La pandemia ha provocado un singular terremoto en el mercado laboral, y sus efectos van desde el auge del teletrabajo y los modelos híbridos hasta los debates sobre la posible implantación de una semana de cuatro días. Hubo otras consecuencias de esa época singular: de repente creció la demanda de profesionales sénior... aunque la definición de quién lo es y quién no no esté clara.
Se busca profesional sénior. Un estudio de la consultora LinkUp reveló que en Estados Unidos la demanda de profesionales sénior creció un 57% entre agosto de 2020 y abril de 2022.
Solo ahora esa tendencia al alza está comenzando a relajarse, pero lo que pareció claro en ese momento es que la publicación de puestos de trabajo con la palabra "senior" en el título creció desde el 3,9% al 6,2% en su pico máximo en ese rango de fechas.
LinkedInFlación. Lo de hinchar un poco nuestro currículum es una práctica habitual —luego hay que defender esos argumentos en las entrevistas de trabajo— pero durante esa época también pareció aún más frecuente esa "inflación de títulos" que según el diccionario de Cambridge es "un proceso en el que los nombres de los trabajos de los empleados se cambian de manera frecuente para hacer que suenen más importantes de lo que realmente son".
La inflación llega a los roles de los puestos de trabajo: aunque todavía no nos hemos puesto de acuerdo en qué significa «ser senior», lo exigimos en el doble de posiciones que antes de la pandemia. pic.twitter.com/dSqnDqJW4z
— David Bonilla (@david_bonilla) July 20, 2022
Egos profesionales. En Bloomberg explicaban cómo tanto los empleadores como los candidatos conocen las reglas de este particular juego y usan ese título profesional como ventaja.
Aquí hay también una cuestión generacional: los "baby boomers" —nacidos entre 1946 y 1964— tardaban de media una década en ser promocionados, pero ahora la gente promociona cada uno o dos años, afirmaba un experto. "Una vez que aceptas un título inflado en tu empresa, es difícil volver atrás".
No me pagues más, dame un título chulo. La Gran Renuncia en el mercado de trabajo en Estados Unidos tuvo los bajos salarios como una de las principales razones, y las empresas afectadas por la inflación ya no pueden pagar salarios altos en muchos casos —salvo que seas CEO, claro—.
¿La solución? Ascenderte con un título grandilocuente aunque eso no implique una subida de salario con la idea de que en futuras búsquedas de empleo esos títulos vendan más al profesional.
Pero cuidado. Como señalan los expertos de recursos humanos, eso puede tener consecuencias. James J. Clark, consultor de RRHH, explicaba en LinkedIn cómo esos títulos inflados pueden causar problemas cuando se contrastan los datos en las entrevistas. "El resultado final es que una persona no cualificada le quita el trabajo a otra que sí lo está y que no utilizó un título inflado en sus credenciales".
Imagen | Hunters Race
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