Starlink ha cambiado el juego. Ya vimos un adelanto de lo que la constelación de satélites era capaz de hacer cuando SpaceX empezó a emitir sin cortes los aterrizajes del Falcon 9. Pero emitir en directo toda la reentrada de la Starship, desde que empieza a verse envuelta de plasma hasta que cae en el océano Índico, ha superado cualquier expectativa.
Adiós al blackout de comunicaciones
La reentrada atmosférica es uno de los momentos más delicados de cualquier misión espacial. Viajando a velocidades hipersónicas de hasta 28.000 kilómetros por hora, prácticamente todas las naves espaciales que fueron al espacio y volvieron han sufrido cortes de comunicaciones durante su reingreso en la atmósfera terrestre.
La misiones Gemini de 1965 fueron las primeras en probar un escudo térmico más robusto para vuelos espaciales de mayor duración y con una reentrada de velocidad hipersónica. Las comunicaciones de radio sufrían un apagón de cuatro minutos cuando la nave alcanzaba una capa más gruesa de la atmósfera nueve minutos después de iniciar el descenso. En las misiones Apolo, el corte era de unos tres minutos, aunque variaba dependiendo del ángulo de entrada.
Este fenómeno conocido como "blackout" o apagón de radio se debe al calor creado por la compresión de la atmósfera, que ioniza el aire alrededor de la nave, lo que interfiere con las señales de radio. En el caso de Starship, las antenas Starlink están protegidas con el mismo material cerámico del escudo térmico de la nave y sus frecuencias no solo superan la barrera de plasma, sino que pueden emitir vídeo en alta definición comunicándose con la constelación de 6.000 satélites.
¿Y los siete minutos de terror?
Al tener una atmósfera mucho más delgada que la Tierra, es tan difícil aterrizar en Marte que la NASA adoptó la expresión “siete minutos de terror” para referirse a la maniobra de entrada, descenso y aterrizaje (EDL) de una nave espacial en la superficie de Marte, cuya telemetría llega con minutos de retraso.
Para mejorar las comunicaciones en las futuras misiones a Marte, SpaceX y la NASA están estudiando desplegar una red de satélites similar a Starlink alrededor del planeta rojo. La señal seguirá tardando varios minutos en llegar a la Tierra, pero tal vez los siete minutos de terror se acaben convirtiendo en siete minutos de vídeos espectaculares emitidos con el ancho de banda de los enlaces láser de los satélites, que podrían repartirse en órbitas estables del sistema solar.
Las comunicaciones láser no son comunes en el espacio, pero es parte de lo que está probando la sonda Psyche de la NASA, la primera nave equipada con un transceptor láser que emitió un vídeo de un gato en 4K a 30 millones de kilómetros y luego batió el récord de distancia enviando sus datos de telemetría a 25 Mbps desde su ubicación a 226 millones de kilómetros de la Tierra.
Imagen | SpaceX
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