La Administración estadounidense no parece tener ya mucho margen de maniobra para frenar el desarrollo de la tecnología de semiconductores de China. El paquete de sanciones que entró en vigor el pasado 16 de noviembre impide a NVIDIA, AMD y otras compañías entregar sus chips más avanzados a sus clientes chinos. Además, estas prohibiciones también niegan a ASML y otros fabricantes de equipos de litografía la posibilidad de vender en China sus máquinas más avanzadas.
Sin embargo, el Gobierno de EEUU todavía tiene la posibilidad de ejercer más presión sobre China en un área crítica que en el futuro adquirirá si cabe aún más importancia: el entrenamiento de los modelos avanzados de inteligencia artificial. Amazon, Microsoft o Google son algunas de las empresas estadounidenses que ofrecen su infraestructura de procesamiento en la nube a terceros, lo que las ha colocado en el punto de mira de la Administración estadounidense.
EEUU no quiere dar a China la más mínima tregua
Gina Raimondo, la Secretaria de Comercio de la Administración estadounidense, parece tener muy claro cuál es el siguiente frente que debe atajar el Departamento de Comercio de EEUU en su pulso con el Gobierno chino. Esta institución es la responsable de velar por el cumplimiento de las sanciones de índole comercial aprobadas por el Gobierno estadounidense, y su principal herramienta para lograrlo consiste en controlar escrupulosamente las licencias de exportación.
"No podemos permitir que China u otros actores contrarios a nuestros intereses tengan acceso a nuestras infraestructuras en la nube para entrenar sus modelos de inteligencia artificial"
"No podemos permitir que China u otros actores contrarios a nuestros intereses tengan acceso a nuestras infraestructuras en la nube para entrenar sus modelos de inteligencia artificial". Esta declaración de Raimondo pone encima de la mesa un frente que todavía no se había visto involucrado de forma directa en la tensión que sostienen los Gobiernos de EEUU y China. Por el momento es solo una declaración de intenciones, pero es muy probable que su propuesta salga adelante con agilidad.
Y, de ser así, Amazon, Microsoft, Google y otras compañías estadounidenses que ofrecen a sus clientes sus servicios de procesamiento en la nube verán cómo su negocio en China se resiente perceptiblemente. No obstante, las declaraciones de Gina Raimondo dejan un cabo suelto que merece la pena que no pasemos por alto: qué sucederá con las compañías que operan desde Europa u otras regiones del planeta y que también ofrecen estos servicios a sus clientes chinos.
El Gobierno de EEUU tiene una herramienta a su alcance para conseguir que cualquier compañía, sea o no de EEUU, que ofrezca servicios en la nube cercene su relación comercial con sus clientes chinos: la utilización de tecnologías estadounidenses. Si su infraestructura requiere el empleo de circuitos integrados u otros elementos de hardware o software de procedencia estadounidense las compañías de servicios en la nube presumiblemente tendrán que acatar las sanciones de la Administración de EEUU. Esto es, precisamente, lo que compromete la relación de ASML, Tokyo Electron o Canon con sus clientes en China.
Imagen de portada: Christina Morillo
Más información: SCMP | Tom's Hardware
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