La tecnología, a veces, es el mayor obstáculo para ella misma. Así ocurre por ejemplo con la energía solar, de enorme potencial pero todavía cara de producir en determinadas circunstancias (cuando buscamos eficiencia) si la comparamos con los combustibles fósiles.
En el caso de las placas solares, la búsqueda de eficiencia a la hora de conseguir la transformación energética nos lleva al uso de materiales como el Galio o el Indio, combinación que se ha demostrado una de las más eficientes hasta ahora con un porcentaje que puede alcanzar el 25% (lo habitual es el 18%). El problema es que tanto la materia prima como su fabricación es demasiado costosa respecto a las placas comunes.
En la Universidad de California, el equipo del profesor Ali Javey dice haber llegado a una solución de compromiso.
En los primeros modelos de placas fabricados usando la nueva técnica del equipo de Javey, en el National Renewable Energy Laboratory han comprobado que pese a que su fabricación tiene un coste similar al de las placas tradicionales, las de la Universidad de California alcanzan ese 25% de eficiencia anhelado.
Para conseguirlo han logrado sustituir la cara base de cristales del semiconductor por una fabricada de vidrio o una fina hoja de metal. Pero no solo eso. Los siguientes procesos también se ha conseguido que sean más económicos y sin desperdicio de material. Esta técnica por ahora está en una fase muy temprana de desarrollo, pero tienen planes para optimizarla todavía más.
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