tan rápido.
En el lado negativo, sin embargo, a la serie le falta el sentido de la maravilla propio de las series de The CW. Ni el amor por la chorrada de 'The Flash' ni la contagiosa luminosidad y optimismo de 'Supergirl', ni el empaque y la experiencia narrativa de 'Arrow' ni, por supuesto, la chifladura en estado puro de 'Legends of Tomorrow'. El consuelo tambien está ahí mismo: esta última pasó por una primera temporada horrible antes de convertirse en una de las series superheroicas del momento. 'Batwoman' es más anodina, pero tiene margen para pisar el acelerador.
Se puede picotear en elementos de buen gusto de estos dos primeros episodios, empezando por la excelente composición de Skarsten, que con una avalancha de citas de Lewis Carroll se distancia rápido de ser otro clon femenino del Joker. O la propia Rose, aún algo rígida, pero que propone una heroína con personalidad y físico personales. Pero en general, se echa en falta algo del brillo y del ingenio, aunque sea a nivel de escritura, de otras series DC de The CW. Quizás su mayor problema es que, por estética y enfoque, no tiene más remedio que dejarse comparar con las series Marvel de Netflix. Y aunque en términos generales las propuestas de The CW son más memorables, en este caso concreto, no hay color.
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