Amazon es una de las empresas más grandes del mundo y Jeff Bezos, su fundador y antiguo CEO, una de las personas más ricas. En una empresa como Amazon, la productividad, la gestión del talento y la sincronización de los equipos es muy importante y de que todo fluya de la mejor forma posible se encarga una regla tan curiosa como útil e interesante: la de los equipos de dos pizzas.
El "problema" de la escala. Tal y como explica Daniel Slater, Director Mundial de Cultura de Innovación en Amazon AWS, cuando Amazon comenzó se estructuró "para lograr agilidad rápida y ofrecer valor constante a los clientes". Amazon era, por aquellos entonces, una "máquina de inventar". Por eso se priorizó la contratación y la estructura organizativa. El problema es que Amazon, que empezó como un comercio electrónico, escaló.
Cuando la empresa era más pequeña los equipos "estaban más centralizados y estrechamente vinculados", pero conforme la firma empezó a crecer esta estructura derivó en una mayor lentitud e ineficacia. Para hacerle frente "cambiamos radicalmente nuestra arquitectura técnica a lo que se conoce como arquitectura de microservicios", explica Slater. "Desacoplamos nuestra arquitectura monolítica en una vasta red de servicios únicos e independientes", lo que permitió lanzar novedades y ofertas más rápido.
Pero eso no es todo. De acuerdo a Slater, para maximizar la capacidad de permanecer cerca de los usuarios y sus necesidades, al mismo tiempo que se lanzan nuevos productos y servicios, Amazon se inventó una nueva forma de organizar los equipos. En lugar de equipos grandes, la firma apostó por equipos más pequeños y ágiles capaces de aprovechar la arquitectura de microservicios. Para ello se usó una regla bastante peculiar.
Los equipos de dos pizzas. El concepto es bastante sencillo y consiste en que ningún equipo debe ser tan grande como para que se necesiten más de dos pizzas para alimentarlo. No porque a Amazon le haga un agujero en la contabilidad comprar una mediana de tres ingredientes más en el Domino's más cercano, sino porque "los equipos más pequeños minimizan las líneas de comunicación y reducen los gastos generales de burocracia y toma de decisiones".
Se asume que con dos pizzas pueden comer unas diez personas, aunque esa es una opinión que estaría dispuesto a pelear con uñas y dientes. En cualquier caso, "los equipos de dos pizzas" es una forma algo rebuscada para referirse a equipos de menos de diez personas. Este tamaño "permite a los equipos de dos pizzas dedicar más tiempo a centrarse en sus clientes y experimentar e innovar constantemente en su beneficio", afirma Slater.
Las ventajas de los equipos pequeños. Tal y como exponen desde Amazon, los equipos pequeños aumentan "la implicación y la capacitación" y reducen el conocido como Efecto Ringelmann (la productividad individual se reduce a medida que el grupo se hace más grande, y viceversa).
Citando el estudio de Hackman y Vidmar, Amazon asegura que lo equipos más pequeños "también aumentan la satisfacción de los empleados" ya que "en los equipos grandes, las contribuciones individuales son menos reconocibles y la implicación individual sobre áreas específicas se vuelve más difusa". Estos equipos pequeños, aseguran desde Amazon, también permiten experimentar más rápido y reducir el coste del fracaso.
Un equipo, un producto. ¿Cómo implementa Amazon estos "equipos de dos pizzas"? Fácil: un equipo por cada producto o servicio. En palabras de Daniel Slater:
"En lugar de mantener sistemas complejos o resolver problemas que abarcan múltiples servicios, líneas de negocio o segmentos de clientes, los equipos de dos pizzas se centran en un solo servicio u oferta, y únicamente en los clientes que lo utilizan. Este enfoque único favorece la eficacia y la escalabilidad".
Más pizzas. Si el equipo crece, algo probable si las necesidades aumentan, "buscamos la manera de dividirlo en equipos separados de dos pizzas que trabajen en una subárea del servicio con un solo subproceso". No obstante, desde Amazon se muestran conscientes de que esta estructura no es para todo el mundo y que tiene su contrapartida.
"Los equipos de dos pizzas no son perfectos, y no son inmunes a las limitaciones; un ejemplo es que con tantos equipos autónomos, de un único proceso, que trabajan rápidamente para satisfacer las necesidades de sus propios clientes, existe el riesgo de duplicación y desarrollo en silos", afirma Slater. También es necesaria la colaboración entre equipos para que la experimentación rápida sea efectiva, así como para compartir errores y aprendizajes.
Imagen | Flickr (Smithsonian Institution), Pexels
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