La empresa de almacenamiento y backup en la nube Backblaze sabe de lo que habla cuando hace análisis de rendimiento y eficiencia de discos duros. Usan cientos de unidades en sus centros de datos, y desde hace años publican estudios en los que es posible ver qué marcas y capacidades se comportan mejor. Ahora han ofrecido un estudio igual de interesante: uno en el que compiten las unidades SSD y los discos duros tradicionales.
Fight! Las comparaciones son tan inevitables como odiosas, y aquí se trataba de enfrentar a unidades SSD contra discos duros convencionales para estudiar con cuánta frecuencia fallaban al año (Annualized Failure Rate, AFR) con el paso del tiempo.
Los SSD fallan menos. Era de esperar, pero estos datos confirman la afirmación ya conocida de que los SSD fallan menos. En sus pruebas las tasas de fallo por año eran algo superiores siempre en los discos duros (HDD, Hard Disk Drive), pero tras el cuarto año esa tasa crece de forma importante en esas unidades, mientras que en los SSD se mantiene más o menos estable.
Pero pocas muestras de SSD. La comparación es interesante, pero hay que tener en cuenta dos cosas. La primera, que la muestra de unidades SSD era limitada y por ejemplo no incluía modelos de Samsung y con pocos de WD y SanDisk.
Los HDD se usaban mucho más. La segunda, que el uso de estos sistemas es diferente en Backblaze: los SSD se usan para arranque y almacenamiento de registros de acceso o ficheros temporales. Los HDD se usan de forma más intensiva, así que sería importante poder comparar con mismas condiciones de uso, pero aún así ese crecimiento a partir del quinto año es revelador.
Aún así, todo cuadra. La propia estructura de estas unidades explica los resultados: los discos duros cuentan con partes mecánicas, más proclives al fallo y al desgaste. Las unidades SSD, que se componen de chips de memoria NAND Flash, no están expuestas a tantos vectores de fallo y tienen una fiabilidad fantástica, pero eso no las exime de posibles problemas.
Un estudio que solo acaba de empezar. Andy Klein, responsable del estudio y evangelista de BackBlaze, explicaba que los chips NAND de esas unidades SSD también pueden acabar degradándose y provocando fallos, así que será interesante ver cómo se actualizan esos datos en uno, dos o tres años. Hasta entonces, eso sí, la recomendación eterna persiste: backups, backups y más backups.
Imagen | Avast
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