Cuando uno piensa en Siberia o el Ártico en general, uno se imagina nieve y un frío que hiela los huesos. No es del todo así, en Siberia puede hace mucho calor, hasta 48 °C como se ha registrado recientemente. Si bien sólo se ha dado en un punto de al gigantesca área, el resto no se encuentra muchos grados por debajo. Una de las peores olas de calor que se recuerda en el lugar. Con las consecuencias que esto puede tener para el permafrost.
Los registros los hemos obtenido gracias a las imágenes satelitales de los satélites gemelos Sentinel-3A y Sentinel-3B. Ambos de la Unión Europea, son capaces de registrar los cambios térmicos en la superficie terrestre y marítima. Desde hace tiempo mapean y registran la temperatura en el área y a menudo publican mapas de calor para entender cuál es la evolución de las temperaturas.
Los 48 °C se han medido en Verkhojansk, un punto de Siberia oriental por encima del círculo polar ártico. En otros lugares de la región se han alcanzado temperaturas más bajas pero igualmente inusualmente altas para el lugar. Por ejemplo 43 °C en Govorovo o 37 °C en Saskylah.
Algo importante a tener en cuenta es que son temperaturas registradas de la superficie y no del aire. Esto es relevante ya que si bien la superficie puede alcanzar semejantes temperaturas, el aire es algo más frío al no tener un impacto tan fuerte de los rayos del Sol. En Verkhojansk por ejemplo, mientras que el suelo registraba 48 °C, en el aire había unos 30 °C.
El peligro de que se derrita el permafrost
Afecte o no al aire, estas temperaturas tan altas tienen un impacto directo en el calentamiento global. Semejantes cifras pueden provocan que el permafrost se deshiele. Esto de primeras puede provocar deslizamientos (y gigantescos agujeros) de tierra y derrumbamiento de los cimientos de los edificios si los hay en la zona.
El deshielo del permafrost también puede provocar la liberación de gases de efecto invernadero, algo mucho más grave que los deslizamientos de tierra. El permafrost contiene gases atrapados en su interior que al escapar en la atmósfera contribuyen directamente a que los rayos del Sol queden atrapados y en consecuencia aumenten aún más las temperaturas del planeta.
Justo hace un año estábamos en una situación similar. Siberia sufría una de sus grandes olas de calor con temperaturas de récord. El resultado fue también un deshielo histórico que duró hasta septiembre e incluso octubre.
Vía | Gizmodo
Más información | Copernicus
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