Este año se pondrán en el mercado unos diez millones de toneladas de café; es decir, se moverán unos 25.000 millones de dólares en uno de los productos más consumidos del mundo. Mientras escribo esto tengo frente a mí una enorme taza de café bien cargado y, por más que la miro, no parece una industria en crisis.
Pero lo es: la expresión "un gigante con pies de barro" parece hecha para la industria cafetalera. A medida en que crece y crece sin control, sus propias dinámicas internas la hacen más y más frágil social, económica y biológicamente hablando. No nos estamos quedando sin café, lo estamos empujando hacia un precipicio.
Una bebida amenazada

Casi el 100% de esos diez millones de toneladas de café vienen de dos variedades distintas: la Coffea arabica (un 60%) y la Coffea robusta (un 40%). Por lo que sabemos, hay otras 124 especies de café más, pero a efectos comerciales son despreciables o depende de estas dos (como la Coffea liberica que se consume en ciertas partes de África).
Ahora un grupo de investigadores del Real Jardín Botánico de Kew publicaron un estudio en el que concluían que el 60% de las especies de café están amenazadas. Y que al menos 13 de ellas es serio peligro de extinción.
No parece grave, claro. Si casi el 100% de todo el café viene de dos especies, la desaparición del resto parece poco relevante. Pero no es verdad. Como ya explicamos con otros cultivos, cuando hablamos de plantas con un gran valor comercial, social y cultural nos interesa tener el acervo genético más diverso que podamos.
Sin esa diversidad, los cultivos se vuelven especialmente sensibles ante cualquier epidemia que pueda surgir en el futuro. Eso pasa con la reina del café, con la variedad arábica: está tan genéticamente aislada que un poco de mala suerte puede ponerla en serios apuros.
Un planta sensible

Y es que el café es una planta especialmente problemática. Salvo ese puñado de variedades comerciales que están extendidas por todas las zonas tropicales del planeta, las variedades silvestres se encuentran en lugares chiquititos. Y no las saques de ahí, porque están muy adaptadas al nicho ecológico donde surgieron.
Es, en definitiva, una planta poco flexible cuyas semillas, a diferencia de otros cultivos, no aguantan bien la desecación o la congelación. Si perdemos diversidad, comprometemos su futuro, el problema es que no es sencillo asegurar esa diversidad.
Primero, porque las regiones tropicales del planeta siguen siendo grandes focos de inestabilidad política y militar. Las guerras civiles, los conflictos armados y la violencia endémica han muy complejo no ya proteger ecosistemas cafetaleros únicos, sino siquiera estudiarlos.
Y segundo, porque la industria cafetalera es un monstruo sediento de café que siempre quiere más, más rápido y más barato. Eso no facilita el cultivo de variedades distintas. Es más, eso propicia la homogeneización, el monocultivo y la reducción de la diversidad.
Una industria rota

La presión industrial es tan fuerte que muchas zonas cafetaleras están atravesando serios problemas. Mientras el número de salvadoreños y hondureños detenidos en la frontera sur de EEUU ha permanecido estable durante los últimos años, el número de guatemaltecos ha crecido muchísimo: un 87% desde 2016.
Y aunque es absurdo pretender que los movimientos migratorios tienen una única causa, lo cierto es que uno de los factores es el café. “El precio internacional de café no ha estado tan bajo desde hace una década”, explicaba a Quartz Dean Cycon, abogado ambientalista y experto internacional en café. “Como consecuencia de eso, miles de familias están abandonando sus tierras o sus trabajos en el café y están viajando al norte”.
En una industria como la cafetalera y según los datos de Catholic Relief Services el 70% de los costes están vinculados al trabajo. Eso ha hecho que la reducción progresiva del precio (de 3,30 dólares la libra en 1977 a 99 céntimos en 2018) acabe repercutiendo en los jornaleros y campesinos. La tasa de malnutrición en Huehuetenango (uno de los departamentos cafeteros de Guatemala) es del 70%.
La quiebra del sistema por el lado de los productores es producto de las mismas dinámicas que favorecen el monocultivo y la falta de diversidad: la búsqueda de un café tirado de precio, estandarizado y fácil de manejar. Agua sucia, amarga y barata. Justamente lo que estoy bebiendo y me temo que ese es el problema.
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30 comentarios
lucas198
Acá en Colombia se está dando una moda que beneficia a toda la industria, y es el café de origen, osea que te venden medio kg de café que viene específicamente de una finca cafetera donde hay un clima y una altura específicos, a un precio mas alto y con un aroma y sabor mucho mejores que cualquier café starbucks o lo que quieras, esto no lo consigues en Europa (yo viví 1 año en España y probé los cafés de Italia y Francia). es algo así como las craft beer del café, y es mucho mas beneficioso pues al ser de un mayor valor percibido, el cafetero se esmera en este y le saca mas rentabilidad. Si como dicen en el artículo el café está condenado, los invito a que vengan y conozcan la cultura cafetera antes que desaparezca, especialmente en Antioquia.
Usuario desactivado
Yo soy más de RedBull.
ivanovik007
En una localidad cafetalera (Ixhuatlán del café), la mayor parte de las familias ya no pueden vivir exclusivamente del café y muchos cambian sus cultivos por cultivos de plátano.
Quienes compran el café están regulados por el gobierno y solo ponen a varios compradores para dar la impresión de competencia.
Cuando hay escasez de café no es por las condiciones climáticas ni las plagas sino porque el precio es tan reducido que ya nadie quiere vender café.
Ojalá haya una escasez tan grave que empuje a los grandes consumidores de café (como Nestlé) a pagar bien a los que lo siembran.
georgeelcurioso
Como todo lo que es tocado por los ricos ambiciosos se pervierte y se destruye
marcomazariegos
Soy de Guatemala, y mi abuelo tapizcaba (así se le dice acá a cosechar café) hace mucho. Mi mamá me cuenta que cuando era niña, iban a las fincas cafetaleras para recoger y venderlo. Pero desde ese entonces hacer eso era poco rentable. El café se vende muy barato como materia prima, y muy caro como producto final. Y para ser sincero, la industria del café es de las que tiene bien marcadas diferencias sociales en mi país. Quién quita que el hecho de que el café escasee ayude a nuestra ya resentida economía.
criscool
Como en casi todos los productos comerciales, la materia prima es excesivamente barata en detrimento de los pobres trabajadores que se sacan el aire sembrando, cuidando y cosechando el producto y a favor de las grandes empresas monopólicas que cobran lo que les da la gana y cada vez más caro, esa desigualdad de repartición de los ingresos es una de las causantes del aumento de la pobreza, también está en nosotros los consumidores en empezar x el cambio y tratar en lo posible de comprar a los verdaderos productores.
federicoasoreyrivas
Deberíamos intentar potenciar los cultivos a la Sombra, mucho más resistentes a las plagas, que además evitan talar enormes cantidades de selva, y que protegen la diversidad de flora y fauna.
Lo que sí deberíamos limitar es el cultivo al sol, talando selva para obtener un café de peor calidad que el anterior.
Os dejo un enlace Café a la Sombra, qué es y cuáles son sus ventajas. en el que explica bastante mejor que yo las ventajas del sistema.
Drasius
Bueno es una droga bien vista como el cacao o alcohol, ya sabéis llevan alcaloides, con sólo dejar de tomar estas sustancias un par de días veréis los típicos efectos de nerviosismo, tembleque, irritabilidad, ansiedad, dolor de cabeza...Vamos yo no se las daría a mis hijos si los tuviese. Nadie se da cuenta que la gente se hace más tonta con la edad?. Sólo hay que ver como algo tan básico como el uso correcto del intermitente en carretera la mayoría de la gente no sabe usarlo, es decir, no entiende su propósito. Y otros simplemente pasan de ponerlo.
rodros
Y si encima se bebe el aguachirri que sirven en los bares, con leche o cortados y encima torrefacto! 😖 No hay cultura del "saber beber el café" como en Italia que se respeta la bebida hasta en lo más mínimo.