El desembarco de Musk en las oficinas de Twitter, con un lavabo en brazos y a golpe de tuits como “el pájaro se libera” o “la comedia ya es legal en Twitter”, agitó algunas de las incógnitas sobre cómo llevará las riendas de la red social, dudas que están sobre la mesa desde que en primavera se mostró dispuesto a comprarla por más de 40.000 millones de dólares. De todas hay dos especialmente importantes: cómo afectará a los contenidos y cómo a la empresa.
El viernes el propio Musk arrojó algo de luz sobre la primera cuestión al anunciar un “consejo de moderación de contenidos” con un perfil plural. No ha aportado demasiada información sobre cómo será, qué papel ostentará y qué calendario maneja para activarlo, pero sí ha asegurado que quiere escucharlo antes de tomar decisiones de calado editorial, incluido el restablecimiento de cuentas.
Ahora se precipitan las informaciones que apuntan a la segunda gran incógnita: cómo afectará su llegada a la estructura de Twitter y, más concretamente, a su plantilla. La semana pasada se filtró que el empresario se planteaba prescindir del 75% del plantel de la compañía una vez tomase el control, porcentaje que poco después el propio Musk se habría encargado de desmentir.
Despejando incógnitas
Quedaba sin embargo la incógnita de cuál será el alcance real de los planes de Musk. La plantilla de la compañía ronda los 7.500 empleados y, según Reuters, la anterior gerencia ya había planeado reducir los gastos en nóminas en 800 millones de dólares para finales del próximo ejercicio, un “tijeretazo” que equivaldría a la salida de casi la cuarta parte de la fuerza laboral.
En mayo —tras una presentación ante inversores— se llegó a filtrar el objetivo que al menos por entonces manejaba Musk para la compañía. En lo que se refería a la plantilla se apuntaba a alcanzar los 11.072 empleados para 2025, si bien con fluctuaciones durante el proceso. Ya entonces se señalaba la posibilidad de que el magnate prescindiese de trabajadores tras la compra.
Ahora algunos de los principales medios estadounidenses apuntan a que Musk ya habría puesto en marcha la maquinaria para redimensionar la plantilla. Y de forma inminente, además. The New York Times (TNYT), Bloomberg y The Washington Post (TWP) aseguran que se ha pedido a gerentes de la compañía que elaboren listas con empleados de sus equipos que podrían ser despedidos.
Según el TWP el recorte podría aproximarse al 50% y la primera área afectada sería la que se encarga de supervisar la moderación de los contenidos. Entre los gerentes a los que se les ha pedido una lista para posibles despidos figurarían los de las secciones de seguridad y privacidad.
En lo que concuerdan los tres medios es en señalar que Musk podría mover ficha en breve, durante los próximos días. Uno de los hándicaps que lo precipitaría es que el 1 de noviembre los trabajadores de la empresa reciben una remuneración de acciones que forma parte de su compensación. De ahí, asegura TNYT, que se empezase a plantear despidos ya el propio sábado.
En el nivel en la que sí se ha notado ya la llegada de Musk es el de la esfera ejecutiva. El magnate ha despedido al director ejecutivo, Parag Agrawal, y director financiero de la compañía, entre otros directivos. La operación podría conllevar el pago de compensaciones millonarias, si bien —apunta TNYT— Musk habría alegado una causa justificada, lo que podría complicarlo.
El empresario ya habría asignado además proyectos a los ingenieros de Twitter y algunos habrían recibido una notificación para mostrar los códigos en los que han estado trabajando.
TWP asegura incluso que el viernes los ingenieros de Tesla estuvieron evaluando material. El propio Musk ha llegado a mostrar su apuesta por el área técnica de la compañía: “La ingeniería de software, las operaciones y el diseño del servidor dominarán”, tuiteó hace solo unas semanas.
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