Sam Altman está regalando dinero a miles de personas. Muchas ya están pensando en abrir su propio negocio

El mayor estudio hasta la fecha de Renta Básica Universal mostró hace poco sus resultados. Hoy sabemos un poco más

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De un tiempo a esta parte hemos escuchado más que nunca ideas o propuestas e iniciativas de algún tipo de renta básica universal. De hecho, se están llevando a cabo varias pruebas y estudios en diferentes puntos del planeta. Una de las últimas y más publicitadas tenían como actor principal al CEO de OpenAI. Sam Altman ha estado financiando el mayor estudio de este tipo, y ahora sabemos en qué querían gastar ese dinero los participantes.

La paga de Silicon Valley. Altman ha explicado en muchas ocasiones que le preocupa el impacto que puede tener la IA sobre la economía y la sociedad. De ahí que la renta básica esté encima de la mesa, una iniciativa que ni mucho menos es nueva, pero que como decíamos, está ganado fuerza desde hace un tiempo.

3.000 participantes. Así se puso en marcha el estudio realizado por OpenResearch y financiado por Altman. Se buscó a 3.000 participantes de Texas e Illinois con ingresos inferiores a 28.000 dólares. A un tercio se le entregó 1.000 dólares mensuales sin condiciones durante tres años, y al resto del grupo de control 50 dólares al mes. En total, 45 millones de dólares (15 del bolsillo de Altman).

Resultados. La semana pasada supimos que los datos del experimento mostraban que aquellos que recibieron los pagos de 1.000 dólares, incrementaron su gasto mensual en un promedio de 310 dólares al mes, y utilizaron el incremento para comprar alimentos, pagar el alquiler o el transporte. Además, las personas de este grupo ofrecieron un mayor apoyo a otras personas necesitadas que el resto de participantes en el estudio.

No solo eso. El estudio también mostró ligeras mejoras en la salud mental de los participantes que recibieron los 1.000 dólares, “apreciamos reducciones significativas en el estrés, la angustia mental y la inseguridad alimentaria durante el primer año, pero esos efectos se desvanecen en el segundo y tercer año del programa. El dinero en efectivo por sí solo no puede abordar desafíos como las condiciones de salud crónicas, la falta de cuidado infantil o el alto costo de la vivienda", explicaba el proyecto.

Inversión. Sin embargo, hoy sabemos un poco más del destino de esa “paga” extra de 1.000 dólares de los participantes. Básicamente y según la directora de OpenResearch, Elizabeth Rhodes, uno de los resultados más interesantes fue el aumento del interés por iniciar y poner en marcha un negocio.

Rhodes ha explicado que la mayoría de los participantes destinaron sus cantidades mensuales al alquiler, el transporte y la comida. Sin embargo, con el tiempo, ese dinero también contribuyó a un cambio en su mentalidad. "Una de las cosas que me pareció interesante fue el creciente interés por el emprendimiento y por tener ideas para negocios. Y, en muchos sentidos, siento que le dio a la gente un poco de espacio para sentarse y pensar en lo que harían si tuvieran más oportunidades".

El sentido de ese “extra”. Según la directora del proyecto, su experimento se acerca más a una “ayuda” que a una renta básica como tal. "Técnicamente, no se trata de una RBU, porque si lo fuera no habría ningún requisito de ingresos ni de edad. Todas las personas de una comunidad la recibirían. Y, obviamente, es algo muy difícil de poner a prueba. Estamos probando más dinero en efectivo incondicional".

Sobreviviendo. Según ha contado al New York Times, la realidad es que muchos estadounidenses de bajos ingresos viven con lo básico con su sueldo. No solo eso, para Rhodes, la mayoría acepta trabajos ocasionales o hacen turnos nocturnos para ganar un extra. "Creo que ahora hay muchas personas que simplemente están sobreviviendo y tal vez el trabajo no les proporciona ese sentido y no tienen esas opciones", zanja la directora.

Otras rentas básicas. Hay muchas y muy variadas y, de hecho, se han llevado a cabo un gran número de estudios durante años. Si nos centramos en los más recientes, la organización filantrópica GiveDirectly lleva 12 años desarrollando un proyecto similar al de Altman en Kenia. Y desde la década de los 80, Alaska reparte entre sus ciudadanos los pagos anuales por los derechos de explotación de sus reservas de petróleo y gas.

Imagen | TechCrunch

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