Los frentes fríos se suceden en México. A la vez que el vigésimo sexto frente de la temporada se alejaba del sudeste del país el número 27 se adentraba por el noroeste. La combinación de masas de aire frío en superficie con aire más templado a altitudes medias trajo la amenaza fenómeno no muy frecuente: la lluvia “engelante”.
Lluvia “engelante”. La llamada lluvia helada, gélida o engelante es un fenómeno atmosférico que se causa cuando las precipitaciones cambian alternamente entre zonas de aire frío y caliente antes de su llegada a una superficie fría. Con sus diversos nombres, la “lluvia engelante” no debe confundirse con el aguanieve, si bien ambos tipos de precipitación guardan ciertas similitudes.
La lluvia gélida se forma en la atmósfera como nieve, y es de esa manera que empieza su recorrido, en un estado helado. Sin embargo, al caer, atraviesa capas más cálidas de la atmósfera, lo que hace que cambie de estado, es decir, los copos de nieve se convierten en gotas de agua. Aquí es donde se diferencia del aguanieve, fenómeno que se produce cuando este estrato no es tan cálido como para derretir por completo el copo.
Esta forma de precipitación llega a la superficie con forma de lluvia, con la peculiaridad de que la temperatura en este punto vuelve a descender por debajo del punto de congelación. A este estado se lo denomina estado de subfusión: el agua está por debajo de 0º C pero sigue estando líquida al aterrizar.
Mayor riesgo. Cuando esta lluvia entra en contacto con alguna superficie, la gota de agua se congela casi al instante. Esto implica que allá donde cae esta lluvia, en lugar de crearse una capa de nieve o cúmulos de granizo lo que se crea es una capa de hielo macizo y transparente.
Esto implica que la superficie se vuelve resbaladiza nada más llegan las lluvias, con el consiguiente teo y de sufrir caídas. Por si esto fuera poco, la masa de agua helada que se acumula en estas circunstancias es mayor que en otros tipos de precipitaciones, lo que puede llegar a implicar riesgos estructurales en edificios y otros elementos (como tendidos eléctricos) donde se acumule.
Agua sobreenfriada. La idea del agua líquida en condiciones por debajo de su punto de congelación puede resultar contraintuitiva. Pero lo cierto es que el cambio de fase del líquido no es tan sencillo. Para que las moléculas de agua se amalgamen y el líquido se solidifique hace falta una suerte de “chispa” que desencadene la reacción.
En el agua de grifo o en un río, pequeñas partículas de tierra o minerales son los que desencadenan la reacción. Pero en el agua pura la historia es distinta y la reacción no es tan sencilla. Podemos experimentar esto nosotros mismos con agua destilada. Si conseguimos mantenerla a una temperatura justo por debajo del punto de congelación podremos solidificarla tan solo con ponerla en un vaso o dando un golpe repentino al recipiente donde la tengamos.
Unas lluvias no tan frecuentes. Por fortuna el riesgo de padecer este tipo de lluvias durante el presente temporal fue muy limitado a zonas del norte del país. Durante los próximos días será en el sur y sudeste donde se den las mayores precipitaciones, aunque no estarán bajo el influjo de la masa de aire frío que se mantiene sobre el centro y este del país.
El frente frío 27 asociado a esta masa de aire se mantendrá aún varios días en el entorno de la península del Yucatán, y además de lluvias podría dejar tras de sí granizo y descargas eléctricas. El sábado podría repetirse la historia, con un nuevo frente frío acercándose por el norte del estado de Chihuahua.
Imagen | SMN, Conagua
Ver 5 comentarios