Estamos viviendo la transición entre el FullHD y el 4K. La primera, que lleva ya varios años siendo lo común, dentro de no mucho tiempo pasará a mejor vida a favor de 4K/UHD, cuyas las diferencias son significativas. Pero Houston, tenemos un problema: si nos ceñimos al mundo del juego, hay que tener mucha máquina para moverlos en 4K en condiciones.
Durante unas cuantas semanas hemos estado probando la AMD R9 295X, la tarjeta gráfica de más alta gama de AMD. Un producto pensado casi en exclusiva para el 4K y que nos hace plantearnos la pregunta de si merece la pena el desembolso necesario para jugar a las máximas resoluciones y configuraciones actualmente disponibles. ¿Merece la pena tener un equipo para jugar en 4K?
Entre gastarse 800, 300 o 0 euros
Pese a que la práctica totalidad de CPU incluyen GPU, con lo que técnicamente no es necesaria ninguna tarjeta gráfica dedicada para tener un equipo completo, en el mercado nos encontramos una amplísima variedad de tarjetas gráficas, desde las más potentes por 700, 800 o incluso 1.000 euros hasta las medias, en torno a los 200 o 300.
Elegir una u otra depende no sólo de lo que queramos hacer con el ordenador, también por supuesto del presupuesto económico que manejemos. Con una IGP - lo que vendría siendo la GPU integrada en una CPU - se puede disfrutar del sistema operativo, navegación web, ofimática y juegos muy concretos y poco exigentes; una GPU de corte medio - en torno a los 200 o 300 euros - permite ahondar en videojuegos de última generación a buenas resoluciones y configuraciones; una GPU de gama alta - podemos definir 'gama alta' a partir de los 400 euros - abre el camino a "casi" lo que quieras.
¿Dónde queda el 4K? Depende de lo que quieras hacer en 4K. Si simplemente quieres tener una resolución 4K para utilizar software básico (navegador Web, ofimática, programas sencillos o juegos retro) te bastará con la integrada siempre y cuando ésta sea compatible (básicamente, que admita las salidas de vídeo compatibles con los 3840x2160 píxeles), pero si quieres jugar en 4K necesitarás algo más.
Hemos estado jugando con un monitor FullHD, un monitor 4K/UHD y gráficas AMD R9 290X y R9 295X2. ¿Nuestra experiencia? Continúa leyendo
AMD R9 290X vs. AMD R9 295X2, comparativa en 4K
Para realizar esta comparativa tenemos la 295X2 y la 290X, más antigua pero aún así considerada una gráfica de gama alta. Las siguientes gráficas plantean los resultados de pruebas en benchmarks sintéticos (3DMark en varias configuraciones, incluyendo 4K) videojuegos como Battlefield 4 y Diablo 3, de los pocos que se ejecutaron eficazmente en ambas configuraciones:
Dejando de lado otros tests donde no se han dado diferencias significativas (por ejemplo PCMark 8), podemos sacar algunas conclusiones según el tipo de prueba realizada.
En 3DMark, a día de hoy uno de los tests sintéticos y generales de referencia, las mejoras proporcionadas por la R9 295X2 son muy significativas y son mayores cuanto más exigente es la prueba. En 3DMark Fire Strike 4K incluso llega a duplicarse el rendimiento, si bien es cierto que en las otras pruebas esta diferencia es menor.
En los pocos juegos probados - las razones están en el siguiente apartado - diferenciamos dos sucesos: primero, un juego como Diablo 3 no está optimizado para los dos núcleos de la R9 295X2 y por ello incluso el rendimiento desciente; sin embargo, en segundo lugar, Battlefield 4 sí logra aprovechar todo el potencial de la R9 295X2 y multiplica por 2.5 el rendimiento base de la R9 290. Como es habitual en las pruebas de videojuegos todo dependerá del título y del empeño que el desarrollador haya puesto en optimizar su juego para el hardware.
Algunas (importantes) apreciaciones
Ya hemos mencionado que el teórico siguiente gran hito en el mundo gaming es la llegada del 4K de forma masiva junto con previsiblemente la realidad virtual, actualmente en 'guerra'. Lo que a día de hoy es FullHD en un puñado de años será 4K, una tecnología presente en el mercado - recordad nuestra selección de ocho monitores a los que seguir la pista, de marzo del 2014 - pero que aún mantiene un precio un tanto elevado para la mayoría de bolsillos.
Pero no es únicamente un problema de hardware, y por tanto económico. En nuestras semanas de pruebas con el monitor 4K - un Dell UP2414Q - también nos hemos encontrado con multitud de problemas relacionados con el software que no podemos pasar por alto.
Problemas... con el sistema operativo
Nuestro equipo de pruebas - el Mountain GTM 3000 - ejecuta un Windows 8.1 con todas las actualizaciones al día, y aunque Microsoft ha hecho ciertos esfuerzos por lograr la mejor experiencia con pantallas 4K aún queda mucho camino por recorrer.
Utilizar una pantalla 4K en Windows 8.1 sin ningún tipo de proporción es directamente inviable ya que la interfaz es excesivamente pequeña, inusable en el medio plazo. Por suerte introdujeron una pequeña funcionalidad que permite duplicar el tamaño del contenido, de forma que tanto el texto como las figuras, formularios, menús y todo lo demás se puede llegar a duplicar para tener una mejor presencia. Sigue sin ser el tamaño de un FullHD al que estamos más habituados, pero sí gana usabilidad y eficacia.
Otro de los problemas que hemos tenido es que, al menos con el monitor probado, hay veces que el equipo no inicia correctamente y 'se pierde' la configuración gráfica. Esto es debido principalmente a los controladores, en nuestro caso la versión utilizada de los AMD Catalyst (en nuestro caso la 14.9) y hace efecto en dos variables:
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Se pierde la resolución y en muchas ocasiones es necesario reiniciar completamente el equipo para volver a la nativa de 3840x2160 píxeles.
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Los juegos no pueden escalarse a otras resoluciones y sólo se pueden ejecutar en 4K. Esto es realmente importante para los títulos más exigentes en los que preferimos sacrificar algo de calidad (resolución) en favor de un mayor número de imágenes por segundo. La resolución del escritorio tampoco puede reducirse.
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Se pierde la configuración de la pantalla*
*Es importante mencionar este último apartado. El Dell UP2414Q que hemos estado utilizando está fabricado en base a dos paneles de 2160x1920 píxeles cada uno, colocados en vertical. De vez en cuando, sobre todo tras algunos reinicios requeridos tras ciertas actualizaciones de controladores o de software del sistema, uno de los paneles 'perdía la señal' y obligaba a realizar una instalación de fábrica de los drivers (un reset). Es posible que esta problemática no se de en otros monitores 4K consistentes en un único panel de tal resolución, o que AMD la solucione con alguna actualización futura de sus controladores.
Son problemas que tienen - generalmente - una rápida solución, pero que estropean la experiencia de usuario y dificultan el buen uso y disfrute de un monitor 4K.
Problemas... con los programas
El sistema operativo y los drivers tienen parte de culpa y causan quebraderos de cabeza, pero en nuestra experiencia nos hemos encontrado con que los problemas causados por el software, sobre todo videojuegos, son aún mayores.
Y es que buena parte de los juegos que hemos probado dan algunos de los siguientes inconvenientes a la hora de utilizarlos:
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Algunos no llegan a ejecutarse a resolución 4K (y ante la imposibilidad de reducir la resolución no podremos siquiera ejecutarlos) (Bioshock Infinite).
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Muchos no escalan bien el contenido, de forma que si por ejemplo son juegos con mucho texto es un auténtico suplicio jugar a ellos (Civilization V y Beyond Earth).
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El aumento de la resolución implica unos requisitos mayores, y como es de esperar descienden las imágenes por segundo generadas dando lugar a una experiencia que en algunos casos es injugable. Esto depende, lógicamente, del equipo y del título utilizado.
Algunos funcionan y se muestran bien, pero otros es un completo horror ejecutarlos y jugar a ellos durante largos períodos de tiempo. Es un grave problema para las desarrolladoras, pero afortunadamente es un problema que tiene una fácil solución: un parche que solvente la compatibilidad con nuevas resoluciones. Algunas como Blizzard en Diablo 3 lo introdujeron cuando probábamos el monitor 4K (al principio el juego ni siquiera se ejecutaba), mientras que otras aún tienen la tarea pendiente en su lista de tareas.
¿Merece la pena el 4K para jugar?
Los monitores 4K han bajado significativamente de precio, pasando de los mil y pico de los primeros modelos a los 400 o 500 euros que algunos cuestan actualmente. Pero... ¿es suficiente?
He de reconocer que hemos tenido muchos inconvenientes de forma casi continuada. El problema del software y las interfaces no adaptadas a UHD es muy grave, ya que molesta hasta tal punto que terminas dejándolo de lado, hastiado de no poder disfrutar de una experiencia normal. Jugar, por ejemplo, a Civilization V en 4K, con la cantidad de texto que hay que leer, termina siendo imposible a los pocos minutos de iniciar el juego.
Los monitores 4K como pieza de hardware también necesitan evolucionar. Hablamos de ello en ¿Merece la pena comprar un monitor 4K?, sentando varias líneas de mejora que aún subyacen en el problema: las interfaces o la calidad de los paneles tendrán que estar ya perfectamente implantadas cuando se trate de una tecnología de uso masivo, y me temo que aun faltan unos cuantos años para ello.
En Xataka | Lo que estás viendo en 4K no es 4K
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