La última temporada de 'Watchmen' ha concluido por todo lo alto, con una serie de sucesos que terminan de enlazar a la perfección con el cómic de Alan Moore y Dave Gibbons que la inspira. No te vamos a spoilear nada, pero lo que sí podemos decir es que como era absolutamente de prever, y aunque esta última temporada está lejos de plantear un final abierto, ya hay quien se anda preguntando por la segunda tanda de epiodios. Pero no hay respuesta clara, por supuesto.
Ha sido en una larga pieza sobre la serie conmemorando su final que ha publicado 'Variety' (cuidado con la avalancha de destripes) donde muchos de sus responsables se han pronunciado acerca de una hipotética continuación. Gente como la directora de tres episodios Nicole Kassell, son prudentes: "creo que va a llevar tiempo saber qué sería de una segunda temporada", dice. La protagonista de la serie, Regina King, por su parte, afirma sin reparos que habrá segunda temporada, en lo que parece más la verbalización espontánea de un deseo que un plan en firme.
Quien más se extiende sobre el particular es el showrunner Damon Lindelof. que afirma que en ciertos sentidos la serie es como el cómic original: "La mayoría de los comics siguen y siguen. 'Watchmen' no lo hizo, y es lo que lo hizo especial. Por eso diseñamos esta historia para que tuviera un final. No creo que la temporada acabe en un 'Continuará', aunque posiblemente otros sí lo perciban así. Sería interesante discutirlo".
Lo que está claro es que Lindelof no cierra niguna puerta: "No quiero sonar ingrato, pero no tengo ningún interés en continuar la historia. Y eso está principal y casi exclusivamente basado en el hecho de que no tengo una idea. (...) Si voy a verme involucrado en más Watchmen, debería ser capaz de responder preguntas". O como dice el director Stephen Williams, "es una pregunta tan por encima de mi sueldo que no sé ni por dónde empezar a aventurar una respuesta".
Posiblemente, no hay mejor serie que 'Watchmen' para reivindicar el formato de las series limitadas como perfectas para contar historias con un principio y un final. Estas tienen una ventaja más allá de la obvia de no verse obligadas a estirar una historia más allá de lo necesario, con la consiguiente pérdida de interés. Y cuyo ejemplo más palmario nos viene a todos a la cabeza ya que, muy curiosamente, tenía a Lindelof a bordo: 'Lost'.
Ese otro motivo para reivindicar el formato limitado es que una historia planificada con un final específico desde el principio pude plantear con exactitud sus ritmos y cómo dosificar la información. Hasta esa cosa tan inconveniente a veces como es la necesidad de partir la historia en una serie de segmentos iguales y que, a ser posible, contengan cada uno de ellos un cliffhanger final pueden jugar en favor de la historia si se aplica con inteligencia. En el caso de 'Watchmen', por ejemplo, los finales de capítulo han sido siempre un do de pecho... pero la narración no se ha sentido artificial en ningún momento.
'Watchmen': cuando el texto original ya ha sido "profanado"
Lindelof hace bien en citar el cómic de Moore, porque no hay ejemplo más cristalino de una serie con un principio y un final que no puede ser de otro modo. Su estructura de bomba de relojería está blindada a base de una narrativa en espejo, llena de dobles sentidos visuales, viñetas que se desdoblan, imágenes a una distancia del principio que rima con otras a la misma distancia del final. Son detalles que la serie de Lindelof ha hecho suyos, adaptándolos al medio televisivo y el lenguaje audiovisual.
Por eso la adaptación de Zack Snyder, pese a ser tan fiel a la letra, no lograba captar el hipnótico ritmo de tic-tac, lleno de ecos, de la historia original. Ignorar eso es ignorar la grandeza del cómic de Moore, y sin embargo es la propia gente de DC la que ha pasado por encima, lanzando una secuela en formato cómic que, básicamente, introduce a los antihéroes originales en la continuidad superheroica de DC. El resultado, pese a sus hallazgos creativos, es un auténtico disparate conceptual: por definición, 'Watchmen' no puede ser continuada, independientemente de lo bien que se ejecute esa secuela.
Lo curioso es que el 'Watchmen' de Lindelof es ya una secuela del 'Watchmen' de Moore, y funciona: como continuación, pero también como puesta al día y discusión de las propuestas originales. Así que sí, si Lindelof tiene esa idea del millón que no promete que tendrá en la entrevista, deberíamos estar dispuestos a recibirla con los brazos abiertos, porque ha demostrado de lo que es capaz. Aunque sobre el papel, muchos fans recen para que todo el mundo se quede quieto donde está, y estos nueve capítulos permanezcan como el insólito diamante aislado con el que HBO ha coronado 2019.
Sí que nos debería servir, no obstante, para repensar los formatos, y plantearnos que quizás cuando se nos ponga por delante una serie nueva, no deberíamos pensar en "Primera temporada", sino en "temporada única". Los comics revolucionaron su misma esencia cuando en los ochenta, 'El regreso del caballero oscuro' y 'Watchmen' abanderaron la idea de que el medio podía contar historias no tan pendientes de la continuidad y de los planes editoriales para todo el año siguiente. La televisión hace tiempo que tiene instituído el formato miniserie, pero puede que 'Watchmen' consiga en televisión lo mismo que en su día coronó en los comics: no ser la primera ni la única, pero sí la prueba más evidente de que necesitamos más cosas así.
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