Primero Rioja y ahora Ribera: las grandes denominaciones de origen del vino español paralizan los nuevos viñedos

España está dejando de beber vino, así que las grandes instituciones de la industria se aprietan el cinturón

Viniedo
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El consumo de vino en España lleva años decayendo. Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en 2023 se consumieron algo más de 322,62 millones de litros, un 4,5% menos que en 2022 y un 9,1% menos que en 2019. Ante tal situación, el sector está tomando medidas extremas.

Ni un viñedo más. Medidas como la prohibición de sumar nuevos viñedos a las principales Denominaciones de Origen (DO) del país. Primero fue la DO Rioja y ahora, según adelanta el medio eleconomista.es, la DO Ribera del Duero se prepara para seguir el mismo curso.

Según explica el medio, la decisión fue tomada por la asamblea de la Asociación de Bodegas de Ribera del Duero (Asebor). Esta, al tener una mayoría en el consejo Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, podrá llevar al organismo a vetar la ampliación de la DO a nuevos viñedos.

La medida entraría en vigor en 2026.

Siguiendo el ejemplo. La decisión implica seguir el ejemplo de otras regiones como Rioja o Burdeos de limitar las ampliaciones de los viñedos. La DO encargada de regular los vinos Rioja anunció el año pasado un periodo de prohibición de tres años (de 2024 a 2026) en los que limitaba el crecimiento de la superficie de viñedos productores de este vino.

División en el sector. La decisión se produce tras varias semanas de debate en el seno de las asociaciones agrarias que agrupan a las bodegas de la región castellana. A comienzos del mes de noviembre, la prensa local se hacía eco de este debate, si bien señalaban entonces, que era desde la propia Asebor desde donde se señalaba que el cierre perjudicaría a los pequeños agricultores, así como a la marca misma.

El argumento a favor de la medida esgrimido por muchos estaba en la necesidad de adaptarse a la nueva situación, con una demanda decreciente pese al ligero repunte que los vinos Ribera de Duero tuvieron durante el año pasado y que contrastaba con la tendencia general en el consumo de esta bebida alcohólica.

Diversas asociaciones agrarias, como Asaja, la Asociación de Viticultores, Coag, UCCL, UPA o la Unión Regional de Cooperativas Agrarias de Castilla y León (Urcacyl) suscribían la petición de esta moratoria al crecimiento de las explotaciones durante al menos un año.

¿Decrecimiento? Más allá de las moratorias, hay quienes incluso hablan de decrecimiento. Hace unos meses, por ejemplo, el enólogo Juan Carlos Sancha defendía este decrecimiento: "hay que arrancar viñas porque es la manera de dignificar los precios de la uva y el vino en Rioja", defendía.

El mercado del vino está cambiando en muchos aspectos, más allá de la cantidad neta de vino que consumamos. Uno de los cambios a los que se enfrentan los productores es la internacionalización: cada vez tenemos un surtido mayor de vinos en supermercados y locales de hostelería, a la vez que vinos como el Ribera del Duero también han ido ganando peso en los mercados internacionales.

Tampoco bebemos vino de la misma forma. Según señala el informe del MAPA, aunque la cantidad de vino haya caído en el último lustro, el valor de este se ha ido incrementando (un 1% respecto al año 2022 y un 1,4% respecto a niveles pre-pandémicos). El gasto per capita de los españoles, eso sí, no ha variado mucho en el periodo.

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Imagen | Jill Wellington

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