La generación Z tiene su propia etiqueta para la impuntualidad: llegar 10 minutos tarde al trabajo no es llegar tarde

  • Una encuesta revela que el 46% de los empleados de la Generación Z cree que llegar 10 minutos tarde al trabajo no se considera retraso

  • El 79% de sus jefes opina justo lo contrario: "Si llegas después de la hora acordada, entonces llegas tarde"

Empleados de la generación Z
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La Generación Z está marcando grandes diferencias en el ámbito de la cultura laboral con respecto a los millennials pero, sobre todo, con respecto a la visión del mundo laboral de los baby boomers.

La preferencia por la flexibilidad horaria o el equilibrio entre vida personal y laboral de la generación Z es totalmente diferente a la de generaciones anteriores con las que tienen que convivir en el trabajo. Contra todo pronóstico, parece que la puntualidad en la entrada al trabajo ha dejado de ser una prioridad para la generación Z, algo que no gusta demasiado entre los jefes.

El tiempo es relativo para los Gen Z. Una encuesta realizada por la empresa de servicios en línea Meeting Canary preguntando a 1016 adultos británicos de distintas edades, mostraba que un 46% de los empleados de la generación Z (de entre 16 y 26 años) afirmaban que llegar entre cinco y diez minutos tarde al trabajo es equivalente a llegar a la hora correcta.

"La Generación Z es más propensa que otras generaciones a valorar y priorizar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal y la salud mental por encima del estrés en el lugar de trabajo, y eso incluye apresurarse para llegar a tiempo a una reunión", declaraba Laura van Beers, fundadora de Meeting Canary a Fortune.

Los baby boomers no están de acuerdo. Con una opinión totalmente opuesta, los jefes de estos empleados, normalmente miembros de la generación de los baby boomers, no coincide con esta consideración y tiene tolerancia cero con los retrasos. El 79% de los encuestados afirma que "si llegas después de la hora acordada, entonces llegas tarde", indican los autores del informe.

La cuota de intolerancia con los retrasos va aumentando a medida que asciende la media de edad, siendo del 64% para la generación X y del 60% para los millennials. Esto resulta todo un problema para la generación Z ya que habitualmente sus jefes son boomerso de la generación X.

La cortesía que se convirtió en hábito. Esta “flexibilidad” en la hora de entrada puede tener su origen en los cinco o diez minutos de cortesía que habitualmente se otorgaban durante las reuniones remotas en pandemia. Los genzers se fueron incorporando al mercado laboral en esos años, por lo que ese tiempo de cortesía podría haberse adoptado como hábito en sus comportamientos laborales al incorporarse a las oficinas.

Esta laxitud en la etiqueta horaria choca frontalmente con los hábitos y la educación tradicional de sus jefes. "Mientras que trabajar desde casa ha difuminado las líneas de lo que es una buena etiqueta en las reuniones para las generaciones más jóvenes, los trabajadores de oficina mayores siguen teniendo una visión más establecida y tradicional", señala Van Beers.

No es un caso aislado. El hecho de que la encuesta se llevara a cabo entre empleados de Reino Unido puede dar pie a pensar que existe algún tipo de sesgo cultural que define el comportamiento de los jóvenes británicos.

Sin embargo, Christina Qi, reclutadora del prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology), publicaba en un mensaje en su perfil de X (que más tarde eliminó, pero dejó constancia de ello Fortune), que todos los candidatos de la generación Z con los que se entrevistaba por Zoom llegaban tarde a sus citas. “Soy entrevistador del MIT. Todos y cada uno de los solicitantes llegaron tarde a su entrevista de Zoom”, lamentaba Qi en su mensaje.

Aprender los hábitos y costumbres. Nick South, director general de Boston Consulting Group, aseguraba en Bloomberg que todos los jóvenes que se incorporan al mercado laboral, independientemente de la generación a la que pertenezcan, experimentan una curva de aprendizaje con los hábitos y buenas costumbres laborales. Entre ellas, la de la puntualidad.

“Cuando todos entramos en la fuerza laboral, nos llevó bastante tiempo aprender, perdimos el tiempo siendo ineficaces. A medida que avanzas, aprendes cuándo concentrarte y dónde puedes tomar un atajo”. asegura el consultor.

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Imagen | Pexels (Tima Miroshnichenko)

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