Dicen que la noche se hace más oscura justo antes de amanecer y tenemos a todo el sector europeo del aceite deseando que sea así porque los datos que llegan desde Italia son de todo menos positivos.
Y, cuando hablamos del aceite de oliva, Italia es una pieza clave del mercado global.
¿Qué pasa en Italia? Que el Ministerio de Agricultura acaba de publicar el informe de existencias de aceite en el país transalpino. Según sus datos, a fecha del 30 de abril había unas reservas de 198.560 toneladas. Es decir, un 8% menos de las que había a inicios de mes.
Si lo comparamos con los datos del año pasado (y las 250.000 toneladas que tenían en aquel momento), la imagen es preocupante: un 23,8% menos que en 2023. Pero si hacemos cuentas, vemos rápidamente que "los operadores italianos no van a poder dar salida mes a mes más de 37.000 toneladas, sino quieren llegar a octubre con las bodegas vacías".
¿Por qué es un problema? Porque, en condiciones normales, Italia necesita mucho más aceite que ese y esa "necesidad" la vemos a notar en todo el mediterráneo.
Las reservas de aceite son un "seguro" frente a la volatilidad del mercado. El enlace, que es como se llama a estas reservas, permite conectar el suministro de aceite entre una campaña y la siguiente sin que el precio se desestabilice.
El mero hecho de que Italia pueda quedar sin aceite va a tensionar el mercado y si finalmente las reservas bajan mucho, los precios van a subir irremediablemente.
¿No estaremos exagerando? No lo parece. Sobre todo si nos fijamos en otro dato clave: las exportaciones. Entre enero y marzo de 2024, el aceite de oliva andaluz ha logrado su mejor registro exportador de la historia. En volumen, Andalucía envió fuera de España un 8% más de aceite que el año anterior.
Y el destino prioritario es Italia, claro. También Estados Unidos y, en menor medida, Portugal; pero las buenas cosechas en California y la relativa falta de aceite en Italia han decantado la balanza hacia el país tricolor. Esto, que es una buena noticia para el sector andaluz (a nivel de facturación, las exportaciones han supuesto un incremento del 71% con respecto al año pasado), es una noticia preocupante para los consumidores.
¿Qué puede pasar? Como decíamos hace unos días, el sector está en una situación muy inestable y eso hace que todos los escenarios sean volátiles: parece claro que los precios tienen que bajar, pero nadie tiene incentivos para dar el primer paso.
Por suerte, la climatología parece que sigue acompañándonos y todo el mundo espera que la próxima campaña ayude a calmar las aguas, pero cada vez es más complica hacer predicciones. Y eso no es algo específico del aceite.
Imagen | Caspar Diederik
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