Muchas empresas no ven clara la semana de cuatro días. Solución: instaurar "viernes de verano" permanentes

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Con la llegada de la pandemia, un agotamiento laboral generalizado y más tarde la incursión del modelo de teletrabajo, los empleados del mundo se han dado cuenta de que el trabajo no lo es todo. Y la idea de una semana laboral reducida, o de cuatro días, ha ido cogiendo fuerza en muchos países. Tal y como hemos contado en Xataka a lo largo de decenas de artículos, muchas empresas están ofreciendo a los empleados un día adicional libre a la semana para recargar energía cobrando lo mismo. España incluso ha lanzado un programa piloto financiado por el Gobierno. Pero desafortunadamente, la logística de la semana laboral de cuatro días ha sido complicada para muchas empresas, en las que este modelo ha significado al final trabajar más horas o cobrar menos.

En contraste con la semana laboral de cuatro días, otra idea del pasado está cogiendo fuerza de nuevo: los "viernes de verano" permanentes.

Viernes de verano. Consiste en un horario laboral reducido durante los viernes. Pongamos que si el horario estándar es de 9 a 18, en este caso los viernes se trabajaría de 9 a 14. Es lo que se conoce también como horario intensivo de verano. Pero la tendencia indica que muchas empresas están adoptando este horario durante todo el año, un reclamo de muchos trabajadores y una forma por parte de las empresas de evitar la semana de cuatro días y atraer talento. Empresas como L'Oréal, Asos y Nike se han sumado al fenómeno.

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Hay que remarcar que este concepto no es para nada nuevo, tiene su origen en la industria publicitaria de Nueva York en la década de 1960, cuando los ejecutivos salían antes del trabajo para ir a los Hamptons. A los empleados se les permitía fichar la salida después de la comida todos los viernes y se dirigían al bar, de ahí nació la famosa Happy Hour de los viernes. Pero en los últimos años, los "viernes de verano" se han extendido mucho más allá de Manhattan, ya que países como Reino Unido, Islandia o Japón están adoptando modelos similares.

Una forma de atraer talento. En un momento en el que retener talento profesional se ha convertido en una prioridad para las empresas, aplicar este tipo de iniciativas asegura una conformidad mayor de los empleados y a la vez sirve de sustituto a reducir jornadas como puede ser una semana laboral de cuatro días. Es una manera de proporcionar a los trabajadores más flexibilidad, el reclamo más grande este año, el causante de la Gran Renuncia. Les da un tiempo extra para hacer recados, organizar sus asuntos personales, pasar más tiempo con pareja, familia y amigos y da más margen para viajar el mismo viernes, en lugar de tener que esperar al sábado.

Ventajas laborales vs 4 días. Además, en contraposición con una jornada laboral reducida, aún mantienes esa organización y cohesión que si tienes que escalonar a parte de la plantilla de lunes a jueves, y a otra, de martes a viernes, para cubrir todos los días. Además, es una forma de evitar reducir el tiempo de atención al cliente en un 20% cada semana. Con el horario "de verano", los clientes pueden obtener cierta disponibilidad los cinco días.

Y es que hasta el momento la semana laboral de cuatro días no era una ventaja para todos, sólo para una pequeña fracción de trabajadores, ya que normalmente no contempla a los trabajadores esenciales, la gente que no puede permitirse parar un día por la actividad vital que realiza.

Mejora la productividad. Al igual que la jornada laboral de cuatro días, varios experimentos señalan que reducir la semana laboral a 32 o 34 horas reduce un 65% la cantidad de días de baja por enfermedad, mejora la productividad y disminuye el número de empleados descontentos. Empresas como Buffer han probado los "viernes de verano" y señalan una mayor productividad. "Desde una perspectiva psicológica, condensar nuestras horas de trabajo puede crear una sensación de urgencia, en la que la procrastinación puede parecer menos atractiva", explica la psicoterapeuta Eloise Skinner en este artículo de Fortune.

"Las horas de trabajo más cortas también pueden tener el beneficio de permitirnos trabajar cuando estamos más energizados y comprometidos, lo que aumenta nuestra productividad, en lugar de dejar nuestras tareas hasta el final de la semana, cuando los niveles de agotamiento pueden ser más altos", señala.

Entonces, ¿por qué solo en verano? Lo cierto es que, tal y como defienden algunos expertos, llevar a cabo este horario solo en la temporada cálida es contraproducente. Argumentan que con horas de luz diurnas más largas en el verano, los trabajadores tienen mucho tiempo para disfrutar de la noche y "obtener la dosis requerida de vitamina D", incluso si trabajan hasta pasadas las 18:00. Y se preguntan si realmente es el verano el momento en que menos se necesita reducir las horas de trabajo.

Por otro lado, con la llegada de la noche más pronto en invierno, creen que los empleados se beneficiarían más de esta flexibilidad para aprovechar al máximo los días más cortos. Es decir, aunque sea bueno tener los viernes libres en verano, en realidad es durante los meses de invierno cuando más necesitamos ese tiempo extra. 

Imagen: Pexels

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