Estamos presenciando en directo el desarrollo del concepto “agricultura de precisión” donde cada vez más productores alrededor del mundo se apoyan en la tecnología para ahorrar costes y, sobre todo, mejorar drásticamente su productividad.
Se trata de un sector altamente competitivo en el que los tractores abrazan la inteligencia artificial (IA), hay drones "tractores", el análisis de datos se ha vuelto vital, y los campos también están sembrados de sensores conectados que monitorizan minuciosamente los cultivos.
Robótica al servicio de la agricultura
La necesidad de mejorar la velocidad del trabajo agrícola y minimizar los errores que pueden cometerse durante el proceso está abriendo la puerta a una enorme cantidad de nuevas compañías que buscan convertirse en las mejores aliadas de los productores.
Una de ellas es la startup brasileña Solinftec que ha desarrollado lo que llaman “el primer robot autónomo para la producción a gran escala”. Se trata de una solución que tiene como objetivo delegar parte de la productividad en una máquina capaz de trabajar sin pausa.
Solix, que es como se llama la plataforma robótica, está equipada con paneles solares que le permiten recargar suficiente energía en sus baterías como para funcionar tres días sin luz solar. Además, es capaz de trabajar por largos períodos sin intervención humana.
¿Qué hace entonces este aparato? Individualmente o en equipo se encarga de recorrer el área de cultivo para monitorizar el estado de las plantaciones y recopilar información para generar estadísticas y programar con eficiencia algunas de sus funciones.
En función de los datos obtenidos, y con la ayuda de una plataforma de IA conocida como Alice AI, puede encargarse de esparcir herbicidas de manera precisa en los sectores que realmente lo necesitan, y en las cantidades adecuadas para evitar el desperdicio.
Además, con sus cámaras y sensores es capaz de detectar de forma temprana la aparición de malas hierbas. Esto permite abordar el problema con suficiente tiempo como para prevenir daños futuros. Solix funciona en plantaciones de maíz, soja, trigo, algodón y más.
Lejos de ser un proyecto, como muchos otros, que podría quedarse sobre el papel, Solinftec asegura que sus principales clientes se encuentran en Brasil y Estados Unidos. En lo que queda el año planea entregar 50 máquinas y 250 el año que viene.
De hecho, la compañía confía tanto en su robot para la agricultura de precisión que espera alcanzar una producción de más de 1.500 unidades anuales. Todos aquellos que deseen incorporar Solix en sus producciones deberán desembolsar 50.000 dólares por unidad.
Imágenes: Solinftec
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