Estos últimos años han entrado en vigor nuevas leyes que definen los derechos de los animales, pero esa preocupación va más allá de los animales domésticos: también engloba a los animales de granja. La mayoría de los europeos creen que el bienestar de estos animales debe protegerse mejor de lo que se protege en la actualidad, y el Gobierno de Castilla-La Mancha acaba de dar un paso en esa dirección:
Ayudas para eliminar las jaulas en las granjas productoras de huevos.
Gallinas felices. En un comunicado, el Gobierno de la región anuncia que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural ha resuelto las solicitudes de ayudas para la extensificación avícola de ocho explotaciones en las provincias de Cuenca, Guadalajara y Toledo. Suman 4,6 millones de euros, que se suman a los 11,3 millones resueltos en la convocatoria de 2023.
En total, entre 2023 y 2024, son 15,9 millones de euros en ayudas para 25 explotaciones de la región. El objetivo es que los propietarios puedan realizar los cambios pertinentes para pasar de la crianza en jaula a modelos más extensivos, como la cría en suelo, gallinas camperas o ecológicas.
Demanda social. La administración ha comentado que estas ayudas para eliminar jaulas en las granjas responde a una demanda social. Julián Martínez Lizán es el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural y ha declarado que esas ayudas están destinadas "a eliminar progresivamente el uso del sistema de jaulas para garantizar mayor bienestar animal en este tipo de explotaciones".
Granjas del terror. El motivo es que la explotación en jaula esconde unas condiciones más sádicas de lo que pueda parecer. Son jaulas excesivamente pequeñas, donde las gallinas comen piensos compuestos y con explotaciones en las que los animales no sólo no ven la luz solar, sino que tienen el pico cercenado. Aquí la clave es la eficiencia, el número de huevos que se ponen y la cantidad de gallinas que se pueden criar, no el bienestar de las mismas.
Se estima que unas 180 millones de gallinas en la Unión Europea viven en estas condiciones, una situación que la Comisión Europea se ha propuesto erradicar para mejorar gradualmente la situación de los animales. Y la de las gallinas en ciertas explotaciones no es la única historia de terror en la granja que se vive dentro y fuera de nuestras fronteras.
2.300 millones de euros. Castilla-La Mancha no es la única comunidad que se ha puesto las pilas con la eliminación de las jaulas y ya hay quien se ha atrevido a calcular el impacto económico de la propuesta de la Comisión Europea. La Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos afirmó hace unos meses que los productores españoles tendrán que realizar una inversión de más de 2.300 millones de euros para adaptarse.
Huevos más caros. Europa dio un plazo de 10 años para adaptar las producciones, pero la organización afirma que es insuficiente y que, como mínimo, la industria necesitará unos 15 años.
Además, piden ayudas para los productores que deseen cambiar de actividad, ya que consideran que el coste de producir una docena de huevos en el sistema de gallinas sueltas será un 17,3% más alto que el actual modelo de algunas granjas de producción en jaula. En el caso de las camperas, el aumento será casi del 31%.
Bienestar animal. Al final, hay varios temas que responden a esa creciente sensibilidad social por los derechos de los animales. Tenemos dietas como la flexitariana como ejemplo, también el aumento en número de personas veganas en todo el mundo y cambio de hábitos en la elección de una mascota. Por ejemplo, optar menos por pájaros o seguir adquiriendo aves, pero con jaulas más grandes para que tengan más espacio.
Son datos que quedaron reflejados hace un año en el Eurobarómetro, donde se podía ver que más del 90% de los europeos consideraban que las prácticas ganaderas debían cumplir unos requisitos éticos básicos. En la encuesta, en la que participaron 26.376 personas de los 27 Estados miembros, el 84% consideraban que se debía proteger mejor el bienestar de los animales de granja, y un 83% opinaba que había que limitar el tiempo de transporte de los mismos.
Al final, cambiar jaulas por suelo es un cambio positivo no sólo para las gallinas, sino para la calidad de los huevos que consumimos, sobre todo si entre los cambios de las propias gallinas está el de la alimentación.
Imagen | Maqi
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