"Me sorprendería si no aterrizamos en Marte en cinco años". La frase es de Elon Musk y forma parte de una extensa entrevista que concedió a finales de 2021 a la revista Time y en la que, entre otras cuestiones, habla de los ambiciosos planes de SpaceX. Desde entonces la compañía ha logrado avances importantes, incluido un lanzamiento de su flamante nave Starship al que podría seguir una segunda prueba en cuestión de días. Tras esa hoja de ruta, grandes anuncios y aún más grandes y rotundos titulares habría sin embargo una crónica mucho menos brillante.
Sus protagonistas: los miles de empleados de la empresa. La agencia Reuters acaba de publicar un informe pormenorizado que se centra en la siniestralidad laboral de la compañía y el "otro coste" de la carrea marciana de Musk.
Al menos 600 lesiones. El dato lo aporta Reuters en un artículo de investigación sobre accidentes laborales en SpaceX firmado por Marisa Taylor. Tras consultar registros gubernamentales y realizar varias entrevistas, la agencia asegura haber documentado "al menos 600 lesiones" sufridas por trabajadores de SpaceX desde 2014. Casos, abunda, que no se habían publicado hasta ahora.
La cifra representa "solo una parte del recuento total de casos", según precisa Reuters. El dato es interesante tanto por su volumen por lo que oculta: tras ese cómputo habría accidentes que, en algunos casos, acabaron en amputaciones, electrocuciones, heridas en cabeza y ojos e incluso un fallecido en 2014.
Lo que cuentan los números. La investigación de la agencia británica no se limita a aportar el cómputo global de accidentes. Gracias a la lectura de demandas de trabajadores, informes médicos, reclamaciones e incluso registros internos de SpaceX entregados a los inspectores de seguridad, entre otras fuentes, la agencia ha ido más allá y concreta cómo fueron parte de esos siniestros laborales.
¿El resultado? Sus registros muestras que más de un centenar de trabajadores sufrieron cortes o laceraciones, 29 acabaron con fracturas o dislocaciones, 17 con manos o dedos "aplastados", 9 con traumatismos craneoencefálicos —incluida una fractura de cráneo y cuatro conmociones— y se contabilizaron cinco quemaduras y otras tantas electrocuciones. El relato suma y sigue, con sucesos igual de graves.
La agencia habla de ocho accidentes que derivaron en amputaciones, una docena de lesiones que afectaron a partes del cuerpo sin especificar y siete empleados que acabaron padeciendo heridas oculares. El listado incluye por supuesto otros incidentes de menor gravedad, como más de 170 esguinces o torceduras.
Superando al sector. Hay otro enfoque que ayuda a poner en contexto las estadísticas de SpaceX y responder una pregunta clave: ¿Sufre más siniestro la compañía de Elon Musk que otras competidoras del sector? Reuters asegura que la media de la industria espacial es de 0,8 lesiones o enfermedades por cada centenar de trabajadores, un indicador que algunas de las instalaciones de SpaceX superaría con creces. Siempre, por supuesto, según los datos recabados por la agencia.
La tasa de lesiones anotada en 2022 en sus instalaciones de fabricación y lanzamiento próximas a Brownsville, Texas, fue de 4,8, la del centro de pruebas de McGregor de 2,7 y la de la planta de Hawthorne, en California, de 1,8. El índice más bajo lo dejan las instalaciones de Redmond, en Washington, con un 0,8.
Un vistazo al histórico. Habría casos aún más alarmantes: el informe firmado por Marisa Taylor muestra que las instalaciones de SpaceX en el Centro Espacial Kennedy anotaban en 2016 una tasa de lesiones de 21,6 por cada cien empleados, lo que supone 27 veces el promedio de la industria. Por entonces la planta sumaba medio centenar de personas. El año pasado el centro Kennedy no comunicó datos sobre lesiones y SpaceX etiquetó otra de sus bases, localizada en Cabo Cañaveral, con una subcategoría que no requiere el cálculo de una tasa promedio.
"Las instalaciones de SpaceX no presentaron datos sobre lesiones anualmente, como exigen los reguladores, durante la mayoría de los años desde 2016", abunda la investigación de Reuters, que asegura que a pesar de haber revisado los registros de infracciones estatales y federales de la compañía no ha localizado sanciones por los fallos en la comunicación de datos. En el caso de las infracciones de seguridad detectadas por los inspectores tras los siniestros, habla de "pequeñas multas", que en la mayoría de los casos oscilaban entre los cientos y miles de dólares.
Un fallecido en 2014. A lo largo del informe se detallan —en ocasiones aportando los nombres y apellidos de los trabajadores— casos de lesiones en ojos, aplastamientos o incluso un empleado que acabó en coma cuando en enero 2022 recibió el impacto de una pieza durante una prueba de presión de un motor del Raptor V2. A raíz del tremendo golpe sufrió una fractura del cráneo.
De todos los ejemplos que se citan el más grave es sin embargo el de Lonnie LeBlanc, un trabajador de 38 años que perdió la vida a mediados de 2014 mientras trabajaba en las instalaciones de McGregor. Reuters asegura que la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional de EEUU (OSHA) determinó que SpaceX no lo había protegido del peligro y los compañeros del fallecido aseguraron que carecían tanto del material como de la supervisión necesarios durante su labor.
De lanzallamas y chalecos chillones. A lo largo de su reportaje, Taylor desgrana algunas prácticas de SpaceX cuanto menos llamativas y de las que ha sabido a través de algunos de sus empleados o extrabajadores. Por ejemplo, cuatro de ellos le aseguraron que en ocasiones Elon Musk juega con un lanzallamas o que los gerentes desaconsejan a los trabajadores que usen chalecos amarillos o cintas de ese tono cerca del magnate por su aversión a los colores brillantes.
El CEO de la compañía también habría ordenado que al menos parte de la maquinaria de California y Texas se repintase por la misma razón: en vez del característico amarillo de seguridad, pidió que se cubriese de negro o azul.
Largas jornadas en la oficina. La lista suma y sigue con otras prácticas cuestionables que hablan de trabajadores durmiendo en las instalaciones de la compañía, empleados que trabajaban más de 80 horas a la semana y consumen estimulantes para mejorar su rendimiento o incluso soldadores a los que se les suministran líquidos por vía intravenosa para combatir el calor.
No es la primera vez que la filosofía laboral de Musk se convierte en noticia. Algo similar ocurrió cuando se hizo con las riendas de Twitter. El propio magnate llegó a pernoctar en las fábricas de Tesla y alardear de sus intentos por dormir menos.
Imagen de portada: SpaceX
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