Este invierno será el tercero desde que comenzó la guerra de Ucrania. Un conflicto que ha alterado las dinámicas geopolíticas y energéticas de Europa. La dependencia energética del gas ruso ha supuesto un quebradero de cabeza a las sanciones por el conflicto armado. Finalmente este año se cerrará el frente de la dependencia energética.
Consumo de gas ruso. Antes del inicio del estallido del conflicto, Rusia suministraba el 40% del gas a Europa. Esta dependencia energética obligaba a algunos países a alinearse con las decisiones del Kremlin. En 2023, la dependencia se redujo al 8%, pero países como Hungría, Austria y Eslovaquia dependen actualmente en gran medida del gas ruso y se verán afectados por el acuerdo entre Ucrania y Gazprom.
Los gasoductos. Cuando aún existía comercio y canales de comunicación entre Kiev y Moscú, las empresas estatales de Rusia y Ucrania, Gazprom y Naftogaz, firmaron un acuerdo para la exportación de gas ruso a la Unión Europea a través del suelo ucraniano. La finalización de dicho acuerdo será el 31 de diciembre de 2024.
Esta vía terrestre, conocida como Ukrainian Transit, es una de las dos para acceder al gas ruso. La otra es el TurkStream que cruza toda Turquía y entra a suelo comunitario por Bulgaria y Rumanía, está a niveles máximos. Por su parte tanto Nordstream, saboteado en 2022, como Yamal, que entra por Bielorrusia y Polonia, están a cero desde pocos después del inicio de la guerra.
Europa puede vivir sin gas ruso. Ante la expiración del contrato a fines de 2024 del gasoducto que atraviesa a Ucrania, el país ha declarado que no tiene intención de renovar ese acuerdo debido a la guerra con Rusia. No obstante, en este tercer invierno, Europa no tiene el problema de años anteriores ya que ha avanzado en la diversificación de sus fuentes energéticas y ha aumentado la importación de gas natural licuado (GNL). Sin embargo, enfrenta la oposición de Hungría y Eslovaquia.
¿Por qué se oponen? Hungría y Eslovaquia desaprueban la decisión de Ucrania de no extender el acuerdo de tránsito de gas ruso, debido a su dependencia de este suministro. Ambos países han explicado que el gas ruso es una fuente más económica y han criticado los altos aranceles elevados impuestos por otros países de la UE para las rutas alternativas.
Por un lado, el interés de Eslovaquia de mantener el flujo del gas desde Rusia se debe por los altos costos de las rutas alternativas. Por otro lado, Hungría ha indicado que el gasoducto de TurkStream podría ser una solución viable para Europa si se detiene el tránsito de gas ruso a través de Ucrania.
¿Cuáles son las reservas de gas que tiene Europa? En este invierno los países europeos se presentan con unas reservas de gas del 95% de su capacidad total. En el caso de España con una capacidad menor que otros grandes socios está casi en el 100%. Este plan propulsado por la UE de diversificar las fuentes de energías y reservar el gas ha propiciado un almacenamiento mayor para enfrentar el invierno.
Alternativas de Europa. Este invierno Europa encara la situación de diferente manera, porque la dependencia respecto al gas ruso ha disminuido drásticamente. Ello ha llevado a una diversificación de las fuentes de energía, como el incremento de gas natural licuado (GNL) y otras alternativas provenientes de Noruega y Azerbaiyán.
Sin embargo, las importaciones del GNL a través de barcos siguen siendo importante, principalmente para países como Francia, España y Bélgica. En estos países existe una gran capacidad de procesamiento y regasificación del gas natural licuado.
Por ese motivo, la Unión Europea ha intensificado sus esfuerzos para garantizar la seguridad del suministro y aumentar la transparencia en las importaciones de gas ruso. Desde Europa quieren una mayor información de la cantidad de gas comprado y las empresas involucradas. Por su parte, la flota en la sombra de petroleros de Rusia se está expandiendo y transporta hasta el 70% del petróleo transportado por vía marítima.
Imagen | Brian Cantoni
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